Pr¨®xima conferencia mundial en Viena sobre "Ciencia y tecnolog¨ªa para el desarrollo"
Viena va a ser la sede de una conferencia mundial sobre el papel que la ciencia y la t¨¦cnica juegan o deben jugar en el desarrollo de los pueblos, en la mejora de la calidad de vida de ciudadanos y naciones, es decir, sobre la incidencia tecnol¨®gica sobre el perfeccionamiento de las condiciones en las que se desarrolla nuestra existencia cotidiana.?La conferencia ha despertado enormes expectativas?, explic¨® a EL PAIS Mario Albornoz, experto argentino en planificaci¨®n de la ciencia o pol¨ªtica cient¨ªfica, responsable del grupo Ciencia y Sociedad que recientemente organiz¨® unas jornadas en Madrid como antesala de la aportaci¨®n espa?ola a la reuni¨®n de Viena. ?Estas expectativas radican en el hecho de que la conferencia de Viena es un cap¨ªtulo m¨¢s del dif¨ªcil di¨¢logo Norte-Sur. En efecto, la frontera entre los pa¨ªses tecnol¨®gicamente desarrollados y los que padecen distintos grados de retraso coincide, casi exactamente, pero al rev¨¦s, con la frontera entre las naciones que poseen los recursos naturales y las que necesitan ser provistas de ellos.?
La conferencia de Viena va a ser, pues, un encuentro altamente politizado, a pesar de la supuesta ?neutralidad? y ?universalidad? de la ciencia. ?Los pa¨ªses desarrollados?, prosigue el se?or Albornoz, ?poseedores de la tecnolog¨ªa que el resto del mundo necesita, utilizan el grito de la tecnolog¨ªa con el mismo sentido pol¨ªtico y de presi¨®n con el que, por ejemplo, la OPEP utiliza el grifo del petr¨®leo.?
En Viena se van a afrontar problemas como los de describir el tipo de tecnolog¨ªa que necesitan los pa¨ªses en desarrollo. La ciencia no es neutral ni conduce al hombre, necesariamente, al mundo de lo mejor. La ciencia va a donde la llevan quienes la hacen y quienes la financian. ?A d¨®nde quieren conducir la ciencia los responsables de la administraci¨®n mundial? Evidentemente, no todos pretenden lo mismo. Lo que desea investigar hoy, por ejemplo, la Administraci¨®n norteamericana o sovi¨¦tica sobre armamentos nucleares no es lo mismo que lo que constituye la preocupaci¨®n b¨¢sica de la investigaci¨®n cient¨ªfica de un pa¨ªs tercermundista: la alimentaci¨®n o la salud p¨²blica.
Espa?a tambi¨¦n ha participado en la preparaci¨®n de la conferencia de Viena. El documento que la Administraci¨®n de nuestro pa¨ªs aporta a la conferencia de Viena ha requerido m¨¢s de un a?o de elaboraci¨®n. En l¨ªnea con esta actividad preparatoria, tuvieron lugar en Madrid, la I Reuni¨®n Iberoamericana de Ciencia y Tecnolog¨ªa, celebrada durante el pasado mes de enero, y la realizaci¨®n de un seminario patrocinado por el mencionado instituto Ciencia y Sociedad. Sin embargo, no todo van a ser rosas en la conferencia de Viena. El secretario del mencionado instituto lo explica as¨ª: ?En la semana previa a la conferencia gubernamental, un comit¨¦ de las Naciones Unidas, el ACAST (Comit¨¦ Asesor para la Aplicaci¨®n de la Ciencia y la Tecnolog¨ªa al Desarrollo) convoca a un coloquio internacional sobre Ciencia, tecnolog¨ªa y sociedad
La reuni¨®n responde, al parecer, a rencillas internas dentro del organismo internacional, aunque es tambi¨¦n el reflejo de la necesidad de recoger ?puntos de vista m¨¢s t¨¦cnicos y menos politizados que los que se juzgar¨¢n en la conferencia oficial. Los Gobiernos, sin embargo, no han querido perder el control de esta reuni¨®n de expertos y han determinado que los participantes ser¨¢n designados oficialmente por cada pa¨ªs o por las distintas agencias de las Naciones Unidas.? Los expertos espa?oles designados para este simposio previo a la conferencia son el doctor Carlos Asensio, un destacado investigador en bioqu¨ªmica, y Jos¨¦ Mar¨ªa Sistiaga, director del Centro Nacional de Investigaciones Metal¨²rgicas.
?La intenci¨®n de este grupo?, prosigue Mario Albornoz, ?en el cual figuran aut¨¦nticas primeras espadas de la problem¨¢tica cient¨ªfico-tecnol¨®gica, es coordinar sus esfuerzos con el de las delegaciones oficiales. Su funci¨®n cr¨ªtica, sin embargo, puede enfrentarlos con la conferencia, como ya ocurri¨® recientemente con la conferencia de la FAO, y llevarlos a criticar severamente sus postulados.?
Los especialistas temen, en efecto, que la reuni¨®n de las Naciones Unidas sobre Ciencia y Tecnolog¨ªa para el Desarrollo haya quedado anticuada antes de haberse celebrado.
?Critican?, concluye el se?or Albornoz, ?que no se ha planteado seriamente el an¨¢lisis del futuro y que no se ha tenido en cuenta el hecho de que el progreso tecnol¨®gico, sobre todo en ¨¢reas como la microelectr¨®nica o la biotecnolog¨ªa, es tan acelerado que seguramente afectar¨¢, a corto plazo, las relaciones de producci¨®n. Este crecimiento acentuar¨¢ las diferencias entre pa¨ªses ricos y pa¨ªses pobres, pero tender¨¢ a producir desempleo, incluso en los propios pa¨ªses industrializados.?
Estamos, pues, ante una conferencia problem¨¢tica antes de iniciarse, y ello, pese a que sus patrocinadores, la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas, se han gastado casi cien millones de pesetas en montar uno de los m¨¢s espectaculares debates mundiales sobre el futuro papel de la ciencia en el desarrollo. Pero ?sabe la ciencia c¨®mo va a ser el futuro real de la Humanidad? Sobre este interrogante, expertos en prospectiva y responsables de estudios como el informe Manholt (1972); informes I, II y III al Club de Roma (1972 1974 y 1976), y en particular el III informe R¨ªo, Interfuturos-OCEDE (1979), y tantos otros, no acaban de ponerse de acuerdo. ?Por qu¨¦? Eso constituye objeto de otra informaci¨®n.
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