La crisis de la energ¨ªa, piedra de toque para la "euromoneda"

El comienzo del funcionamiento del Sistema Monetario Europeo ha sido calificado como el intento m¨¢s serio de los ¨²ltimos tiempos de avanzar en el camino de la unidad europea. Son pocos los optimistas que le aventuran un gran futuro y muchos los que consideran que, no obstante, hay que dar paso a la esperanza. Fuera de la Comunidad Europea, el nacimiento del SME ha sido bien recibido. Los norteamericanos lo consideran positivo para la estabilidad monetaria, los suizos piensan otro tanto y Gran Breta?a, el gran excluido, insiste en que hay que replantear la pol¨ªtica agr¨ªcola comunitaria como primera tarea.El SME comienza a funcionar en un momento de cierta calma en los mercados de divisas, aunque la etapa de serenidad ser¨¢ breve, en opini¨®n de los expertos, y una vez que se conozcan los resultados de la reuni¨®n de la OPEP en Ginebra volver¨¢ la tanda de especulaciones y nervios en los mercados de cambio. En ese momento se pondr¨¢ a prueba la firmeza del SME y, por tanto, de la unidad europea. De alguna forma, la ECU -unidad de cuenta europea- que articula el SME es una especie de sombra del potente marco y queda por ver si las dem¨¢s monedas, e incluso el propio marco, son capaces de los sacrificios que la estabilidad del sistema reclaman.

En la conferencia de prensa del presidente, Giscard al mediod¨ªa de ayer, donde actuaba como portavoz y anfitri¨®n de la cumbre de jefes de Estado de la CEE celebrada en Par¨ªs, se puso de relieve una vez m¨¢s el grado de inquietud que plantea la situaci¨®n energ¨¦tica y la agudizaci¨®n imparable del desempleo. Para todos los expertos y gobernantes, doblegar la inflaci¨®n aparece como tarea prioritaria para hacer frente al desempleo, y para todos tambi¨¦n los ¨¦xitos en ese camino siguen lejanos. Giscard recomend¨® a los pa¨ªses candidatos a la adhesi¨®n a la CEE -Espa?a, Grecia y Portugal- un seguimiento puntual, para una futura integraci¨®n, del SME.

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