Espa?a, ante la "cumbre" de la OUA en Monrovia
El Gobierne, espa?ol se enfrenta a una nueva ofensiva diplom¨¢tica marroqu¨ª que busca la pronta descolonizaci¨®n de Ceuta, Melilla y las islas Chafarinas. Esta vieja aspiraci¨®n de Rabat, vigente y aletargada en las Naciones Unidas, puede entrar en breve en el ambito de la Organizaci¨®n para la Unidad Afiicana, si se confirman las intenciones marroqu¨ªes de introducir el tema en la pr¨®xima cumbre de la OUA, prevista para el mes de Julio en Monrovia. Una reuni¨®n esta que, si no se suspende por la crisis pol¨ªtica interna que atraviesa Liberia, puede poner en jaque a la diplomacia espa?ola, como ya ocurri¨® con la ¨²ltima reuni¨®n de Jartum, en la que el tema hispano-africano fue Canarias, promovido por Argelia.Ahora, en Monrovia, las cosas pueden complicarse si Rabat insiste en la captura de las plazas espa?olas y Argel no frena su "operaci¨®n Canarias", desviada ¨²ltimamente de su terreno pol¨ªtico a otro m¨¢s t¨¦cnico, pero m¨¢s viable, como lo es la cuesti¨®n del derecho del mar, en el que los criterios de unidad geogr¨¢fica continental aparecen como incontestables. Tambi¨¦n el futuro del Sahara occidental puede planear sobre esta reuni¨®n que espera unos primeros an¨¢lisis del comit¨¦ de notables, creado en Jartum para el estudio del tema.
Es deprever que los proyectados viajes del rey Juan Orlos a Rabat, del presidente Su¨¢rez a Argel y del ministro Oreja a Nuakchott incluyen en sus objetivos, am¨¦n del relanzamiento de las relaciones hispano-magreb¨ªes, la b¨²squeda de un frenazo a los posibles debates ele la OUA sobre Canarias, Ceuta y Melilla. Ello significar¨ªa la reedici¨®n -esta vez al m¨¢ximo nivel- de la ofensiva diplom¨¢tica parlamentaria que Espa?a lanz¨® de manera improvisada sobre la pasada reuni¨®n sudanesa, en busca de un respiro moment¨¢neo y seg¨²n la t¨¦cnica del parcheo tan de Toda en nuestra joven diplomacia democr¨¢tica. Y esta vez con riesgos superiores, ya que en la operaci¨®n podr¨ªa quedar comprometida la propia Pefatura del Estado, mezclada con responsabilidades que le son propias al Gobierno.
Si la cuesti¨®n canarla se incluye en los debates africanos sobre el derecho del mar, as¨ª debe analizarla tambi¨¦n Espa?a, sin que ello suponga ningun, concesion pol¨ªtica en el ¨¢mbito de la soberan¨ªa. El tema de Ceuta y Melilla es m¨¢s complejo y merece la atenci¨®n especial del Gobierno y un debate serio y responsable en el Parlamento, que debe recibir la documentaci¨®n y los an¨¢lisis que sobre el futuro de estas plazas han sido realizados por la propia Administr¨¢ci¨®n en los ¨²ltimos meses. La simple t¨¦cnica del ganatiempo no sirve nada m¨¢s que para agravar el problema, intranquilizar a los habitantes de las plazas y, encastillar la pol¨ªtica exterior espa?ola, y su dimensi¨®n africana y mediterr¨¢nea, a la merced del chantaje de Rabat.
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