Otra de adolescentes
Las historias de adolescentes, del final de la adolescencia, del paso m¨¢s o menos brusco a la edad madura, de la p¨¦rdida de la inocencia, del descubrimiento del sexo, etc¨¦tera, son tan abundantes en los ¨²ltimos tiempos que constituyen, pr¨¢cticamente, un g¨¦nero aut¨®nomo.Cada nuevo director se ve en la obligaci¨®n de contarnos sus vivencias y traumas infantiles como si nadie antes lo hubiera hecho. La desfachatez mayor del asunto es que la originalidad cada vez es menos necesaria, pues resulta que cuanto m¨¢s vulgares sean las situaciones y m¨¢s los lugares comunes, mayor es la identificaci¨®n.
Boaz Davidson cae en todos los t¨®picos habidos y por haber y, copiando media docena de ideas de American graffiti y otras tantas de Verano del 42, se ha montado una comedia nost¨¢lgica a lo israel¨ª con rock and roll como m¨²sica de fondo, chicos que se peinan a lo James Dean o a lo Elvis Presley, escenas de manitas en la oscuridad del cine, guateques, experiencias con se?oras maduras, primeros cigarros, primeras visitas a la prostituta de turno, virginidades perdidas, embarazosas visitas a una farmacia, embarazos involuntarios... En fin, nada nuevo. Nada que no sea f¨¢cilmente previsible bas¨¢ndose en la saturaci¨®n de escenas similares vistas anteriormente. Todo suena a visto y a o¨ªdo mil veces. Y eso no es lo peor. Si s¨®lo fuera eso, tal vez Polo de lim¨®n fuera una pel¨ªcula tan correcta como poco original. Pero la torpeza de Boaz Davidson hace que su pel¨ªcula no sea ni siquiera eso. Las situaciones c¨®micas est¨¢n mal resueltas, y los actores, mal utilizados. Y el enredo y los actores son los cimientos de cualquier comedia.
Polo de lim¨®n (Lemon popsicle)
Director: Boaz Davidson. Gui¨®n: Eli -Tabor y Boaz Davidson. Fotograf¨ªa: Adam Greenberg. Int¨¦rpretes: Yiftach Katzur, Anat Atzmon, Jonathan Segal, Zacki Nov, Deborah Kaydary Ophelia Shirel. Israelita, 1977. Locales de estreno: Lope de Vega y Juan de Austria.
Polo de Lim¨®n es una prueba m¨¢s de la decadencia de un g¨¦nero cuyo esplendor ha sido tan fugaz como larga y aburrida su agon¨ªa. Y es que hacer American graffiti no es nada f¨¢cil. Lucas consigui¨® en esa pel¨ªcula una precisi¨®n a todos los niveles dif¨ªcilmente igualable: un sentido del tiempo prodigioso, una utilizaci¨®n de la m¨²sica que ha sido -y parece ser que ser¨¢- eternamente imitada y un reparto tan brillante que supuso la revelaci¨®n de la mayor¨ªa de los j¨®venes actores que lo integraban. Copiar una idea es f¨¢cil. Intentar copiar un trabajo tan perfecto como el de Lucas puede ser simplemente rid¨ªculo.
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