La tecnolog¨ªa UFO, con "Superman" como profeta
Hoy termina en Madrid el Congreso Nacional sobre Ufolog¨ªa, la ciencia que estudia el controvertido tema de los objetos voladores no identificados. En este ¨²ltimo cap¨ªtulo de su serie sobre la mencionada cuesti¨®n, Salvador Sagaseta plantea el porvenir de esta ciencia como posible instrumento de los pa¨ªses poderosos para explicar lo inexplicable. Tambi¨¦n se pregunta el autor si la que ¨¦l llama ?teolog¨ªa UFO? no existir¨¢ especialmente dise?ada para servir a pa¨ªses del Tercer Mundo, donde precisamente aparecen m¨¢s objetos misteriosos provenientes de otras galaxias.
De una primera fase m¨¢gico-dram¨¢tica (amenaza de cat¨¢strofe universal), el OVNI pas¨® a una segunda caracterizaci¨®n como presunta arma secreta bolchevique, y, en fin, evolucion¨® hasta erigirse en esperanza religiosa o esperanza de salvaci¨®n universal. El OVNI ven¨ªa a salvarnos; el platillo es de Dios y Superman fue su profeta. La profec¨ªa del comic se cumpli¨® y el OVNI vino hasta nosotros. El comic ya adelant¨® la evoluci¨®n religiosa de la ufolog¨ªa. Superman reproduc¨ªa en clave siglo XXI la historia de Cristo con apenas algunas variantes. (Jor-El, se?or de Krypton, env¨ªa a la Tierra a su hijo Kal-El, futuro Superman, dios del espacio hecho hombre) que ser¨¢ adoptado por la familia Kent. Como Cristo, Superman tampoco ser¨¢ ?de este mundo? y se integrar¨¢ en ¨¦l a trav¨¦s de la paternidad puramente formal de los Kent.)Tambi¨¦n en esta tercera fase teol¨®gica, pese a ser aparentemente la m¨¢s celeste, el mito-OVNI ahonda sus ra¨ªces en lo m¨¢s profundo de la tierra. Su incomprensi¨®n de la guerra, el militarismo, la carrera armamentista, tiene la misma, id¨¦ntica, estructura l¨®gica del terror del hombre de la calle, del campesino, del ciudadano medio, situado ante riesgos y conflictos cuya necesidad no comprende y aterrorizado de su propio poder destructivo. El para¨ªso prometido tampoco falta en el romance interplanetario (y con ello ya tenemos al completo la teolog¨ªa-UFO). As¨ª, por ejemplo, el Instituto Peruano de Relaciones Interplanetarias, con sede en Lima, nos revelar¨¢ que al margen de la Tierra existen planetas vivos y civilizados que viven unas relaciones fecundas y de buena amistad. El 80 % de esos para¨ªsos extraterrestres habr¨ªa dado lugar a una Confederaci¨®n Interplanetaria, cuya misi¨®n ser¨ªa velar por el equilibrio c¨®smico. Naturalmente, nuestra perspectiva final ser¨ªa integrarnos en esa gran familia de planetas bajo la protecci¨®n de esa especie de ONU gal¨¢ctica, aparentemente mucho m¨¢s eficaz que la nuestra. Esta es toda la teolog¨ªa-UFO.
Todas las caracter¨ªsticas del amor divino (amor distante, dolor por las miserias humanas, presencia m¨²ltiple, poderosa e inasequible) aparecen ahora asociadas al OVNI, carroza del dios en escafandra, divinidad de la era Apolo. Y el ?lenguaje pastoral? de esta nueva Alt¨ªsima Divinidad no se disocia mucho de la dolorida prosa catastr¨®fica de los profetas preastron¨¢uticos y precristianos: son la voz ventr¨ªlocua del animal-hombre, que prosigue en el espacio su eterna b¨²squeda de Dios. La afortunada sentencia de Eluard, seg¨²n la cual existen otros mundos, pero todos est¨¢n en ¨¦ste, es de una profundidad que no necesita ser subrayada. Barthes observa por su parte c¨®mo Marte no es solamente la Tierra, sino la Tierra m¨¢s arcaica. De hecho, si se observa la geograf¨ªa de las visiones, se nota que, salvo raras excepciones no muy expresivas, la geograf¨ªa del OVNI coincide con demasiada frecuencia con la geograf¨ªa de la miseria: Colombia, Venezuela, Paraguay, Ecuador, Brasil, Guatemala, o Sicilia y Cerde?a y Andaluc¨ªa y Canarias. Casi nunca el OVNI adquiere caracter¨ªsticas de epidemia en los grandes pa¨ªses industriales, sino vuela m¨¢s bien en las zonas rurales o aparece en las regiones m¨¢s deprimidas (los oasis de miseria) del mundo desarrollado. O lo que es lo mismo, el OVNI es un fen¨®meno tercermundista y fundamentalmente agrario: en el campo supersticioso y deprimido, all¨ª donde no es asombroso el nacimiento de una cabra con dos cabezas, la idea de un hom¨²nculo verde cabezudo es otro capricho m¨¢s de la naturaleza. Por este car¨¢cter agrario, la geograf¨ªa del OVNI puede interpretarse tambi¨¦n como coincidente con la geograf¨ªa del milagro cat¨®lico.
