Marcelle Auclair: "Santa Teresa ir¨ªa hoy a hacer las fundaciones en un ?dos caballos?"
La escritora francesa pronuncia hoy una conferencia en Madrid
?Usted cree que, si santa Teresa hubiera vivido en el siglo XX, hubiera hablado de ¨¦xtasis? ??Por qu¨¦ no? No me extra?ar¨ªa que hoy hubiera hombres y mujeres con ¨¦xtasis. Yo no conozco a ninguno o, si los conozco, no lo cuentan. ?Se imagina usted a alguien llamando por tel¨¦fono a una amiga y diciendo: voy a ir a verte porque estoy en ¨¦xtasis?? Marcelle Auclair, escritora y periodista francesa, que en noviembre cumplir¨¢ ochenta a?os, ha venido a Madrid para pronunciar, hoy jueves, una conferencia sobre Santa Teresa, mujer moderna.
Dentro de su extensa obra, la escritora francesa siente aut¨¦ntica predilecci¨®n por la figura de la Santa de Avila, a la que descubri¨® a los catorce a?os, aunque no intimaron definitivamente hasta que la fundadora de las carmelitas le hizo un milagro. ?S¨ª, me hizo un milagro. Cuando no ten¨ªa d¨®nde alojar a mis hijos, le ped¨ª un piso y le promet¨ª traducir al franc¨¦s El libro de las fundaciones, cosa que inici¨¦ en aquel mismo momento. Al d¨ªa siguiente me present¨¦ en el Ministerio de la Guerra, ya que mis hijos ten¨ªan derecho a que all¨ª les dieran un piso, porque su padre hab¨ªa muerto en la segunda guerra mundial. Apenas me vio el oficial que se ocupaba del tema, me dijo que era un milagro -pronunci¨® esta palabra- que yo estuviera all¨ª, porque ten¨ªa un piso para m¨ª.?Despu¨¦s, al terminar Las fundaciones, Marcelle Auclair estuvo cinco a?os escribiendo la biograf¨ªa de santa Teresa, y dice que fue la primera que entr¨® en la clausura de los conventos, para lo que se necesitaba un permiso de Roma. ?Y me lo dieron, aunque no me acuerdo qu¨¦ Papa, pero era el anterior a Juan XXIII, porque ¨¦ste era muy amigo m¨ªo. ?
Marcelle Auclair, que se sienta con las piernas encima del sof¨¢
-?No importa para las fotos, ?verdad? Es que me siento m¨¢s c¨®moda- y fuma un cigarrillo detr¨¢s de otro, ha hablado sobre las feministas, los hombres, los ¨¦xtasis, la alimentaci¨®n y la condici¨®n humana. Y tambi¨¦n de sus amigos, como Lorca, ?aunque mi atractivo por santa Teresa y por Federico no se pueden comparar?.
Pregunta. ?En qu¨¦ se manifiesta la modernidad de santa Teresa?
Respuesta. Bueno, no era una feminista empedernida, incluso habla bastante mal de las mujeres. Pero en su forma de portarse era moderna. En el convento de Malag¨®n, invent¨® una m¨¢quina de moler almendras y dec¨ªa que las monjas, si no com¨ªan carne, ten¨ªan que comer almendras; es decir, fue la inventora de la diet¨¦tica moderna. Adem¨¢s, en ese convento se invent¨® una especie de refrigerador para mantener fresca el agua. En los conventos de carmelitas hay Jarras y palanganas para lavarse. Hoy, santa Teresa pondr¨ªa agua corriente en las celdas y tendr¨ªa un Citro?n 2 CV retorcido para ir a hacer las fundaciones. Adem¨¢s, es muy directa; cuando escribe a sus superiores carmelitas o al rey habla con una eficacia extraordinaria. Por otra parte, le gustaba cocinar y tiene cartas a un superior de los descalzos en las que le dice que hay que comer bien. Cuando llegaba a un convento se pon¨ªa a cocinar. Una vez entr¨® en ¨¦xtasis con una sart¨¦n de aceite en la mano y no se le derram¨® ni una gota. Esto demuestra que ten¨ªa la cabeza en el cielo y los pies en la tierra. Ya dec¨ªa Graci¨¢n: ?Si a la madre Teresa se le ha ocurrido algo, m¨¢s vale d¨¢rselo r¨¢pido, pues lo conseguir¨¢ igual.?
P. Se ha dicho que los ¨¦xtasis podr¨ªan ser consecuencia de los largos ayunos, la ingesti¨®n de algunas hierbas posiblemente alucin¨®genas e incluso, orgasmos y sensaciones sexuales.
