Los enfrentamientos internos pueden significar el fin del hist¨®rico sindicato anarquista
Dividida en fracciones antag¨®nicas y con una acusada baja de afiliaci¨®n, la Confederaci¨®n Nacional del Trabajo (CNT) se est¨¢ acercando a su fin o a su conversi¨®n en un grupo o conglomerado de grupos sin fuerza sindical, seg¨²n reconocen las m¨¢s variadas fuentes de la propia CNT, fundada en Barcelona en 1911, y que en 1937 contaba con 1.600.000 afiliados. La celebraci¨®n el pr¨®ximo fin de semana de un pleno regional en Barcelona, la controvertida preparaci¨®n de su quinto congreso -el ¨²ltimo fue celebrado en 1936- y la reciente expulsi¨®n de doce destacados anarcosindicalistas catalanes est¨¢n en el centro de un debate que reproduce, en cierto modo, la hist¨®rica confrontaci¨®n entre ?fa¨ªstas? y anarcosindicalistas.
La historia de la CNT se confunde durante decenios con la del movimiento obrero catal¨¢n, a su vez, vanguardia del espa?ol. Con un ideario y un lenguaje perfectamente diferenciados de los dominantes a nivel pol¨ªtico, la ideolog¨ªa y la pr¨¢ctica de la CNT no son de f¨¢cil exposici¨®n. Recordemos ¨²nicamente los principios de apoliticismo, acci¨®n reivindicativa directa, colectivismo, asambleismo, federalismo y autogesti¨®n. Todo ello se traduce en unas formas de organizaci¨®n y de obrar tremendamente laxas, en un marco de rechazo radical de todo lo que tenga el m¨¢s m¨ªnimo parecido con alg¨²n autoritarismo.CNT-FAI
En extra?a y variante simbiosis con la CNT, existe desde 1927 la Federaci¨®n Anarquista Ib¨¦rica (FAI), cuyo prop¨®sito inicial fue asegurar el contenido anarquista de la CNT, con la cual se unific¨® de hecho durante la guerra civil. Compuesta de los elementos m¨¢s ?puros y duros?, la FAI desplaz¨® en los primeros a?os de la d¨¦cada de los treinta a los sectores anarcosindicalistas m¨¢s moderados (los ?trentistas?: Angel Pesta?a y Joan Peir¨®, entre otros), quienes al mismo tiempo eran los ¨²nicos dirigentes obreros que hubiesen sido capaces de estructurar un sindicato moderno, masivo y eficaz.
Aquella pol¨¦mica es ahora, hoy mismo, de plena actualidad. En efecto, la principal dicotomia que hallamos en la CNT es, a grandes rasgos, la misma que se dio entre ?trentistas? y ?fa¨ªstas?. Los primeros son ahora denominados ?anarcosindicalistas? o ?reformistas?, y son acusados por sus antagonistas de ?marxistas?. Su tendencia se agrupa dentro del colectivo ?grupo de afinidad anarcosindicalista? (hist¨®ricamente, las tendencias agrupadas en el seno de la CNT reciben el nombre de ?grupos de afinidad?). Con este colectivo se identifican los doce responsables recientemente expulsados, dos de los cuales pertenec¨ªan al comit¨¦ nacional. Su principal figura es Sebasti¨¢n Puigcerver, hasta hace poco responsable de organizaci¨®n del comit¨¦ nacional de la CNT.
El frente "apache"
La tendencia antag¨®nica es la m¨¢s radical o ?pura? y representa las corrientes libertarias que se dan en sectores marginales, es decir, no obreros. Su relaci¨®n con lo que m¨¢s o menos despectivamente se denomina el ?pasotismo? es evidente y reconocida. Pese a representar parcialmente el papel que correspondi¨® a la FAI, su coincidencia con esta organizaci¨®n secreta no es f¨¢cil y parece m¨¢s bien escasa. La FAI, en efecto, dividida a su vez, es fuerte en sectores del exilio y en Valencia; pero en Catalu?a, donde por razones de incidencia sindical y social se desarrolla el enfrentamiento, est¨¢ poco presente. Sus antagonistas denominan a todo este sector el frente ?apache? y tambi¨¦n el de la ?espec¨ªfica?, nombre con que fueron conocidos los grupos de acci¨®n violenta. Su principal figura es Luis Andr¨¦s Edo, quien ser¨ªa apoyado por Octavio Alberola.
La tendencia ?pura?, o ?dura?, o ?espec¨ªfica?, pone especial relieve en la organizaci¨®n de los grupos de marginados, mientras propugna el abandono de todas las acciones normales de un sindicato, incluida la negociaci¨®n de convenios colectivos. ?Considero que hoy no puede hablarse de movimientos obreros. Existen s¨®lo aparatos a nivel mundial?, afirm¨® Luis Andr¨¦s Edo en una reciente entrevista publicada por El Viejo Topo. M¨¢s adelante, Edo afirmaba: ?El problema de los convenios colectivos, que est¨¢n regulados por decreto-ley, por toda una reglamentaci¨®n, una codificaci¨®n, es la contradicci¨®n mayor que actualmente tiene la CNT. Nuestro presupuesto fundamental dentro del marco obrero es el sindicalismo de acci¨®n directa, y los convenios colectivos te enmarcan dentro de un sindicalismo de acci¨®n indirecta. Entonces hay ya dentro de la CNT una corriente que yo creo imparable, en la que me incluyo, favorable a romper el marco de los convenios colectivos.?
"Pasotas" y sindicalistas
La corriente ?reformista? o ?anarcosindicalista? considera que esta marginaci¨®n de la CNT de las convenios colectivos equivaldr¨ªa a su desaparici¨®n como sindicato. Como alternativa a esta falta de presencia sindical cl¨¢sica, la corriente de Luis Andr¨¦s Edo, hoy, al parecer, dominante en la CNT , propugna la organizaci¨®n de los marginados, los j¨®venes, las corrientes contraculturales. ?Est¨¢ el problema -afirm¨® Edo en la citada entrevista- de la influencia del movimiento vivencial, contracultural, y que creo que es el movimiento m¨¢s importante de todo el pa¨ªs, fen¨®meno social que no est¨¢ vertebrado ni estructurado, pero que est¨¢ ah¨ª. ?
La corriente ?pura? es la que ha logrado las recientes expulsiones de los componentes del ?grupo de afinidad anarcosindicalista?. Pero la fuerza de este sector anarcosindicalista es a¨²n considerable. Lo prueba que diversos sindicatos y organizaciones locales de la CNT de Catalu?a (banca, transportes, Administraci¨®n p¨²blica, Bajo Llobregat, Matar¨®, Figueras) hayan acordado solicitar del pleno regional que se iniciar¨¢ ma?ana la exclusi¨®n de la CNT -exactamente la ?desfederaci¨®n?- del sindicato de la construcci¨®n (cuya principal figura es Edo).
Como componentes b¨¢sicos del actual conflicto figuran tambi¨¦n la actitud de la CNT en el exilio (representada esencialmente por Federica Montseny y Germinal Esgleas), las caracter¨ªsticas de la reconstrucci¨®n de dicha central en el interior, a partir de 1976, y el fracaso de algunas acciones concretas. Ello ser¨¢ abordado en el pr¨®ximo art¨ªculo de la serie.
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