Tambi¨¦n los tiempos del OVNI coinciden significativamente con las grandes cat¨¢strofes terrestres. Superman aparece en Estados Unidos en 1938, o sea, en plena depresi¨®n econ¨®mica, cuando el mito de la Gran Naci¨®n norteamericana comenzaba a apolillarse y ante el hombre se abr¨ªa el t¨²nel inquietante de la guerra. Entonces hab¨ªa que buscar en el espacio otra Gran Presencia alternativa, capaz de irradiar nueva seguridad. Superman llegar¨ªa a los frentes europeos en la mochila de los soldados EEUU como un amuleto segurizador. Por su parte, los OVNI hacen su aparici¨®n a?os despu¨¦s, sobre todo, a partir del genocidio at¨®mico en Hiroshima, que proyect¨® sobre la entera humanidad el peligro del desastre nuclear. En definitiva, nos asomamos al OVNI creyendo que es una ventana abierta a otros mundos y en realidad nos vemos en un espejo, porque el mundo del OVNI es nuestro mundo proyectado hacia el espacio. El caballo volador de El ladr¨®n de Bagdad o la alfombra m¨¢gica de Las mil y una noches, o el carro de fuego del profeta Isa¨ªas; cada ¨¦poca se ha ?fugado al espacio? a bordo de un objeto volante caprichoso. El platillo era el objeto que reclamaban la tecnolog¨ªa y los gustos arquitect¨®nicos de la era espacial.
En ese sentido solamente podr¨ªa reproch¨¢rsele al OVNI su frialdad: un objeto t¨¦cnicamente perfecto, met¨¢lico y fr¨ªo, como es el platillo volante, presupone ya una diferencia notable frente a las anteriores sugestiones de vuelo. La diferencia radica en la propia naturaleza met¨¢lica de la carroza salvadora del momento o lo que es lo mismo, en su acongojante falta de poes¨ªa. En cuanto que esperanza en lata, el OVNI es una esperanza inhumana, privada del exotismo rom¨¢ntico del carro de fuego de Isa¨ªas, del poder m¨¢gico de la alfombra voladora o de la innegable calidad po¨¦tica del caballo volador. Pero solamente una fisonom¨ªa met¨¢lica pod¨ªa dar credulidad al OVNI y traduci¨® al lenguaje de la era tecnol¨®gica la vieja sugesti¨®n religiosa, adapt¨¢ndola a la ¨¦poca del acero, del pl¨¢stico, de las sustancias qu¨ªmicas y sint¨¦ticas. Hac¨ªa ya a?os que la qu¨ªmica y la siderurgia nos hab¨ªan impuesto objetos artificiales que nos privaban de la humanidad del tacto, y a?os tambi¨¦n en que el milagro hab¨ªa sido encerrado en los alambiques de laboratorio y no concebido al margen de la electr¨®nica o la mec¨¢nica.
Pero esta vinculaci¨®n con la realidad que le da el metal no ha hecho del OVNI y de la sugesti¨®n espacial un mito ajeno a la poes¨ªa. Porque, en efecto, el OVNI es una m¨¢quina (met¨¢lica), pero tambi¨¦n algo mucho m¨¢s po¨¦tico.
El paseo ingr¨¢vico y flotante del astronauta es una promesa de libertades en un marco donde incluso la dictadura de las leyes f¨ªsicas viene a meros. El vuelo del cosmonauta fuera de la c¨¢psula, liberado de la m¨¢quina, es lento, caprichoso y arbitrario; preanuncia la liberaci¨®n del gesto colonizado por la industria y el racionalismo productivo terrestre, promete una alternativa de libertad gestual astron¨¢utica que oponer a la tiran¨ªa gestual de la cadena de montaje: el astronauta fuera de la c¨¢psula es precisamente ?v¨ªctima? de la supresi¨®n de la ley de la gravedad, que le devuelve el gesto espont¨¢neo y le permite volar como un p¨¢jaro.
Una de las caracter¨ªsticas m¨¢s curiosas de esta nueva fase teol¨®gica del OVNI es la carrera hacia la captura ideol¨®gica del OVNI. Como toda religi¨®n de masas, la ufolog¨ªa corre hoy el riesgo de caer en manos de ?os poderosos. Tampoco faltan los que reclaman para la izquierda el OVNI. Para ellos est¨¢ claro que una civilizaci¨®n altamente desarrollada en el plano t¨¦cnico y fraternal ha tenido que superar la divisi¨®n en clases y llegar a una forma de comunismo. Con ello, la ?cuarta etapa? del mito OVNI ya est¨¢ insinuada. Incluso el secretario general de las Naciones Unidas ha hecho incluir un mensaje a las civilizaciones extraterrestres en una de las c¨¢psulas Apolo. Abandonado por las potencias, despu¨¦s de un primer intento de instrumentalizaci¨®n pol¨ªtica del fen¨®meno, de nuevo se Insin¨²a sobre el OVNI la hipoteca de una paternidad pol¨ªtica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.