S¨®lo cinco ciudades han tenido campe¨®n de Liga
En los a?os veinte el f¨²tbol recibi¨® un definitivo empuj¨®n en Espa?a. Los Juegos Ol¨ªmpicos de Amberes, disputados en 1920, en los que la selecci¨®n espa?ola alcanz¨® un celebrad¨ªsimo segundo puesto, hicieron multiplicarse la afici¨®n a ese deporte entre los espa?oles. Lo que pocos a?os antes a¨²n era una afici¨®n de exc¨¦ntricos angl¨®filos se convirti¨® en un deporte popular y en un espect¨¢culo con gran capacidad de arrastre. En el a?o 26 las taquillas ya eran lo bastante elevadas como para permitir la aparici¨®n del profesionalismo oficial, tras unos a?os en los que los clubs hab¨ªan adquirido ya la pr¨¢ctica de estimular a sus jugadores con primas en los partidos importantes.Los campeonatos regionales y la Copa de Espa?a no cubr¨ªan un calendario lo suficientemente denso como para justificar las aspiraciones de los entusiastas directivos. En Inglaterra funcionaba ya desde hac¨ªa a?os el sistema de ?todos contra todos?, el campeonato de Liga. Los clubs que hasta la fecha hab¨ªan sido campeones de Copa se pusieron de acuerdo para jugar un campeonato de esas caracter¨ªsticas. Seis clubs hab¨ªan sido campeones hasta entonces: el Athl¨¦tie de Bilbao, Madrid, Barcelona, Real Sociedad, Real Uni¨®n de Ir¨²n y Arenas de Guecho, aparte del Vizcaya, el Ciclista de San Sebasti¨¢n y el R¨¢cing de Ir¨²n, ya desaparecidos. El campeonato, tras muchas discusiones, se complet¨® con otros cuatro equipos: Espa?ol de Barcelona, Europa de Barcelona, Atl¨¦tic de Madrid y R¨¢cing de Santander.
El 10 de febrero de 1929 se disput¨® la primera jornada, con estos resultados: Real Sociedad, 1Athl¨¦t¨ªc, 1. Espa?ol, 3; Reai Uni¨®n, 2. Madrid, 5; Europa,'O. Arenas de Guecho, 2; Athl¨¦tic de Madrid, 3; un d¨ªa despu¨¦s se disputaba el quinto encuentro de la jornada: R¨¢cing de Santander, 0; Barcelona, 2. El Madrid era el primer l¨ªder.
Al t¨¦rmino de dieciocho jornadas, el Barcelona era campe¨®n, con veinticinco puntos y siete positivos. el Madrid fue segundo, y el Athl¨¦tic de Bilbao, tercero. El R¨¢cing de Santander, ¨²ltimo, tuvo que defender su permanencia en la categor¨ªa, disputando una promoci¨®n a doble partido con el Sevilla, al que consigui¨® vencer con un apretado 3-2 en el c¨®mputo de los dos partidos.
El Barcelona, campe¨®n, contaba con figuras que han quedado para la historia, como el meta h¨²ngaro Platko y el genial Samitier. Otros ?astros? de la ¨¦poca eran el inolvidable Zamora, en el Espa?ol, el tambi¨¦n meta Blasco, del Athl¨¦tic de Bilbao, y el madridista Gaspar Rubio, por s¨®lo citar unos cuantos.
La Liga s¨®lo la interrumpi¨® la guerra
Del ¨¦xito que tuvo la f¨®rmula del ?todos contra todos? en Espa?a baste decir que s¨®lo la guerra civil pudo interrumpir por tres a?os su celebraci¨®n. Cuando se lleg¨® a ella se hab¨ªan disputado ya ocho campeonatos, con cuatro t¨ªtulos para el Athl¨¦tic de Bilbao -que reuni¨® una delantera hist¨®rica con Lafuente, Iraragorri, Bata, Chirri y Gorostiza-, dos para el Madrid -que fich¨® el tr¨ªo defensivo internacional Zamora, Ciriaco, Quincoces-, uno para el Barcelona, que fue incapaz de repetir, y otro para el Betis, que junto con otros clubs no fundadores, como el Sevilla, el Valencia y el Oviedo, se hab¨ªa hecho ya un hueco entre los grandes.Lleg¨® la paz y con ella volvi¨® el f¨²tbol. El Ej¨¦rcito de Aviaci¨®n hab¨ªa reunido un gran equipo durante la guerra, y el Atl¨¦tico de Madrid -castellanizado ya el nombre, como impon¨ªa la ¨¦pocase asoci¨® cort este arma, y as¨ª naci¨® el poderoso Atl¨¦tico Aviaci¨®n. Al Atl¨¦tico le hubiera correspondido jugar la temporada 39-40 en Segunda, pues hab¨ªa descendido en la 35-36, pero el Oviedo no pod¨ªa participar por tener el campo destrozado. Atl¨¦tico Aviaci¨®n y Osasuna se disputaron la plaza a doble partido y el Atl¨¦tico la consigui¨®.
Eran tiempos en que antes de comenzar los partidos los jugadores escuchaban el Himno Nacional brazo en alto. El Atl¨¦tico Aviaci¨®n avis¨® de sus pretensiones ya desde la primerajornada: venci¨® a su poderoso hom¨®nimo bilba¨ªno por 2-3 en el mism¨ªsimo San Mam¨¦s. Esa temporada y la siguiente el militarizado equipo ser¨ªa campe¨®n, eran los tiempos de los Mesa, Aparicio, El¨ªcegui. Gabilondo, German, Mach¨ªn, Arencibia, Campos... Ricardo Zamora entrenaba aquel equipo.
