USO y los independientes
Secretario general de USO
Culminado el proceso pol¨ªtico, urge acometer sin m¨¢s demora la ¨²ltima fase del proceso de transici¨®n sindical, hasta concluirlo en todos los ¨®rdenes. Y mientras esto no se produzca, mientras persista el clima de provisionalidad, de atomizaci¨®n sindical, de vac¨ªo legal, la democracia en su conjunto se ver¨¢ amenazada de inestabilidades e insuficiencias.
Una parte fundamental de dicho proceso sindical se refiere al paquete jur¨ªdico que las instancias legisladoras tienen pendiente, que nos deben a los trabajadores despu¨¦s de tres a?os largos de transici¨®n pol¨ªtica. Paquete del que leyes como la de negociaci¨®n colectiva o acci¨®n sindical en la empresa, o contenciosos como el del patrimonio sindical, no son m¨¢s que una ligera muestra de lo que se ha dado en llamar el ?nuevo marco de relaciones laborales?.
Pero no acaba ah¨ª la cosa. La normalizaci¨®n de la vida sindical democr¨¢tica es, tambi¨¦n, un problema de simplificaci¨®n y clarificaci¨®n del actual espectro sindical, de consolidaci¨®n estable de las distintas fuerzas sindicales en consonancia con espacios y ¨¢reas de incidencia masiva entre los trabajadores. A analizar esta vertiente del problema est¨¢ dedicada la Tribuna.
Nosotros venimos sosteniendo que el mapa sindical de este pa¨ªs no est¨¢ cerrado todav¨ªa, que de cerrarlo pronto y de c¨®mo se cierre depende en buena medida la estabilidad democr¨¢tica global. Es evidente que dicho punto de vista no est¨¢ compartido por quienes creen que tienen ya un espacio irreversible y s¨®lo es cuesti¨®n de ir ampli¨¢ndolo, borrando del mapa cualquier expresi¨®n sindical organizada, por si acaso. Tal es la tesis y la praxis de las centrales mayoritarias.
Ocurre que la realidad es mucho m¨¢s tozuda y consistente que cualquier hegemonismo, por muy respaldado que est¨¦ ese hegemonismo en t¨¦rminos pol¨ªticos o period¨ªsticos. Y la realidad dice que CCOO y UGT representan escasamente el 50% de los delegados electos y apenas un 25% de la afiliaci¨®n estable. Y lo que es peor, sus ¨²nicas diferencias en t¨¦rminos de modelo sindical es que la una mantiene ?relaciones fraternales? con el PCE y la otra con el PSOE. No es mucha diferencia, sindicalmente hablando.
La realidad dice, asimismo, que existe un enjambre de siglas sindicales bajo el denominador com¨²n de la debilidad, la dependencia pol¨ªtica grupuscular o el marginalismo como vocaci¨®n. Factores todos ellos que las invalidan para constituir una aut¨¦ntica alternativa a esa enorme laguna que CCOO y UGT ni cubren ni estar¨¢n en condiciones de cubrir nunca. Prueba de las anteriores afirmaciones son los intentos de agrupamiento que se vienen produciendo; ll¨¢mense agrupamientos ?de independientes?, buscando ocupar un espacio que les es imposible en t¨¦rminos de credibilidad y capacidad sindical, o ll¨¢mese ?intersindical? de extrema izquierda, buscando ocupar un espacio inexistente en t¨¦rminos de masas.
Adem¨¢s de todo lo anterior, el mapa sindical espa?ol se caracteriza por un fen¨®meno sumamente peculiar, dado el car¨¢cter incipiente del proceso sindical dernocr¨¢tico tras 40 a?os de dictadura: existen unos 60.000 delegados independientes que son el fiel reflejo de varios millones de trabajadores sin organizar sindicalmente. Por supuesto, los independientes no constituyen un espacio homog¨¦neo en t¨¦rminos ideol¨®gicos o partidarios, ni siquiera son homog¨¦neos en sus concepciones sindicales; lo cual es bastante l¨®gico teniendo en cuenta su pr¨®xima magnitud y diversidad. Lo que est¨¢ muy claro es que el denominador com¨²n de los independientes es su voluntad por autentificar el papel aut¨®nomo del sindicalismo frente a los partidos, por delimitar los campos de actuaci¨®n, por afirmar la naturaleza diferenciada de sindicatos y partidos. Y lo que est¨¢ muy claro tambi¨¦n es que de la opci¨®n ¨²ltima que tomen los independientes depender¨¢ la configuraci¨®n definitiva del espectro sindical espa?ol.
La USO, no es un secreto para nadie, viene trabajando a fondo desde hace m¨¢s de un a?o para decantar esa opci¨®n ¨²ltima de los independientes hacia las posiciones del sindicalismo de clase y de la autonom¨ªa sindical que nosotros representamos. Nuestro trabajo no est¨¢ siendo bald¨ªo. Por el contrario, comprobamos que s¨®lo una alternativa como la USO est¨¢ en condiciones de dar respuestas y de organizar con garant¨ªas de participaci¨®n real a los independientes, a los inorganizados o a los que equivocaron en su momento la opci¨®n sindical y buscan reubicarse en el sindicalismo. Porque somos un proyecto sindical din¨¢mico y abierto a todos. Porque para nosotros autonom¨ªa sindical, democracia interna y pluralidad pol¨ªtica del sindicato constituyen pilares integradores, no un coto cerrado y excluyente.
Frente a quienes, substituyendo el an¨¢lisis por el eructo, descalifican ese ancho mundo de los independientes con el sambenito de amarillos, o contra quienes buscan pescar en r¨ªo revuelto para servir una parcela sindical a intereses situados en las ant¨ªpodas del sindicalismo, la USO seguir¨¢ oponiendo su propuesta de construir un gran sindicato con capacidad para la mayor¨ªa de los sindicalistas y los trabajadores de este pa¨ªs. Lo vamos a hacer pese a todas las incomprensiones y obst¨¢culos, porque la USO es la ¨²ltima garant¨ªa para que el futuro sindical no se agote en la est¨¦ril confrontaci¨®n de la polarizaci¨®n sindical.
Defendimos siempre una estructura sindical con tres componentes para nuestro pa¨ªs y no vamos a renunciar a culminarla y a ser uno de los componentes. Entre otras cosas, porque en el escaso tiempo que esa estructura oper¨®, el sindicalismo democr¨¢tico en su conjunto conoci¨® las mayores tasas de eficacia y de prestigio entre los trabajadores. Que asuman su responsabilidad quienes dinamitaron aquella etapa y quienes se obstinan en impedir -in¨²tilmente- que ese tercer componente del futuro sindical espa?ol se consolide.
Que asuman su responsabilidad porque no tienen otra cosa que hacer; el proceso es irreversible.
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