Progres¨ªa y picaresca

Entre tanto artista que nos cuenta su vida y tanto ide¨®logo camuflado que pretende vendernos su doctrina, Francisco Rom¨¢ aparece como una feliz excepci¨®n. Francisco Rom¨¢ ha hecho su primer largometraje y, nadie sabe si por un afortunado desfase con los h¨¢bitos del momento, por simple honradez, por inteligencia o, lo que es m¨¢s probable, por las tres cosas, sus intenciones no han sido otras que las de divertir a ese ente extra?o y escurridizo al que llaman el respetable y al que casi nadie respeta.Tres en raya es un aceptable intento de comedia, cuyo m¨¦rito es mayor a¨²n por el hecho de haberse realizado en un pa¨ªs donde este g¨¦nero ha sido siempre ignorado, subvalorado o, simplemente, mal practicado. Esta falta de una tradici¨®n de comedia en la que apoyarse -dado que Berlanga constituye en s¨ª mismo un g¨¦nero y bastante inimitable- hace que cualquier intento en este sentido suponga una especie de salto en el vac¨ªo. El salto de Francisco Rom¨¢ es mayor por el hecho de que: ni ha intentado hacer comedia costumbrista ni cine realista con un leve tono de comedia. Rom¨¢ va por el camino de la comedia pura; de ah¨ª el irrealismo y las convenciones que aparecen en su trabajo. Que Rom¨¢ est¨¢ dotado para la comedia lo prueban su sentido del gag y de las situaciones equ¨ªvocas. El mayor defecto de su pel¨ªcula es quiz¨¢ la dispersi¨®n. Tres en raya desarrolla demasiado linealmente las andanzas de sus personajes, las escenas se suceden como episodios aislados que s¨®lo la presencia de los protagonistas y el leit-motiv de la b¨²squeda de dinero logran unir. La comedia necesita un espacio m¨¢s definido y una mayor interrelaci¨®n entre todo lo que en ella ocurre. Los distintos episodios de Tres en raya no se sostienen unos a otros; ello hace que la pel¨ªcula a ratos guste y a ratos no o que el tercio final sea inferior a los precedentes.

Sin embargo, son m¨¢s los aciertos de esta pel¨ªcula. Rom¨¢ consigue hacernos re¨ªr un 75 % de las veces que se lo propone, ha logrado mucho m¨¢s de lo que cab¨ªa esperar con unos elementos nada prometedores. Pese a su gran dosis de absurdo, Tres en raya resulta una divertida versi¨®n de la picaresca progre que recrea con bastante competencia el tono de la comedia cl¨¢sica aunque no su necesaria coherencia estructural.