Montserrat Roig: "Olvidar los cr¨ªmenes nazis es contribuir a que puedan repetirse"
Presentaci¨®n del libro "Noche y niebla. Los catalanes, en los campos nazis"
?Entre 8.000 y 10.000 espa?oles murieron en los campos de exterminio nazis. Sobre estos hechos, en los que creo que el Estado espa?ol tuvo responsabilidades directas, se ha ejercido una censura sistem¨¢tica y silenciadora. Y yo creo que el nazismo no puede ser olvidado, porque seria renunciar a se?as de identidad que nos conciernen y, sobre todo, porque olvidar el horror es la mejor contribuci¨®n a su repetici¨®n.?Montserrat Roig, escritora y periodista catalana, que present¨® ayer, en la librer¨ªa Antonio Machado, de Madrid, su libro Noche y niebla. Los catalanes en los campos nazis, en su versi¨®n castellana publicada por Pen¨ªnsula, cuenta a EL PA?S la g¨¦nesis de este amplio reportaje, en el que ha recogido el testimonio de cincuenta ex deportados, sobrevivientes de distintos campos de concentraci¨®n nazis. ?En 1972 -dice- le¨ª las Cartas desde los campos de concentraci¨®n, de Pere Vives. Aquella fue mi primera noticia de que hubiera espa?oles muertos en aquella cat¨¢strofe. Pere Vives, un personaje muy parecido a nosotros, que gustaba del arte y la literatura, que incluso en los campos hab¨ªa organizado seminarios de discusi¨®n para la supervivencia, hab¨ªa muerto a los veintis¨¦is a?os, despu¨¦s de que le inyectaran gasolina en el coraz¨®n. Se le practic¨® la eutanasia porque hab¨ªa empezado a enloquecer: el universo de los campos le resultaba incomprensible, y su raz¨®n no pudo con ellos. Despu¨¦s le¨ª K L Reich, de Joaqu¨ªn Amat Piniella, al que mi libro est¨¢ dedicado, y la suya es, seguramente, una de las grandes novelas sobre los campos. Y empec¨¦ a trabajar sobre el tema.?
?Conocer a los sobrevivientes ha sido para m¨ª una experiencia terrible. Ellos son la prueba del horror, y por eso resulta tan grotesca la pol¨¦mica sobre si hubo o no c¨¢maras de gas en determinados campos nazis en Francia, y tan espantosa la campa?a de olvido de los cr¨ªmenes del nazismo. He comprobado que los supervivientes de los campos sufren su experiencia hasta el punto de serles casi imposible hablar de ella; he visto hombres con sesenta a?os y curtidos llorar como cr¨ªos, y conozco una mujer que me confes¨® revivir aquello en forma de pesadilla cada noche... El s¨ªndrome de los campos -la secuela psicol¨®gica- existe, como la ¨²ltima consecuencia del nazismo.?
Seg¨²n Montserrat Roig, alrededor de 8.000 republicanos espa?oles murieron en campos de concentraci¨®n nazis, y de ellos 6.000 en el de Mauthausen. ?Al campo nazi llegaron, en su mayor¨ªa el a?o 1940, capturados en distintos campos de refugiados de republicanos en Francia. Si en los capturados m¨¢s tarde cargaban la acusaci¨®n de resistentes, sobre estos primeros, no. No hab¨ªa habido tiempo. Concretamente, a los refugiados de Angulema se les neg¨® la realidad de su nacionalidad espa?ola, y les colocaron el tri¨¢ngulo azul de los ap¨¢tridas. Cuando habl¨¦ de este tema, que concern¨ªa a 6.000 muertos, dos tercios de los detenidos -los espa?oles mor¨ªan en la misma proporci¨®n que los jud¨ªos, aunque su n¨²mero era mucho m¨¢s bajo-, Serrano S¨²?er, que era el responsable de las relaciones entre el Gobierno franquista y el Tercer Reich, no supo o no quiso contestar.?
?La situaci¨®n de los supervivientes espa?oles -dice Montserrat Roig- ha sido muy dif¨ªcil, por el cerco de silencio y de miedo que les ha rodeado. Ellos eran los ¨²nicos deportados que no volv¨ªan a una tierra liberada. A alguno de mis testigos, que despu¨¦s del final de la segunda guerra mundial tierlen que vivir el exilio en Francia, cuando volvieron a partir de 1950 la polic¨ªa espa?ola les molest¨®. Los pocos que vuelven, callan. Por ejemplo, he conocido el caso de Jacinto Carri¨®, a quien nadie dio trabajo. Y a quien la polic¨ªa dijo que lo que los alemanes no hab¨ªan conseguido, ellos quiz¨¢ s¨ª. Todav¨ªa hay gente que pasa por desaparecida y que fue muerta en los campos. Gracias a las listas que publicamos en la versi¨®n catalana de mi libro fueron reconocidos algunos?.
?Las listas de Mauthausen son las m¨¢s completas: hab¨ªa espa?oles en las oficinas que hicieron listas dobles. Adem¨¢s, all¨ª entraron como tales espa?oles, aunque llevaran el sello de los sin patria. En otros cayeron con y como resistentes franceses, y es m¨¢s dif¨ªcil.?
?En Espa?a hemos tenido muy escasa noticia del holocausto. Sobre todo, muy poca noticia cercana, por ese silencio que dec¨ªa. Y ahora sigue existiendo un aparato de censura sobre el tema, que si es muy clara en televisi¨®n -donde, por ejemplo, se ha prohibido a Mariano Constante, superviviente de Mauthausen, su aparici¨®n en La clave- tambi¨¦n se da en prensa. Como ejemplo, aparte de las falsas pol¨¦micas que conocemos, en Tele-Expres de Barcelona, el propio Mart¨ªn Villa, entonces gobernador, pidi¨® que se retirara una foto de este Constante, en la que aparec¨ªa con el uniforme de deportado, porque pod¨ªa molestar a alguien. Cuando sali¨® la edici¨®n catalana de mi libro me llegaron llamadas an¨®nimas, y cartas igualmente an¨®nimas insult¨¢ndome.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.