El Gran Bilbao no tiene dinero ni para medir la contaminaci¨®n de su atm¨®sfera
Seg¨²n un estudio elaborado por los m¨¦dicos del sanatorio antituberculoso de Santa Marina, el 45% de las enfermedades del t¨®rax tienen, en Vizcaya, su origen en la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica. El dato, confirmado por otra parte por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, no debiera extra?ar a nadie cuando, ya en diciembre de 1977, el director general de Acci¨®n Territorial y Medio Ambiente otorgaba a Bilbao el poco honroso t¨ªtulo de ciudad m¨¢s contaminada de Espa?a, confirmando el diagn¨®stico de la CIMA (Comisi¨®n Interministerial del Medio Ambiente), que en su informe del mismo a?o hab¨ªa calificado al ¨¢rea del Gran Bilbao (800.000 habitantes) como una de las m¨¢s contaminadas de Europa.En diciembre pasado, el Tribunal Supremo resolv¨ªa un largo pleito, condenando a la Administraci¨®n a indemnizar a los familiares de Josu Murueta, uno de los dos vecinos del barrio bilba¨ªno de Erandio muerto a tiros por la polic¨ªa en el transcurso de una manifestaci¨®n contra la contaminaci¨®n que tuvo lugar en dicha localidad el 29 de octubre de 1969. Las muertes de Josu Murueta y Jos¨¦ Antonio Fern¨¢ndez no fueron, sin embargo, suficientes para que el municipio bilba¨ªno, presidido entonces por la alcaldesa blas-pi?arista Pilar Careaga, tomase medidas contra las empresas contaminantes. Pero sirvi¨®, al menos, para que se instalasen unos cuantos sensores capaces de medir el grado de acidez del aire.
La medida, aprobada en enero de 1970, no tranquiliz¨® especialmente a los habitantes de ambas m¨¢rgenes del Nervi¨®n, que no acababan de ver el alivio que para sus pulmones podr¨ªa suponer el estar informados -o, mejordicho, el que la alcald¨ªa estuviera informada- de lo que ya todos sab¨ªan: que el aire de Bilbao es irrespirable un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n. De todas formas, los bilba¨ªnos fueron informados de que durante 1975 la zona estuvo durante 34 d¨ªas en situaci¨®n t¨¦cnica de regi¨®n contaminada y ocho d¨ªas en situaci¨®n de emergencia de primer grado. Los datos se repitieron en los a?os siguientes, sin que por ello notasen los ciudadanos mejor¨ªa alguna. Como tampoco la experimentaron al conocer que la ley de Protecci¨®n del Ambiente Atmosf¨¦rico fija el m¨¢ximo admisible de anh¨ªdrido sulfuruso por metro c¨²bico de aire en 150 microgramos, siendo as¨ª que en 1975 y 1976 se rebas¨® el l¨ªmite de cuatrocientos microgramos en, respectivamente, 173 y 103 d¨ªas. Como denunciaron diversos organismos ciudadanos, estos datos eran m¨¢s alarmantes teniendo en cuenta que el anh¨ªdrido sulfuroso es tan s¨®lo uno de los diecisiete componentes t¨®xicos del aire.
Pero los datos de la CIMA tuvieron, al menos, el efecto de hacer tomar conciencia de la situaci¨®n a las autoridades locales. Un pleno del Ayuntamiento, celebrado en octubre del 77, discuti¨® sobre la conveniencia o no de que Bilbao fuera oficialmente declarada zona contaminada, a fin de poder acogerse a las medidas y beneficios legalmente previstos para tal circunstancia. El concejal Alberto Alonso Alegre, qu¨ªmico de profesi¨®n, argument¨® en contra, alegando que ?una medida de ese tipo alejar¨ªa a¨²n m¨¢s a los inversores?. Sin embargo, el viejo chantaje de ?o contaminaci¨®n o subdesarrollo? no fue aceptado por la opini¨®n p¨²blica, que por boca de los partidos y asociaciones ciudadanas devolvieron el argumento al concejal: ?Si no se elabora en serio el problema de la contaminaci¨®n, ligado al de reordenaci¨®n del territorio, ni habr¨¢ salud ni habr¨¢ reconversi¨®n industrial.?