Pocas figuras de antes de la guerra permanec¨ªan en el f¨²tbol espa?ol. La mayor parte de los vascos se hab¨ªan exiliado a M¨¦xico o Argentina, tras una gira con el Euskadi; tambi¨¦n algunos catalanes quedaron en Suram¨¦rica tras disputar unos partidos amistosos Unos y otros tem¨ªan volver. y Espa?a se qued¨® sin jugadores como L¨¢ngara -retornado varios a?os m¨¢s tarde-, Cilaurren, VantoIr¨¢, los hermanos Regueiro, Blasco... Quincoces y Gorostiza fueron casi las ¨²nicas celebridades que siguieron jugando despu¨¦s de la guerra.
Comienzan a llegar los extranjeros
Pero el f¨²tbol estaba llamado a jugar un importante papel en Espa?a. El f¨²tbol era epopeya, virilidad, raza, genio. Y era tambi¨¦n ilusi¨®n para unas masas empobrecidas, castigadas por una guerra y una posguerra, y temerosas de verse envueltas en el tremendo conflicto que asolaba al resto de Europa. Para el f¨²tbol no se escatim¨® dinero, y las grandes ciudades se hicieron pronto con grandes equipos. El Valencia re¨²ne un buen equipo con una delantera estelar: Epi, Amadeo, Mundo, Igoa y Gorostiza, y en la temporada 41-42 corta la racha del Atl¨¦tico Aviaci¨®n. Un a?o despu¨¦s es campe¨®n el Atl¨¦tico de Bilbao -castellanizado ya el nombre-, en el que ya est¨¢n Iriondo, Zarra, Panizo y Ga¨ªnza, a la espera de Venancio, que se incorporar¨¢ poco despu¨¦s. En el 43-44 repite el Valencia, sucedido una temporada m¨¢s tarde por el Barcelona de Velasco, C¨¦sar y los Gonzalvo.En la 45-46 el Sevilla consigue su ¨²nico t¨ªtulo, gracias a Busto, Egu¨ªluz, L¨®pez, Campanal y Araujo, entre otros. Un a?o despu¨¦s repite el Barcelona, pero el Madrid se apunta una gran innovaci¨®n: los n¨²meros en las camisetas, para mejor identificaci¨®n de losjugadores por parte del p¨²blico. El Madrid estren¨® esa temporada su gran estadio de 60.000 espectadores -posteriormente ampliado dos veces hasta su capacidad actual-, pero est¨¢ a punto de irse a Segunda. En el 48-49 repite el Barcelona, donde ya hay un joven meta suplente apellidado Ramallets, y en cuyo ataque despunta un r¨¢pido extremo: Basora. Esa temporada el Atl¨¦tico de Madrid -que ya ha recuperado su nombre tradicional- present¨® a una joya de jugador. el moren¨ªsimo Ben Barek, natural del Marruecos franc¨¦s. Con ¨¦l Y con el sueco Carlsson, llegado en la 49-50, gana otras dos ligas consecutivas, por segunda vez en su historia. Se hace c¨¦lebre su ?delantera de seda?: Juncosa, Ben Barek, Silva, Carlsson y Escudero. Bajo los palos presenta un excelente guardameta franc¨¦s de llamativos jerseys llamado Marcel Domingo.
El Barcelona incorpor¨® en la temporada 51-52 a un fenomenal jugador h¨²ngaro llamado Ladislao Kubala, cuya aportaci¨®n fue decisiva para conseguir dos t¨ªtulos consecutivos. Con seis victorias, el Barcelona se pon¨ªa en cabeza de la tabla de campeones, seguido del Atl¨¦tico de Bilbao, con cinco t¨ªtulos, el Atl¨¦tico de Madrid, con cuatro, el Valencia, con tres, el Madrid, con dos, y Sevilla y Betis, con uno cada uno.
Con Di St¨¦fano, la ¨¦poca triunfal del Madrid
Pero el hallazgo de Kubala qued¨® chico ante el de Di St¨¦fano, arrebatado a ¨²ltima hora por el Madrid al Barcelona, que estuvo a punto de conseguirlo. El Madrid encontr¨® en este hombre a un defensa, un motor, un cerebro, un goleador y dos extremos a un tiempo, y con su concurso consigui¨® el t¨ªtulo de la temporada 53-54, tras veintid¨®s a?os de ver c¨®mo eran otros los que se llevaban los t¨ªtulos. Di St¨¦fano se fue tras once a?os en el Madrid -cuando fich¨® ten¨ªa los veintisiete cumplidos- y en ese tiempo s¨®lo dej¨® escapar tres t¨ªtulos: uno para el Atl¨¦tico de Bilbao, en la temporada 55-56 -¨²ltimo conseguido por los vascos, a causa, sin duda, de su renuncia a fichar extranjeros- y dos para el Barcelona, consecutivos, en las 58-59 y 59-60, con el celeb¨¦rrimo Helenio Herrera en el banquillo.Desde entonces ha seguido el dominio del Madrid, gracias al impulso ganado en esta ¨¦poca, si bien no ha sido tan acaparador como lo fue hasta entonces. De quince ligas se le han escapado seis: cuatro para el Atl¨¦tico (65-66, 69-70, 72-73 y 76-77), una para el Valencia (70-71, con Di St¨¦fano en el banquillo) y otra para el Barcelona, la de la llegada de Cruyff, en la 73-74.
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