Repostar gasolina en EEUU se ha convertido en una aventura arriesgada
La creciente escasez de gasolina que afecta a algunos Estados norteamericanos desde hace m¨¢s de un mes est¨¢ provocando reacciones de p¨¢nico entre los automovilistas, interminables colas en las estaciones de servicio, constantes embotellamientos de tr¨¢fico, problemas de orden p¨²blico e incluso est¨¢ costando vidas humanas. Nadie sabe explicar convincentemente las causas, pero repostar gasolina en un sector de la costa este o en California se est¨¢ convirtiendo en una odisea para millares y millares de airados automovilistas.
La semana pasada, por ejemplo, el conductor que pudo poner combustible en el dep¨®sito de su coche, en el ¨¢rea de Washington, sin haber esperado m¨¢s de una hora en la cola de una gasolinera, pod¨ªa darse por contento. Los fines de semana, la duraci¨®n de las esperas llega a sobrepasar las tres horas en algunos casos.Muchas estaciones de servicio abren s¨®lo unas horas y permanecen cerradas los s¨¢bados y domingos. La raz¨®n que alegan es que los distribuidores les env¨ªan menos gasolina de lo habitual y ellos deben vender un cupo diario, que se les agota en muchos casos a las nueve o las diez de la ma?ana, oblig¨¢ndoles al cierre.
Mientras, en algunos condados de California est¨¢ en vigor un sistema de racionamiento, que consiste en que s¨®lo los veh¨ªculos cuya matr¨ªcula es impar pueden repostar los d¨ªas impares del mes y los autom¨®viles de n¨²mero par lo hacen los d¨ªas pares. Algunos estados de la costa este comenzaron ayer a imponer normas y restricciones para aliviar la situaci¨®n.
La histeria es tal, que en el estado de Maryland, por ejemplo, las normas del gobernador no imponen un m¨¢ximo de gasolina a vender a los automovilistas, sino un m¨ªnimo. Es decir, se pretende que los automovilistas vayan a la estaci¨®n de servicio con el dep¨®sito casi vac¨ªo, cuando necesiten de verdad el combustible, y evitar as¨ª los millares de conductores que quieren tener lleno hasta el borde su dep¨®sito y hacen largas colas para poner s¨®lo unos litros.
Nadie se lo explica
La psicosis de escasez es comparable a la registrada en 1973 y 1974, cuando el embargo petrol¨ªfero ¨¢rabe, pero no tiene un motivo claro para la opini¨®n p¨²blica, que en general lo achaca a maniobras oscuras de las grandes compa?¨ªas petrol¨ªferas o a la imprevisi¨®n e ineptitud de los gobernantes.La llave del dep¨®sito de la gasolina, un invento bien conocido para nosotros los europeos, est¨¢ comenzando a implantarse en Estados Unidos, donde pr¨¢cticamente nadie la usaba hace unos meses. Muchas personas almacenan bidones de gasolina en sus garajes, contribuyendo as¨ª a aumentar la escasez. Otros van m¨¢s lejos, como John McCann, de las afueras de Nueva York, que ha construido bajo su jard¨ªn un dep¨®sito en el que caben 4.000 litros de gasolina, para su uso exclusivo.
Si un despistado automovilista intenta ?colarse? inadvertidamente en una fila de gasolinera, le llueven los pitidos, los gritos y en muchos casos los, insultos de los que llevan esperando al sol quiz¨¢ horas. Otras veces la cosa va a m¨¢s y se llega a las manos. Las peleas en las colas de las estaciones de servicio son ya cosa diaria y el mismo viernes se informaba de una reyerta en el Bronx neoyorquino donde participaron m¨¢s de cien personas.
Dos muertos en las colas
Por el momento, dos personas han muerto, una acuchillada y la otra de un tiro, en peleas registradas en Nueva York en las ¨²ltimas semanas, motivadas por discusiones sobre el turno en la cola de la estaci¨®n de servicio. A mediados de semana se detuvo en Boston al primer encargado de gasolinera acusado de incrementar en m¨¢s de un 50% el precio del combustible.La paralizaci¨®n de los aviones DC-10, que dej¨® sin un 15% de sus plazas a las l¨ªneas a¨¦reas norteamericanas, y la reciente huelga de los camioneros, han contribuido a hacer la situaci¨®n m¨¢s inc¨®moda a¨²n. En algunos supermercados comienzan a darse signos de desabastecimiento de algunos productos, tanto por la huelga como por la psicosis de acaparamiento ya detectable entre algunos ciudadanos.
El ministro de Energ¨ªa, James Schlesinger, echaba el viernes la culpa del desabastecimiento de gasolina a las grandes compa?¨ªas petrol¨ªferas, que, dijo, no refinan la suficiente cantidad de gasolina, pese a que las importaciones de crudos han aumentado en las ¨²ltimas semanas.
Mientras Schlesinger amenazaba con una investigaci¨®n federal sobre el comportamiento de las grandes compa?¨ªas, un portavoz de ¨¦stas, Charles di Bona, aseguraba que las refiner¨ªas trabajan a tope y no est¨¢n reteniendo combustible para venderlo en el futuro a precios m¨¢s altos.
Revisi¨®n de precios
Desde principios de a?o el precio de la gasolina normal en Estados Unidos se ha incrementado en unas dos pesetas por litro, pero todav¨ªa se vende a precios rid¨ªculos para los que se pagan en Europa. Entre diecisiete y veinte pesetas por litro es un precio habitual, aunque hay que tener en cuenta la cilindrada del autom¨®vil medio norteamericano y la incorporaci¨®n absoluta del coche a la vida cotidiana de la mayor¨ªa de los habitantes del pa¨ªs, donde no es raro, sino obligado, ir a la compra en autom¨®vil y recorrer m¨¢s de cuarenta o cincuenta kil¨®metros, a veces m¨¢s de cien, para ir diariamente al trabajo.El norteamericano medio, que ve acercarse la inflaci¨®n de dos d¨ªgitos este a?o, preferir¨ªa, sin embargo, pagar un precio moderadamente m¨¢s alto por la gasolina. si esto le permitiera disponer de ella con tanta abundancia y facilidad como ha ocurrido desde la ?revoluci¨®n del autom¨®vil? creada por Henry Ford.
Las autoridades ven con creciente preocupaci¨®n extenderse, en longitud y en localizaciones geogr¨¢ficas. las colas ante las gasolineras. A finales de mayo, las agencias de prensa distribu¨ªan una fotograf¨ªa de un encargado de estaci¨®n de servicio con una pistola en el cintur¨®n, evidentemente destinada no a hacer frente a posibles atracadores, sino a imponer el orden en su feudo y a defender la llave del surtidor.
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