R. Yo creo que en santa Teresa eran aportaciones m¨ªsticas puras. Es muy f¨¢cil decir que sus ¨¦xtasis eran una sexualidad escondida. Adem¨¢s, en algunos aspectos presentaba cierta debilidad. Cuando una monja entraba en ¨¦xtasis, ella dec¨ªa que hab¨ªa que darle de comer carne. Quer¨ªa resistirse a los ¨¦xtasis, pero no pod¨ªa.
P. ?C¨®mo entender¨ªa hoy santa Teresa la espiritualidad?
R. Despu¨¦s de la vida de santa Teresa escrib¨ª la del pol¨ªtico socialista franc¨¦s Jean Jaur¨¦s. La gente me preguntaba el porqu¨¦ de ese salto, y yo respond¨ªa que Jaur¨¦s hubiera sido santo en el siglo XVI y santa Teresa habr¨ªa sido socialista en el siglo XX. Yo lo digo en son de broma, pero ella invent¨® la frase de que quien quiere comer tiene que trabajar, y es un lema socialista.
P. ?Por qu¨¦ se encontraba tan bien santa Teresa en la cocina?
R. Porque entre los pucheros anda Dios y la vida material no nos aleja de ¨¦l. Es como para usted: entre su m¨¢quina de escribir anda Dios. Y hemos de admitir esta realidad, aunque hay mucha gente que no lo sabe.
P. ?Por qu¨¦ era tan contraria a las mujeres?
R. Dec¨ªa de las mujeres de su ¨¦poca cosas como ¨¦stas: ?Basta pensar que soy mujer para que se me caigan las alas?, ?mujer y ruin?, ?de muchas mujeres juntas, Dios nos libre?. En su primer convento, la Encarnaci¨®n, eran 150 mujeres; no quer¨ªa en sus conventos m¨¢s de trece y dec¨ªa que cuarenta eran el infierno. Ahora son veinticuatro y ella lo consinti¨® con mucha dificultad. De las feministas actuales hubiera pensado lo que yo, que tienen mucha raz¨®n, pero que demuestran una agresividad excesiva y eso no las ayuda.
P. ?Con el hombre era m¨¢s tolerante?
R. No le ten¨ªa una admiraci¨®n inmensa, era demasiado l¨²cida. Admiraba al padre Graci¨¢n y a san Juan de la Cruz, pero no le ten¨ªa la admiraci¨®n que le profesaba al primero, porque san Juan ten¨ªa reticencias sobre sus ¨¦xtasis, mientras que Graci¨¢n se los aprobaba. Ahora, no era parcial. A Graci¨¢n le escrib¨ªa cartas con gran severidad.
P. ?No ten¨ªa una gran opini¨®n sobre la condici¨®n humana?
R. No estaba muy satisfecha de ella, aunque era optimista. Ten¨ªa un car¨¢cter fundamentalmente alegre y en todas sus cartas habla de cosas de las que se re¨ªa. Es la santa m¨¢s alegre que yo conozco.
P. Usted tambi¨¦n ha escrito sobre Bernadette Soubirous.
R. Pero entre ellas hay diferencias fundamentales; primero, el siglo. Bernadette era muy inteligente, pero no me atrae ni de lejos lo que santa Teresa, que es mi compa?¨ªa. No hay momento o d¨ªa en que no hable de ella, lea sus obras o escriba unas l¨ªneas sobre ella.
P. ?Qu¨¦ le llev¨® a escribir Infancias y muerte de Garc¨ªa Lorca?
R. Era gran amigo m¨ªo. Ahora veo con bastante pena que, de tanto hablar de su muerte, apenas se habla de su obra. Para m¨ª Federico es uno de los grandes poetas de este planeta, pues no s¨®lo hace versos, sino que est¨¢ lleno de poes¨ªa. Es un extraordinario autor dram¨¢tico, pero mejor poeta. Si hubiera vivido, su obra teatral hubiera tomado dimensiones a¨²n mayores, porque me encanta, pero es como un tanteo, un esbozo. Ahora, mi atractivo por santa Teresa y Federico no se puede comparar. Ella es como una amiga, tiene contestaci¨®n para todas mis preguntas y es mi alimento esencial. Federico era un buen compa?ero. Nos re¨ªamos juntos como locos, era de morirse de risa, f¨ªjese, un autor tan dram¨¢tico. Pero su obra no es para m¨ª un alimento.
Babelia
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