La direcci¨®n del PSOE hace tiempo que abandon¨® el marxismo
Secretario de Coordinaci¨®n de Federaciones de Industria de la Comisi¨®n Ejecutiva de Euskadi de UGTMILAGROS SAN MARTIN
Miembro de la Comisi¨®n Ejecutiva de Euskadi de UGT
Felipe Gonz¨¢lez ha reiterado su intenci¨®n de proponer al XXVIII Congreso del PSOE que ?sea retirado el t¨¦rmino marxista? del programa del PSOE, confirmando la interpretaci¨®n que hac¨ªamos hace un a?o de sus declaraciones en Barcelona.
En realidad, Felipe Gonz¨¢lez intenta convencernos de que ¨²nicamente se trata del abandono formal de la palabra marxismo, mientras se mantiene la ?primitiva declaraci¨®n de principios del partido?.
Sin embargo, tanto en la gesti¨®n que la comisi¨®n ejecutiva presenta a discusi¨®n en el XXVIII Congreso como en la rueda de prensa celebrada en Gij¨®n, Felipe Gonz¨¢lez afirma que las transformaciones que propugna el PSOE para cambiar la sociedad deben realizarse ?sobre el texto constitucional y no al margen de la Constituci¨®n?. En la declaraci¨®n de principios del PSOE se habla claramente de la ?necesidad de la transformaci¨®n revolucionaria de la sociedad capitalistas en sociedad socialista?, mediante la toma del poder pol¨ªtico. M¨¢s claras todav¨ªa son las palabras de Pablo Iglesias, citadas por Luis Araquistain en su art¨ªculo titulado ?Pablo Iglesias y la dictadura del proletariado?, aparecido en el peri¨®dico Claridad con motivo del X aniversario de la muerte de Pablo Iglesias. ?La clase obrera -dec¨ªa Pablo Iglesias- no puede conquistar el poder pol¨ªtico sin arrebat¨¢rselo a la burgues¨ªa, y cuando lo haya conquistado expropiar¨¢ a esta econ¨®micamente en beneficio de la sociedad.?
La propuesta de Felipe Gonz¨¢lez va m¨¢s all¨¢ de las meras cuestiones formales. Pretende claramente, aunque de manera encubierta, la revisi¨®n total de la declaraci¨®n de principios y la estrategia revolucionaria, que ha caracterizado al PSOE al menos en su primera ¨¦poca.
Cuando hace un a?o Felipe Gonz¨¢lez se mostr¨® partidario, por primera vez, de proponer al XXVIII Congreso el abandono del marxismo, Alfonso Guerra declar¨® que el PSOE pod¨ªa acabar con el Gobierno Su¨¢rez en cualquier momento, pero que no ve¨ªa muy claro cu¨¢les iban a ser las reacciones de los banqueros, militares y los americanos de cara a un Gobierno 100% socialista.
En realidad, las declaraciones de Alfonso Guerra explican muy claramente el porqu¨¦ de la campa?a contra el marxismo en el PSOE.
En el XXVII Congreso fue aprobado un programa de transici¨®n que, indudablemente, conten¨ªa una serie de puntos que tienen el apoyo total de la clase obrera: jornada de cuarenta horas, ense?anza gratuita y obligatoria hasta los diecisiete a?os, jubilaci¨®n a los sesenta a?os... Nosotros, que ¨¦ramos delegados al XXVII Congreso por la Federaci¨®n de Alava, explic¨¢bamos en un documento presentado al congreso que ?cualquier intento por parte de un Gobierno socialista de llevar a cabo estas reformas se enfrentar¨ªa inevitablemente con la resistencia implacable de banqueros y capitalistas. Por tanto, la ¨²nica manera de llevar a cabo el programa del partido ser¨ªa mediante ?la nacionalizaci¨®n de la banca, la tierra y los grandes monopolios bajo control obrero y con indemnizaci¨®n s¨®lo en casos de necesidad comprobada?.
Despu¨¦s de la celebraci¨®n del XXVII Congreso, la actual direcci¨®n del partido empez¨® una campa?a de persecuci¨®n de los marxistas en el PSOE y del peri¨®dico Nuevo Claridad, portavoz de nuestras ideas. Pr¨¢cticamente, la totalidad de los delegados al XXVII Congreso del partido por Alava fuimos expulsados, y nuestra federaci¨®n, disuelta (en el caso de las Juventudes Socialistas, dos veces); en Navarra, Sevilla, Madrid, Cartagena, Santander, Zaragoza e incluso en Barcelona, en las Juventudes Socialistas se repetir¨ªa la misma historia.
El intento de relanzar la campa?a contra el marxismo en el PSOE, por medio de las declaraciones de Felipe, nos ha llevado a escribir este art¨ªculo, ya que es evidente que existe una relaci¨®n directa entre el intento de socialdemocratizaci¨®n del PSOE y la persecuci¨®n de que hemos sido objeto durante estos dos ¨²ltimos a?os los marxistas del PSOE, aglutinados en torno al peri¨®dico semanal Nuevo Claridad.
En realidad, los efectos de esta campa?a no han podido ser m¨¢s nefastos para el partido. Precisamente como consecuencia de estas expulsiones el PSOE ha estado en crisis permanente en Alava y su incidencia es escasa. Todas estas actuaciones han influido notablemente en el ¨¢nimo de los trabajadores afiliados a la UGT, reacios a entrar en el partido al ver esta situaci¨®n, caracterizada por la ignorancia constante de los estatutos del partido aprobados en el ¨²ltimo congreso y la falta de democracia interna. Baste decir que nuestro caso no ha sido tratado por ninguna comisi¨®n de conflictos y llevamos dos a?os expulsados.
Concretamente, en Alava y en todo el Pa¨ªs Vasco el PSOE ha perdido much¨ªsimos votos -cerca de un 10%- pasando a ser la tercera o la cuarta fuerza pol¨ªtica, lo que contrasta enormemente con la situaci¨®n obtenida el 15 de junio, cuando, por primera vez en la historia, el PSOE se convirti¨® en la primera fuerza pol¨ªtica en Euskadi
Uno de los puntos que m¨¢s perjudicaron al partido en el Pa¨ªs Vasco fue, sin duda, el abandono del derecho de autodeterminaci¨®n de las nacionalidades. Por otra parte, la abstenci¨®n de la juventud o su voto a los abertzales (las Juventudes Socialistas han sido totalmente destruidas en Euskadi) y la desmoralizaci¨®n y consiguiente abstenci¨®n de amplios sectores de los trabajadores, al ver que el programa electoral presentado por la direcci¨®n del PSOE no se diferenciaba suficientemente del de UCD, son algunos de los puntos que explican la derrota del PSOE en las ¨²ltimas elecciones generales del 1 de marzo.
Si el PSOE respalda la pol¨ªtica ya iniciada hace alg¨²n tiempo por Felipe Gonz¨¢lez, y que quiere so meter a consideraci¨®n de los delegados al congreso, proponiendo el abandono del marxismo, amplias capas de trabajadores retirar¨¢n su apoyo a nuestro partido. Felipe deber¨ªa darse cuenta de que Espa?a no es Alemania Federal, ni los a?os setenta son los a?os cincuenta. Esto lo saben perfectamente los economistas que dirigen los grandes bancos del pa¨ªs. Aqu¨ª no cabe un nuevo Bad-Godesberg.
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