La integraci¨®n en la CEE: costes y beneficios
Economista del Estado
En Espa?a se han tomado con demasiada frecuencia decisiones importantes de pol¨ªtica econ¨®mica con una fundamentaci¨®n t¨¦cnica bastante deficiente. En muchas de las ocasiones en que se actu¨® de esta forma el tiempo se ha encargado de revelar los altos costes econ¨®micos y sociales de las decisiones adoptadas.
Recientemente se han inaugurado formalmente en Bruselas las negociaciones para la adhesi¨®n de Espa?a a las Comunidades Europeas. La decisi¨®n de hacerlo se tom¨® unilateralmente por el Gobierno sin producirse siquiera un debate parlamentario sobre el tema. En realidad, quiz¨¢ no fuera necesario, ya que todos los partidos pol¨ªticos de entidad, sindicatos y patronales han manifestado en sus declaraciones una extra?a unanimidad a favor de la integraci¨®n en Europa. Parece como si ello s¨®lo fuera a reportar ventajas.
Desde un punto de vista pol¨ªtico, se dice que la adhesi¨®n a las Comunidades podr¨ªa ayudar a consolidar nuestra naciente democracia. Otros mantienen que contribuir a la creaci¨®n de una Europa verdaderamente unida, aparte de que pueda ser una tarea apasionante, podr¨ªa acabar con el complejo que en muchos han creado tantos, a?os de aislamiento. Sin embargo, y esto no es lo que yo deseo tratar en este art¨ªculo, tambi¨¦n conviene no olvidar que la accesi¨®n a Europa va a implicar una p¨¦rdida de soberan¨ªa, no s¨®lo porque ciertas parcelas de poder hayan de compartirse con los restantes pa¨ªses miembros -al fin y al cabo, esto es un acuerdo entre Estados soberanos-, sino tambi¨¦n porque nuestra econom¨ªa puede acabar, en mayor medida de lo que est¨¢ hoy, bajo el control de las empresas transnacionales. As¨ª pues, en el ¨¢mbito estrictamente pol¨ªtico, el paso que se va a dar ofrece ventajas e inconvenientes y, en tales casos, s¨®lo el voto permitir¨ªa saber lo que desea la mayor¨ªa.
Las Comunidades surgen, en las mentes de sus inspiradores, como un intento de lograr la unidad pol¨ªtica de Europa utilizando como medio la uni¨®n econ¨®mica. Sin embargo, hoy por hoy, aqu¨¦llas son tan s¨®lo una uni¨®n aduanera con la pretensi¨®n de convertirse en un gran mercado com¨²n.
Una uni¨®n aduanera es un acuerdo entre pa¨ªses por el que aqu¨¦llos deciden liberalizar totalmente su comercio mutuo y establecer un arancel com¨²n para proteger su producci¨®n frente a la competencia de las importaciones de terceros pa¨ªses. Un mercado com¨²n es algo m¨¢s. Un requisito indispensable es que, prescindiendo de los costes de transportes, productos equivalentes tengan en todos los pa¨ªses miembros un precio similar, y esto requiere no s¨®lo que exista una movilidad perfecta de los factores productivos, trabajo y capital, sino tambi¨¦n una coordinaci¨®n de aquellas parcelas de la pol¨ªtica econ¨®mica susceptibles de generar divergencias de precios entre los pa¨ªses miembros. En esta direcci¨®n van hoy los mejores esfuerzos de las Comunidades, aunque todav¨ªa est¨¢n a. la mitad del camino.
