La salida del "rollo"
En seguida se vio que la Revoluci¨®n de Mayo no era un problema de subida de sueldos. El capitalismo sinti¨® un calambrazo en sus alcantarillas, un estertor irracional en el intestino sacro. Desde entonces, nada ha sido lo mismo, ni el miedo de la derecha ni la cultura de la izquierda. Hoy, los fil¨®sofos campan como perros bajo los p¨®rticos de las ciudades, y la juventud est¨¢ acogida a una est¨¦tica vital que es todav¨ªa el resto del naufragio de aquel rollo de primavera.Existe una derecha dura que, ante el miedo, siempre pide a gritos un dios agrario o un menestral con tirantes o un artista fracasado con bigotito de mosca y una ala de cuervo sobre la frente que ofrezca una soluci¨®n a ese miedo. Pero esta vez tampoco ha sido as¨ª. La derecha combate sus propios terrores del milenario Con pastillas. y se ha enfrentado a aquel estallido ¨¢crata con un m¨¦todo lleno de sutileza cibern¨¦tica.
Esta vez el salvador llevaba el pelo cortado a cepillo. Lleg¨® con una computadora en el sobaco y dio el veredicto del pleito ,en un moderno serm¨®n de la monta?a: mandad unos contratistas a la India para que cacen a lazo dos millares de gurus, yoguis, fakires, maestros de la ciencia oculta, fabricantes de satoris; pasad el escob¨®n o la aspiradora por las aceras de Benar¨¦s y traed a Occidente en cazabombarderos cualquier clase de espiritualidad que pueda transformarse en hierba, polvo, barbit¨²rico, estimulante, calmante o excitante. Arrojad luego ese cargamento sagrado sobre los campus rebeldes, distribuidlo por la ruta de los camellos del suburbio, lanzad a los gur¨²s en paraca¨ªdas sobre los puntos estrat¨¦gicos de la cultura materialista: ellos posar¨¢n la rabadilla en el c¨¦sped con las patejas en forma de equis cruzando el sexo, y sus disc¨ªpulos, al final de curso, tocar¨¢n el xilof¨¢n con una pipa de kif en las costillas del santo.
El Mayo del 68 fue fumigado con marihuana y una generaci¨®n rebelde ha sido sacrificada con sedantes. Ahora, aquellos revolucionarios pelirrojos han echado tripa y celebran todos los veranos la luna de agosto tomando miel de romero. Pero diez a?os despu¨¦s, es decir, ahora mismo, de aquellas ajadas flores de Mayo ha surgido otra generaci¨®n, de perros que hace el amor y la filosofla bajo los soportales, una tropa de c¨ªnicos y estoicos que constituye, Como en tiempos de S¨®crates, un nuevo esc¨¢ndalo para la democracia. El rollo ha muerto. Su salida ahora es el cinismo.
No se trata de insultar a nadie. Esto es pura etimolog¨ªa. C¨ªnico en griego se deriva de perro, y estoico significa el que est¨¢ bajo los p¨®rticos: cinismo y estoicismo es una filosof¨ªa que Ant¨ªstenes y Zen¨®n desarrollaron en los soportales del ¨¢gora con un desali?o provocativo de canes llenos de pulgas y una resistencia pasiva de fakires, cuando la democracia esclavista griega ofreci¨® a S¨®crates un porro de cicuta que lo dej¨® colgado para siempre en el sepulcro de fuego.
El final de esta d¨¦cada, m¨¢s all¨¢ del hedonismo del fumeque, est¨¢ presidido por un relevo de j¨®venes que contempla la democracia con desencanto desde los p¨®rticos y practica frente a ella la resistencia pasiva de la abstenci¨®n. No se trata de aquella rebeld¨ªa que en los a?os sesenta puso a Berkeley en llamas y defec¨® en las aulas de la Sorbona. Tampoco son los pasotas de boutique que hablan como un Arniches industrializado. Me refiero a una estirpe muy resistente que ha nacid¨® despu¨¦s del porro mortal de S¨®crates. Y que pasa de pasar, que ya no est¨¢ en el rollo.
Esos j¨®venes de vientre neum¨¢tico que apartan las barbas de Marx y te miran a los ojos con una dureza extrema han aprendido de los fakires la resistencia pasiva de la abstenci¨®n pol¨ªtica y arrojan c¨ªnicamente la papeleta en blanco como una provocaci¨®n. Ah¨ª est¨¢n, como perros bajo los p¨®rticos, convertida su duda en estoicismo. No fuman ni se pican el antebrazo. Su ¨²nica sabidur¨ªa es un silencio, que pone la carne de gallina.
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