Carlota O'Neill cuenta su experiencia en la guerra de Espa?a
La escritora mexicana estuvo en la c¨¢rcel tras la contienda
Carlota O'Neill, espa?ola de origen, mexicana de adopci¨®n, cuenta en Una mujer en la guerra de Espa?a una experiencia particular: casada con un militar leal a la rep¨²blica, vivi¨® el fusilamiento de su marido y la c¨¢rcel de mujeres en la guerra civil y la inmediata posguerra. Es un libro terrible, curioso, que fue publicado antes en M¨¦xico y ahora aparece en la Editorial Turner. Carlota O'Neill, que pas¨® por Espa?a, cont¨® as¨ª su historia a EL PAIS.
?Yo nac¨ª en Madrid?, dice Carlota O'Neill, ?pero mi padre era mexicano. Como en M¨¦xico funciona la ley de la sangre y no la del territorio, yo pod¨ªa ser y soy mexicana. Por eso el libro se llamaba Una mexicana en la guerra de Espa?a, y era un homenaje al cari?o que M¨¦xico profes¨® y profesa a la Espa?a republicana.??Para m¨ª?, dice Carlota O'Neill, ?este es m¨¢s que un libro: es una bandera. Y eso he sentido cuando he ido con ¨¦l por las universidades de Estados Unidos, de Canad¨¢, de nuestra Am¨¦rica. Cuando yo llevaba ya cuatro a?os en la c¨¢rcel, estaba tan compenetrada con ella que hab¨ªa olvidado que era escritora, creo que como posibilidad de subsistencia, y cuando cierta insensibilidad hab¨ªa serenado en parte mi esp¨ªritu y me hab¨ªa acostumbrado a la c¨¢rcel misma, una ma?ana apareci¨® la posibilidad de escribir. Y escrib¨ª Miradas del otro lado de la reja, que eran el mundo de fuera, para no olvidarlo. Y al mismo tiempo guardaba memoria lo m¨¢s exacta posible de lo que estaba viviendo all¨ª, porque yo sent¨ªa que ten¨ªa que escribir todo eso. ?
Carlota O'Neill considera que la escritura de este libro ha sido, de alguna manera, una experiencia salvadora. ? Yo creo que ha sido como una catarsis: me impuse el deber de contar la verdad, desde aquellos primeros momentos, y lo cierto es que hasta que no cumpl¨ª este deber, algunos a?os m¨¢s tarde, no me seren¨¦. Satisfacci¨®n no es la palabra, primero porque es una frivolidad, y luego porque no es precisamente eso lo que se siente ni al vivir ni al recordar esa experiencia.?
La historia, en s¨ªntesis, es la que sigue: Virgilio Leret, su marido, capit¨¢n aviador y jefe de la base de hidroaviones de Melilla, no se uni¨® a la sublevaci¨®n de Franco. Fue fusilado. Su mujer pas¨® a la c¨¢rcel, ?con un pu?ado de mujeres muy valerosas, desde mujeres pol¨ªticas a prostitutas, seres todos?, dice Carlota O'Neill, ?de un gran alma y valor. Con ellas pas¨¦ cinco a?os, entre peripecias que parecen de novela, hasta que pude irme con mis dos hijas, rescat¨¢ndolas del Tribunal Tutelar de Menores, a Venezuela, y luego a M¨¦xico. Antes he ejercido el periodismo con seud¨®nimo, Laura de Noves, para ganarme la vida. Y luego, ya en M¨¦xico, donde tom¨¦ la nacionalidad de mi padre, a la que ten¨ªa derecho, he podido escribir esto. Y recordar este pa¨ªs, ahora felizmente tan distinto, y viviendo. Lo m¨¢s emocionante ha sido la compenetraci¨®n que he visto surgir, los gestos de solidaridad y cari?o para seguir con vida y trabajando. Pero nunca he olvidado.?
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