Entrando en fuego
De siempre hab¨ªamos cre¨ªdo que, por ese costado, Madrid acababa en el Viaducto. No cont¨¢bamos con la Quinta del Sordo, y ahora algunos amigos se empe?an en descentrar hacia all¨ª nuestra geograf¨ªa particular, y nos vemos envueltos en las redes del Lago, o en otras m¨¢s lejanas a¨²n. Dentro de este inquietante contexto, hay que se?alar que, de tarde en tarde, una cafeter¨ªa pr¨®xima a los melanc¨®licos andenes de Empalme. se transforma en galer¨ªa de arte. Sin ir m¨¢s lejos. hace un par de semanas nos convocaron all¨ª Jos¨¦ Carlos Fern¨¢ndez Ramos y Luis Auser¨®n. Los panfletos repartidos en tal ocasi¨®n promet¨ªan ?¨ªdolos, m¨¢quinas, juegos y otros aspectos del amor est¨¢ndar, al alcance de cualquiera?.Urdir una maquinaci¨®n duradera y eficaz, pict¨®ricamente hablando, requiere sabidur¨ªa, experiencia y una buena dosis de artificio. Se puede decir que la maquinaci¨®n empieza a ser perfecta cuando el artificio llega a tomar la apariencia de lo natural. O tal vez cuando naturalidad y artificio se conjugan. Para eso no hay recetas. Considerada desde este punto de vista, la muestra que comentamos ser¨ªa m¨¢s bien todo lo contrario: una declaraci¨®n de principios, un entrando en fuego, una carta de batalla en la que el artificio se proclama en voz demasiado alta y sin apenas acompa?amiento de sabidur¨ªa o experiencia. Ahora bien, como todo necesita, para arrancar, de una cierta frescura, y como aqu¨ª hay frescura, voracidad, riesgo, tampoco basta con se?alar los fallos o las carencias. Frente al Muera la inteligencia de andar por casa recientemente protagonizado por Disco-Expres a la hora de liquidar su breve idilio cultural, me parece bien que dos individuos que viven de lleno un mundo de canciones, una ola nueva que a lo viejo nuevamente vuelve, decidan apropiarse estrat¨¦gicamente de los modos y maneras pict¨®ricos. No en vano estos individuos, y otros que les son pr¨®ximos, han so?ado a menudo con una Velvet, aqu¨ª.
Cafeter¨ªa Sala de Exposiciones Hevi
Jos¨¦ Carlos Fern¨¢ndez Ramos y Luis Auser¨®n. Avenida del Padre Piquer, 23 (Aluche).
Una Velvet... Son palabras mayores, desde luego. Jos¨¦ Carlos Fern¨¢ndez Ramos y Luis Auser¨®n son m¨¢s pop en la intenci¨®n que en los resultados. Cuando manejan una est¨¦tica Carnaby, una est¨¦tica a?os sesenta, o cuando eligen a sus queridos Devo por tema, la an¨¦cdota no se convierte a¨²n en categor¨ªa. No han encontrado un estilo que nos retenga como nos retiene la elegante frialdad de que se hac¨ªa gala en la Factory. Tal vez porque la apuesta permanece a¨²n demasiado en el terreno de la Ilustraci¨®n, de la estampida rockera con reminiscencias underground. Mariscal ser¨ªa un ejemplo de que tampoco ese terreno tiene que ser forzosamente un p¨¢ramo.
Si tales ecos pop necesitan ser repensados, incorporados a una empresa de m¨¢s vuelo, otras cartulinas revelan una sensibilidad pict¨®rica, en las ant¨ªpodas precisamente del estereotipo pop. La piscina, Grupo junto a un tocadiscos, Moto arrancando, Rubia en el espejo (t¨ªtulo arbitrariamente) se alejan de la iconograf¨ªa al uso para presentarse como pintura. La piscina y Rubia en el espejo me parecen los dos cuadros que van m¨¢s lejos. Ambos logran que el encanto de todo eso no se quede en tema y encarne en colores, en ambig¨¹edades, en una especial sensibilidad para la est¨¦tica de pl¨¢stico, del formica y de los neones.
A la postre, lo principal es que esta pintura de pub empieza a decir sus cosas y a marcarse unas ciertas perspectivas. Luego vendr¨¢n, hay que esperarlo, el dominio del estilo, la contundencia, el llegar a decir exactamente lo que se quiere, en definitiva una manera m¨¢s perfecta de estar en la moda, en la ¨¦poca. Como dir¨ªa Manolo Quejido -y no invoco en vano al Se?or del Lago, pues sombras de sus estilos planean en m¨¢s de una cartulina-, aqu¨ª tal vez empiece la historia de una continua maquinaci¨®n.
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