Zona de atm¨®sfera contaminada
As¨ª las cosas, el debate fue zanjado por el Consejo de Ministros, que el 16 de diciembre de 1977 aprobaba la declaraci¨®n de zona de atm¨®sfera contaminada para el conjunto de los diecinueve municipios integrados en el ¨¢rea del Gran Bilbao. Seg¨²n anunci¨® por entonces el ministro Garrigues-Walker, la medida implicaba la concesi¨®n inmediata de un cr¨¦dito extraordinario de 392 millones de pesetas. Se trataba tan s¨®lo, seg¨²n explic¨® Daniel de Linos, director general de Ordenaci¨®n Territorial y Medio Ambiente, de un primer anticipo destinado a coordinar los distintos sistemas de control, ya que ?una soluci¨®n estable requerir¨¢ una inversi¨®n superior a los 15.000 millones de pesetas?. Sin embargo, los 392 millones se vieron reducidos a cien, destinados, seg¨²n consta en la partida correspondiente del Presupuesto General del Estado, a la ?unificaci¨®n, bajo la supervisi¨®n de la Jefatura Provincial de Sanidad, de las tres sedes de vigilancia, de la contaminaci¨®n existentes en la comarca del Gran Bilbao?. Seg¨²n se explic¨® oficialmente, los casi cuatrocientos millones inicialmente previstos para financiar las medidas correctoras m¨¢s urgentes quedar¨ªan congeladas hasta disponer de un informe sobre la situaci¨®n. A su vez, el costo de un estudio de este tipo era fijado por la comisi¨®n correspondiente del Partido Nacionalista Vasco en trescientos millones. La pescadilla se mord¨ªa as¨ª, una vez m¨¢s, la cola: s¨®lo se invertir¨¢ cuando est¨¦ claro en qu¨¦ y averiguarlo requiere unas inversiones para las que no hay fondos.Finalmente, en noviembre de 1978, el Consejo de Ministros aprobaba un plan de saneamiento atmosf¨¦rico dividido en cuatro fases, de un a?o de duraci¨®n cada una. El plan combina las medidas de protecci¨®n del espacio atmosf¨¦rico en general con la aplicaci¨®n de determinadas restricciones en el empleo de combustibles por parte de algunas industrias. En aplicaci¨®n del plan, la Administraci¨®n se compromete a Otorgar subvenciones a las empresas afectadas por dichas medidas restrictivas, a la vez que se pone en pie un sistema coactivo que vigile la observancia de las medidas correctoras.
Las primeras subvenciones, cuya cuant¨ªa cubre apenas el 30% de lo solicitado, fueron aprobadas, por un importe total de trescientos millones, el pasado 30 de enero. De esta cantidad, casi la mitad va destinada a la empresa qu¨ªmica Sefanitro. Los empresarios aseguran, por su parte, haber invertido ya unos mil millones en la aplicaci¨®n de distintas medidas anticontaminantes.
Ignorancia de los organismos auton¨®micos
La provisionalidad de las corporaciones locales no ha hecho sino agravar la situaci¨®n, ante la falta de decisi¨®n para aplicar medidas que un futuro ayuntamiento democr¨¢tico podr¨ªa impugnar. El plan de diciembre del a?o pasado habla por primera vez de la participaci¨®n de los entes ciudadanos, pero ning¨²n paso se ha dado para concretar esta participaci¨®n. Entre otras cuestiones, el plan no tiene en cuenta al Consejo General Vasco, pese a existir una Direcci¨®n General del Medio Ambiente dependiente de la Consejer¨ªa de Urbanismo. El Colegio de Ingenieros de Bilbao, en un informe sobre el plan de saneamiento, considera que esta ignorancia de los organismos auton¨®micos lo invalida de ra¨ªz, a la vez que cr¨ªtica lo que considera insuficiencias t¨¦cnicas del mismo, como el que no se tome en consideraci¨®n la incidencia de la contaminaci¨®n generada por la r¨ªa del Nervi¨®n.?De d¨®nde van a salir los 8.000 millones necesarios, seg¨²n el plan director de saneamiento del Gran Bilbao, para limpiar la r¨ªa en un plazo de quince a?os? Las distintas candidaturas presentadas para las elecciones municipales se esfuerzan estos d¨ªas por responder a esta y otras preguntas similares.
Una vecina de Erandio que hace diez a?os vio caer a Josu Murueta atravesado por una bala que -seg¨²n el informe oficial- hab¨ªa sido disparada al aire, se mostr¨® esc¨¦ptica respecto a las soluciones: ?Aqu¨ª todo seguir¨¢ igual mientras los alcaldes sigan viviendo en Neguri?, dijo. ?All¨ª no tienen humos y la r¨ªa les queda lejos.?
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