La corrida se dio: eso es todo
?Seguro que no se da. ? ?No te molestes en ir, porque lo m¨¢s probable es que no se d¨¦.? ?Con lo que ha caldo, no se dar¨¢.? Oiga, ?por fin se da? ?Se da, se da.? Y se dio. Con Jard¨®n no pasaba. Con Jard¨®n, cayendo lo que cay¨® el domingo en Madrid, no se daba. Pero con Canorea es distinto, y las da. Hay que apuntarle este tanto al se?or empresario de Madrid, pues ha de ser muy negro y muy de abrigo el meteoro, para que no las d¨¦.Tras las tormentas, y a pesar del aguacero que cay¨® de firme hasta por lo menos las siete de la tarde del domingo, el ruedo de Las Ventas estaba estupendo, de manera que hubo corrida. Y esta es la noticia, pues, pase¨ªllo adelante, apenas hubo nada. S¨ª, hubo unos toros serios, con trap¨ªo y encastados, aunque casi todos se ven¨ªan un poquit¨ªn abajo en la muleta y tardeaban, en general, sin malas intenciones. Dif¨ªcil fue el segundo, que se colaba por el pit¨®n izquierdo y ganaba terreno por el derecho; deslucidillo el tercero, que se aplom¨® a los pocos pases, y el cuarto, por distra¨ªdo. Pero, m¨¢s o menos, todos ten¨ªan faena para los toreros que supieran, pudieran y quisieran hacerla.
Plaza de Las Ventas
Toros de Juan Pablo Jim¨¦nez Pasquau, con trap¨ªo, justos de fuerza, encastados, en general manejables. Pedro Benjumea: pinchazo, otro hondo, rueda de peones y cinco descabellos (pitos). Pinchazo y media estocada ca¨ªda (silencio). Paco Bautista: tres pinchazos y estocada contraria a un tiempo (silencio). Estocada baja (petici¨®n y dos vueltas, la segunda protestada). Gabriel Puerta: pinchazo, estocada ca¨ªda y descabello (silencio). Bajonazo descarado (palmas). Presidi¨® bien el comisario Corominas.
No fue ¨¦ste el caso de Pedro Benjumea, el cual instrument¨® docenas de derechazos sin mando, sin arte y sin ligaz¨®n, y para variar intent¨® eso de mirar al tendido. Hace falta ser camp con avaricia para, a estas alturas, recurrir al tremendismo barato de las miradas al tendido. Tampoco el de Gabriel Puerta, que no uni¨® calidades ni recursos a su indiscutible af¨¢n por triunfar. Ni el de Paco Bautista hasta bien avanzado el trasteo al quinto, cuando, despu¨¦s de varias series anodinas de derechazos, seguramente espoleado por las voces deun aficionado -?iTorea de una vez!?-, se descar¨® ante el toro, le sac¨® unos redondos impecables y los remat¨® con un buen pase de pecho ligado a otro excelente con la izquierda. Lo cual, muy bien, vale, se aplaudi¨® fuerte. Como mat¨® con mucha brevedad -de bajonazo, por cierto-, parte del p¨²blico pidi¨® la oreja, que no fue concedida, y Bautista repar¨® por su cuenta y riesgo el supuesto agravio presidencial dando dos vueltas al ruedo.
Luego, en el toro siguiente, el pe¨®n Manolo Romero, ante la general sorpresa, brind¨® al p¨²blico un par de banderillas, al parecer porque se retira y era el ¨²ltimo de su carrera profesional. Como Puerta tambi¨¦n brind¨® al p¨²blico, en el ruedo quedaron dos monteras. Ins¨®lito suceso para el anecdotario de la fiesta y alimento espiritual para los eruditos a la violeta. Pasado un tiempo -me apuesto lo que sea-, alguien medir¨¢ nuestros conocimientos: ??Por qu¨¦ (y en qu¨¦ fecha, con cu¨¢les protagonistas) hubo en el ruedo de Las Ventas dos monteras durante la faena de muleta?? Uno, desmemoriado de suyo (sobre todo, para las estupideces), se matar¨¢ a cavilar sin resultado alguno. Y el que pregunt¨® le pondr¨¢, por ello, de vuelta y media, que es lo habitual en estos casos. Hay gente que nos toma a los cr¨ªticos por el Coss¨ªo en cassette.
Pero no tiene importancia. Lo verdaderamente importante es que hubo corrida hasta el sexto toro, y de regreso pudimos tener esta apasionante conversaci¨®n: ?No me diga que la han dado.? Pues s¨ª, la dieron. ??Y c¨®mo es que se dio?? Pues ya ve, d¨¢ndola. ?Ser¨ªa porque a la empresa le interesaba darla.? S¨ª, est¨¢ visto que cuando la quieren dar, la dan.
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