Desde un punto de vista econ¨®mico, y no me gusta deslindar lo econ¨®mico de lo pol¨ªtico de un modo tan tajante, Espa?a va a tener que aceptar con la adhesi¨®n todas las regulaciones comunitarias tendentes al logro de un mercado com¨²n, y ello tendr¨¢ consecuencias importantes que habr¨¢ que analizarcaso por caso. Sin embargo, los efectos principales se producir¨¢n debido a la entrada en la uni¨®n aduanera y, por consiguiente, son los costos y beneficios que de ello se van a derivar lo que nos permitir¨¢ formar un juicio sobre la conveniencia o no de la integraci¨®n. Desaf¨®rtunadam ente, sobre este punto existe una falta casi total de informaci¨®n. Los resultados de los estudios t¨¦cnicos que podr¨ªan proporcionarla, si se han realizado, no se han hecho p¨²blicos.
Supresi¨®n de aranceles
La entrada de Espa?a en las Comunidades supondr¨¢, por el lado de la importaci¨®n, la eliminaci¨®n total, en un plazo a negociar, de los aranceles que gravan las compras que les hacemos y de las restricciones cuantitativas -en la forma de cupos globales, comercio de Estado y comercio bilateral- hoy impuestos sobre las mismas. Adem¨¢s, simult¨¢neamente a la adopci¨®n del impuesto sobre el valor a?adido comunitario, habr¨¢ que sustituir nuestro actual impuesto de compens¨¢ci¨®n de grav¨¢menes interiores, que encierra un importante componente protector, por un ajuste fiscal en frontera, que elimina este mecanismo de protecci¨®n.
Aquellas mercane¨ªas que hayan podido soportar la competencia exterior debido ¨²nicamente a la protecci¨®n suministrada por la acci¨®n conjunta de los instrumentos mencionados en el p¨¢rrafo anterior, si no consiguen. reestructurarse en el plazo que se les conceda, ver¨¢n reducirse su producci¨®n y el consumo de las mismas se cubrir¨¢ mediante importaciones procedentes de las Comunidades. Las disminuciones de producci¨®n que se generen por esta v¨ªa se traducir¨¢n en un desempleo de recursos productivos que habr¨¢n de ser absorbidos por otros sectores, a menos que se genere paro de los mismos. El capital fijo utilizado en la producci¨®n de estos bienes quedar¨¢ sin utilizaci¨®n, a menos que sea posible una readaptaci¨®n para emplearlo en otros usos, y la mano de obra, utilizada en estas l¨ªneas de producci¨®n perder¨¢ provisionalmente su puesto de trabajo.
Por el lado de las exportaciones, la adhesi¨®n implicar¨¢, por un lado, la eliminaci¨®n de los aranceles que hoy gravan las ventas de productos espa?oles a su entrada en las Comunidades y, por otro, la supresi¨®n de la desgravaci¨®ri. fiscal a la exportaci¨®n. Lo primero va a ser, indudablemente, beneficioso para nuestras exportaciones a Europa; ello se traducir¨¢ en aumentos de producci¨®n no s¨®lo de aquellas empresas hoy exportadoras, sino tambi¨¦n de aquellas otras que potencialmente lo son, aunque ello no se haya materializado en la pr¨¢ctica, como consecuencia del gravamen que impone el arancel comunitario.
Las consecuencias que se derivar¨¢n de la supresi¨®n de la desgravaci¨®n fiscal a la exportaci¨®n son tambi¨¦n claras. Al igual que el impuesto de compensaci¨®n de grav¨¢menes interiores oculta un arancel adicional, la desgravaci¨®n fiscal se ha utilizado para subsidiar las exportaciones en cuant¨ªa variable, seg¨²n los sectores. Su eliminaci¨®n, por consiguiente, las afectar¨¢ desfavorablemente.
