Sabio y eficaz partido del Madrid, que se acerca al t¨ªtulo
A los diez minutos del comienzo del partido, el Madrid, por medio de una buena jugada de Juanito por la izquierda que termin¨® con un gran cabezazo de Santillana y una feliz intervenci¨®n de Arconada, dio un claro aviso de que fue a Atocha a intentar asegurarse el t¨ªtulo. Despu¨¦s, sin brillantez, pero con eficacia, puso un toque y un par de detalles sabios y eficaces que le acreditaron como campe¨®n que si no quiere decir muy bueno, s¨ª quiere decir el mejor. La Real no fue ni con mucho ese equipo que hace buen f¨²tbol y no estuvo nunca a su altura.En las ocasiones importantes es donde se dejan ver los campeones y el domingo, el Madrid, sin hacer ni mucho menos un gran partido, si jug¨® lo suficiente como para no permitir que la Real ganara, que era el firme prop¨®sito con que lleg¨® el equipo de Molowny a San Sebasti¨¢n. Supo aguantar primero el impetuoso y abrumador ataque con que empez¨® el conjunto donostiarra para despu¨¦s, poco a poco, ?llevar el partido? al centro del campo, que era donde a ¨¦l le con ven¨ªa se desarrollase, a la espera de un posible contraataque que protagonizar¨ªan casi siempre Juanito y Santillana. Mientras, la Real se limit¨® o tuvo que limitarse a jugar por el centro del campo con un Diego sensacional e Iriarte y Zamora en buen tono. Luego, al llegar al ¨¢rea blanca, se les iban las ideas y muy faltos de imaginaci¨®n tan s¨®lo fueron capaces de crear peligro en contadas ocasiones, que siempre supo conjurar Garc¨ªa Rem¨®n, r¨¢pido de reflejos y en buen momento de juego.
Hay que poner buena nota a la parcheada defensa madridista, por que las esperanzas de que llegase por fin el triunfo guipuzcoano se fundamentaban especialmente en que Id¨ªgoras, Satr¨²stegui y L¨®pez Ufarte superasen a los Sabido, Benito y Cort¨¦s. No fue as¨ª, y los tres puntas blanquiazules no dieron ni con mucho su talla. Cuando un ataque juega como lo hizo el domingo el de la Real, dif¨ªcilmente se puede ganar un partido en casa. Y al analizar los noventa minutos de este encuentro resulta evidente que es m¨¢s censurable la actitud y juego, del equipo local voluntarioso y con ganas, pero incapaz de evitar que su rival hiciera el partido que le conven¨ªa.
Del Bosque fue quien llev¨® el peso del centro del campo madridista y marc¨® la pauta de ese juego -hay que insistir- no brillante, pero sabio e inteligente, sereno y ¨²til que hizo el Madrid. Ni Stielike, muy luchador, pero nada m¨¢s, ni sobre todo Jensen, oscuro y sin encontrarse en el campo, tuvieron una feliz actuaci¨®n, quiz¨¢ debido a que los centrocampistas donostiarras tuvieron m¨¢s tiempo el bal¨®n en sus botas. Ocurre que esto no preocup¨® mucho a los l¨ªderes, que abortaban perfectamente los ataques de los hombres de Ormaecha cuando estos llegaban a la l¨ªnea del ¨¢rea de castigo. Por el contrario, Del Bosque supo lanzar a Juanito Santillana, motivo por el que los blancos crearon m¨¢s peligro.
El domingo Juanito no s¨®lo jugar¨¢ sino que corri¨® y luch¨®, e incluso se preocup¨® de bajar a por balones que luego subi¨® con sabidur¨ªa suficiente como para inquietar siempre al rival. Juanito es de los que saben jugar y de los que ven f¨²tbol y de ah¨ª que el d¨ªa que ?est¨¢ por la faena? traiga de cabeza a la defensa rival e incluso tenga mucho que ver en el juego creador de su equipo. El domingo tuvo una afortunada actuaci¨®n que cumpliment¨® bien Santillana, siempre atento para poder culminar los incisivos contraataques que hizo su equipo y, dentro de lo que se atac¨®, prolifer¨® en valientes e importantes remates, casi siempre con la cabeza que dicen mucho en favor del ariete blanco.
Es justo destacar a la vista de lo que es habitual que no s¨®lo hubo correcci¨®n en el campo sino en las gradas y que pese a que el equipo de casa tuvo que ceder un positivo no hubo, ?albricias!, almohadillas, ni botes, ni agresiones. Aquello se pareci¨® mucho a un partido de f¨²tbol simple y llanamente e hizo recordar a todos eso de que el f¨²tbol es s¨®lo un juego y como no hay que tomarlo, por muchos millones que las circunstancias ha querido que ahora se muevan. El Real no pudo romper la tradici¨®n pero, sin embargo, ya tiene asegurado el lleno de la pr¨®xima temporada, en la que todos volver¨¢n a acudir a Atocha para ver si por fin llega el triunfo.
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