La gen¨¦tica muestra la diversidad existente entre todos los seres vivos
Los conceptos de raza, especie o subespecie, en el reino de los seres vivos, cada vez son t¨¦rminos m¨¢s molestos para la bioqu¨ªmica o la gen¨¦tica modernas. Al parecer, cada ser vivo es algo tan genuino, diferente y original que la catalogaci¨®n de los vivientes en grupos no es sino un vestigio, una concepci¨®n plat¨®nica que lastr¨®, en su obsesiva b¨²squeda de tipos y formas, la compleja y diversa realidad de lo existente. Esta es una de las principales ideas expresadas por Fran?ois Jacob, del Instituto Pasteur, de Francia, premio Nobel de Fisiolog¨ªa y Medicina, en el curso de dos conferencias impartidas ¨¦sta semana en Madrid, ideas compatibles con las de otro especialista en Gen¨¦tica, Jer?me Lejeune, profesor de la Universidad de la Sorbona, quien, tambi¨¦n presente en nuestra capital, afirm¨® en otra conferencia que todos los seres humanos tienen un origen gen¨¦tico com¨²n.
A diferencia de concepciones m¨¢s integrales o humanistas como aquellas que vieron en la sexualidad, en la dualidad de los sexos, un ?reflejo de la dualidad c¨®smica? o ?un intento, por parte de la pareja, de recomponer el ser ¨²nico, de rehacer la unidad inicial?, para la biolog¨ªa moderna los hechos son m¨¢s complejos, a la vez que m¨¢s fascinantes.Los seres vivos se forman, seg¨²n la biolog¨ªa moderna, siguiendo las pautas de un programa cromos¨®mico. Pero aqu¨ª viene el gran dilema. ?Est¨¢ todo predeterminado? ?Es cierta la opci¨®n expresada por lo que podr¨ªa ser denominado fatalidad gen¨¦tica o, por el contrario, el aprendizaje, la sociedad, es quien lo hace todo en el individuo?
Seg¨²n Fran?ois Jacob, Premio Nobel de Fisiolog¨ªa y Medicina, miembro del Instituto Pasteur, de Francia, deben ser desestimadas ambas posturas extremas. La biolog¨ªa debe mantener, seg¨²n ¨¦l, una inc¨®moda postura, la de no servir de fundamento a quienes se agarran a la diversidad existente entre los seres humanos para justificar el mantenimiento del orden establecido. Pero la biolog¨ªa debe, a la vez, reconocer la evidencia de los hechos, la evidencia de la diversidad entre todos los organismos vivos existentes y, por supuesto, entre los seres humanos. ?En qu¨¦ consiste esta dif¨ªcil postura?
Para el Nobel franc¨¦s, cada vez son menos ¨²tiles conceptos como raza, especie, subespecie... ?La visi¨®n plat¨®nica que ha prevalecido hasta el siglo pasado -afirma- ha perturbado este an¨¢lisis de la realidad. ? Es el platonismo de los tipos, las formas, informando conceptos como el de naturaleza o especie, con los que se cataloga e impide percibir lo real.
?La realidad es que todos los individuos de una especie son diferentes -asegura Jacob- Cada individuo es ¨²nico, diferente. Se ha descubierto con estupefacci¨®n, gracias a delicados instrumentos de an¨¢lisis, que las diferencias entre individuos humanos o entre organismos de la misma especie animal son sorprendentes. Ante esta situaci¨®n, los conceptos de raza, especie o subespecie tienden a disolverse ante la creciente conciencia de la diferencia entre los individuos vivientes. Hoy perturba a la bioqu¨ªmica el concepto de raza o subespecie porque no traduce la realidad de esa enorme diversidad que constituye la riqueza del mundo viviente.?
Factores gen¨¦ticos y sociales
La rica y crecientemente compleja diversidad de los seres vivientes es la consecuencia de la reproducci¨®n sexual. Cada ser vivo se inicia, comienza su programa gen¨¦tico, gracias a la intervenci¨®n de otros dos. Ello hace imposible, seg¨²n Jacob, que un solo ser vivo transmita toda la carga informativa de su especie -empleando un t¨¦rmino que ya hemos visto que cada d¨ªa es m¨¢s inexacto-. Gracias a la necesaria intervenci¨®n de dos seres vivos en la procreaci¨®n de uno, las posibilidades combinatorias se multiplican. La confluencia de ?materia, energ¨ªa e informaci¨®n que constituye la base de la reproducci¨®n de los seres vivos -prosigue Fran?ois Jacob- explica la confluencia de los factores individuales y del medio. ?Los cromosomas confieren al individuo una serie de actitudes y posibilidades pero es el medio lo que le hace aprender.??Cada organismo -prosigue el Nobel franc¨¦s- es una interacci¨®n entre herencia y medio.? Rechaza Fran?ois Jacob las hip¨®tesis que consideran que todo depende en cada existencia individual de la experiencia social y cultural cuando afirma que ?el aprendizaje s¨®lo es el desarrollo de un programa que permite adquirir ciertas formas de conocimiento. Las capacidades mentales est¨¢n basadas en posibilidades gen¨¦ticas.? Sin embargo, tambi¨¦n niega la posici¨®n? de los que afirman lo contrario, es decir, de aquellos que, desde una postura de fatalismo gen¨¦tico, consideran que es in¨²til aprender o cambiar porque todo est¨¦ escrito ya en los genes. Refiri¨¦ndose, concretamente, a los que dan excesivo valor a la medici¨®n de cocientes intelectuales explic¨® que este tipo de mediciones se limitan a cuantificar algunos de los aspectos de la inteligencia humana: ? Si la inteligencia humana es algo tan complejo que apenas puede ser entendido ?c¨®mo va a ser posible que una cifra exprese su valor?? En resumen, seg¨²n Fran?ois Jacob, ?todo es una interacci¨®n constante de biolog¨ªa y cultura. El programa gen¨¦rico permite la creaci¨®n de estructuras para recibir los datos, para aprender?.
Origen com¨²n de los seres humanos
En esta misma l¨ªnea est¨¢ la opini¨®n de otro especialista franc¨¦s, Jer?me Lejeune, catedr¨¢tico de Gen¨¦tica Fundamental en la Universidad de la Sorbona, que tambi¨¦n habl¨® en Madrid esta semana. Seg¨²n ¨¦l, ?sabemos con certeza que ninguna mol¨¦cula, ning¨²n ¨¢tomo constitutivos de la c¨¦lula original tiene la menor oportunidad de ser transmitida tal cual a la generaci¨®n siguiente. Evidentemente lo que se transmite no es la materia, sino una modificaci¨®n de ¨¦sta, o m¨¢s exactamente una forma... La c¨¦lula primordial es como un magnetof¨®n. La obra humana es vivida estr¨ªctamente conforme a su propio programa... pero el min¨²sculo embri¨®n, de un mil¨ªmetro y medio de longitud ya es capaz de presidir su propio destino. Es ¨¦l y s¨®lo ¨¦l quien, mediante un mensaje qu¨ªmico, estimula el funcionamiento del cuerpo amarillo del ovario y sus pende el ciclo menstrual de la madre. Obliga as¨ª a su madre a mantenerle su protecci¨®n; ya hace de ella lo que quiere y Dios sabe que no dejar¨¢ de hacerlo en el futuro?.
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