Surge as¨ª una cuesti¨®n preocupante. ?Son los subsidios impl¨ªcitos en la desgravaci¨®n fiscal mayores,o menores que las reducciones arancelarias que nos va a conceder la Comunidad? La causa de esta preocupaci¨®n es evidente. Dado que el subsidio act¨²a como un est¨ªmulo y el arancel comunitario como un obst¨¢culo, aquellos productos espa?oles de exportaci¨®n en los que el primero sea superior al segundo van a ver mermada su competitividad, a menos que durante el per¨ªodo transitorio se consiga reducir suficientemente sus costes relativos. Esto es algo que depender¨¢ de la eficacia con que reaccionen los empresarios. Para ello, sin embargo, van a disponer de entrada de una ayuda importante. La eliminaci¨®n, por parte espa?ola, del arancel y del impuesto de compensaci¨®n ya a permitir a los exportadores espa?oles disponer de los bienes intermedios y del capital que utilizan en sus procesos productivos a precios comunitarios, que, en muchos casos, son inferiores a los nacionales. Este efecto beneficioso se va a notar tambi¨¦n en aquellos sectores productores de bienes que compiten con la importaci¨®n. De aqu¨ª que encierre parcialmente una falacia la afirmaci¨®n, que se oye con frecuencia, de que los productos espa?oles no podr¨¢n competir con los comunitarios porque, hoy, sus precios y costes son superiores, ya que los precios y costes relevantes son los que surjan en una situaci¨®n de comercio libre en la CEE.
Vemos, pues, que como consecuencia de la liberalizaci¨®n comercial que exige el acceso a la uni¨®n aduanera europea se va a ver reducida la producci¨®n de aquellos bienes que no puedan soportar la competencia exterior, por una parte, y se incrementar¨¢ la de aquellos otros en que Espa?a tendr¨¢ una ventaja comparativa en t¨¦rminos de precios, por otra. Unicamente en la medida que estos ¨²ltimos aumentos de producci¨®n sean lo suficientemente importantes como para absorber los recursos liberados por los sectores que compiten con la importaci¨®n y, adem¨¢s, generar un aumento neto de producci¨®n. podr¨¢ decirse que la adhesi¨®n es beneficiosa.
En el trasfondo de lo que se acaba de decir hay dos temas importantes que hay que mencionar. El primero est¨¢ relacionado con el efecto que la adhesi¨®n tenga sobre el coste de la vida. La conveniencia o no de la misma va a depender no s¨®lo del efecto neto sobre la producci¨®n, sino, tambi¨¦n, del que se produzca sobre la renta real de los consumidores. Suele admitirse que todo proceso de liberalizaci¨®n mejora dicha renta real, ya que los precios de los bienes que compiten con la importaci¨®n deben bajar. Sin embargo, conviene tener en cuenta que una parte muy importante del ¨ªndice del coste de la vida son productos alimenticios, que est¨¢n m¨¢s protegidos en la CEE que en Espa?a.
Por otra parte, la competitividad relativa de los bienes de exportaci¨®n y de,importaci¨®n va a depender, de modo importante, del ajuste que sea necesario realizar en el tipo de cambio para mantener en equilibrio la balanza de pagos. Una estimaci¨®n de tal ajuste resulta, por tanto, fundamental y es un complemento indispensable para cuantificar los efectos anteriores.
Los nuevos costes
Hay un aspecto muy importante en todo proceso. de liberalizaci¨®n comercial que conviene resaltar, ya que puede ser origen de costes importantes a corto plazo para el pa¨ªs. La transferencia de recursos productivos desde los sectores que compiten con la importaci¨®n hacia los exportadores no es f¨¢cil ni se realiza de un modo instant¨¢neo. Ya se ha dicho que la readaptaci¨®n del capital fisico presenta problemas cuando la misma es posible. Por otra parte, la mano de obra que va a perder su puesto de trabajo en los sectores no competitivos no suele encontrar otro empleo inmediatamente. Cabe esperar, pues, que se produzca un aumento del paro durante el per¨ªodo de transici¨®n que ser¨¢ necesario prever. Esto es tanto m¨¢s importante debido a que el problema de desempleo que hoy sufre el pa¨ªs no tiene soluci¨®n f¨¢cil y r¨¢pida, por lo que podr¨ªa verse agravado como consecuencia de la adhesi¨®n, y los pa¨ªses comunitarios tampoco est¨¢n en condiciones, ni parece vayan a estarlo en un futuro pr¨®ximo, de absorber importantes vol¨²menes de mano de obra, como ocurri¨® tras la liberalizaci¨®n del 59. Si la men,cionada reasignaci¨®n de factores productivos no se realiza con la suficiente rapidez, el desempleo temporal que surja es un coste adicional a marcar a los anteriores y que viene medido por el valor de la producci¨®n no obtenida en tales recursos durante el per¨ªodo de ajuste.
Veamos, pues, cu¨¢les son las cuestiones relevantes de las que ser¨ªa necesario tener una informaci¨®n apropiada antes de emitir un juicio sobre la conveniencia o no de la adhesi¨®n y, en caso afirmativo, sobre la madera menos gravosa de llevarla a cabo. En primer lugar, ser¨ªa necesario cuantificar los efectos que sobre la producci¨®n de las industrias exportadoras tendr¨ªa la liberalizaci¨®n, ya que s¨®lo as¨ª podr¨¢ saberse la cantidad de recursos que ¨¦stas podr¨ªan absorber. En segundo lugar, habr¨ªa que detectar qu¨¦ productos van a ver menguada su producci¨®n, y en cu¨¢nto, por no poder soportar la competencia exterior, qu¨¦ volumen de recursos van a liberarse y en qu¨¦ zonas del pa¨ªs se producir¨¢n estos efectos. En tercer lugar, habr¨ªa que computar el resultado neto de los dos efectos anteriores con el fin de montar una estrategia negociadora adecuada y de formular una pol¨ªtica de asistencia en el ajuste que consiga acelerarlo y ayudar a empresarios y trabajadores a soportar las tensiones a que inevitablemente van a verse sometidos.
Es cierto que, normalmente, la entrada en la uni¨®n aduanera europea generar¨¢ otros efectos adicionales, de car¨¢cter din¨¢mico, que no son desde?ables. Ciertos sectores podr¨¢n verse beneficiados con una reducci¨®n de sus costes al producir para un mercado mucho mayor, y la intensificaci¨®n de la competencia, al originar una mejora de la gesti¨®n empresarial, puede aumentar la eficacia productiva al nivel de empresa; pero, desafortunadamente, estos efectos no son cuantificables.
Para terminar, quisiera resaltar algunos.factores que, en mi opini¨®n, puedan dificultar el proceso de integraci¨®n. El primero es que los niveles de protecci¨®n espa?oles son muy elevados y una parte considerable de nuestras importaciones procedan de la CEE; como consecuencia, los efectos perturbadores sobre la producci¨®n interior pueden ser importantes, a menos que gran parte de la protecci¨®n existente no se utilice, como realmente ocurre para muchos productos, por ser las diferencias de precios espa?oles y comunitarios inferiores a las que permite el arancel m¨¢s el componente protector del impuesto de compensaci¨®n. El segundo es que el subsidio impl¨ªcito en la desgravaci¨®n fiscal es, en bastantes sectores exportadores, superior al arancel comunitario, por lo que el efecto expansivo de la adhesi¨®n sobre la producci¨®n de los mismos puede ser inferior a lo que se piensa. El ¨²ltimo es que la liberalizaci¨®n, aunque se realice prudentemente a lo largo del per¨ªodo transitorio que se acuerde, tendr¨¢ lugar en unos momentos en que habr¨¢ altos niveles de desempleo en Espa?a y en Europa.
Todo lo anterior no significa que la adhesi¨®n a las Comunidades vaya a plantear unos problemas insuperables, pero tampoco van a ser ¨¦stos tan insignificantes como para acudir sin un an¨¢lisis detenido de los mismos a unas conversaciones en las que dos factores muy importantes, el poder de negociaci¨®n y la experiencia, est¨¢n en la otra parte.
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