Guinea pide a Espa?a que medie ante EE UU
La llegada a Malabo del secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Carlos Robles Piquer, a bordo de un avi¨®n de Iberia cargado con treinta toneladas de art¨ªculos alimenticios, medicinas, e incluso ?casettes? y discos -desde hace a?os no hay corriente el¨¦ctrica en la isla-; la aparici¨®n en la capital insular de Clara, la esposa embarazada, y dos hijos de Mac¨ªas, y la del m¨¦dico personal del derrocado presidente, a quien calific¨® de man¨ªaco depresivo, eran ayer en Malabo las noticias m¨¢s relevantes.Del vuelo de Iberia, que inici¨® el regreso por la noche, tras dejar a un peque?o grupo de diplom¨¢ticos que nutrir¨¢n la embajada, vuelo en el que tambi¨¦n viaja el subsecretario de Comercio, Blas Camacho, fueron descargados los paquetes sobre unos camiones en los que se pegaron carteles donde se le¨ªa: ?Donativo del pueblo espa?ol a Guinea Ecuatorial?, que pasearon por la ciudad hasta los almacenes. Nada m¨¢s descender del avi¨®n, Robles Piquer destac¨® que el cargamento que tra¨ªa era un mensaje de buena voluntad del pueblo espa?ol al de Guinea. Durante la ma?ana se en trevist¨® con el presidente del Consejo Militar Supremo, teniente coronel Teodoro Obiang Nguema. Los principales resultados de este encuentro han consistido en el re conocimiento por parte de Espa?a del Gobierno de Guinea Ecuatorial, el env¨ªo inmediato de un embajador espa?ol a Malabo y el deseo de las nuevas autoridades guineanas de que Espa?a interceda ante Washington para que restablezca relaciones diplom¨¢ticas con el nuevo Gobierno, fueron al gunos de los puntos tratados entreambos.
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Mac¨ªas prosigue su huida con cincuenta hombres de escolta
(Viene de primera p¨¢gina)En toda la capital guineana se escuchan comentarios relativos a la fuga hacia la selva del derrocado presidente Mac¨ªas. Su mujer Clara, que le abandon¨® en Mongomo recientemente, lleg¨® a esta ciudad el viernes, acompa?ada de dos de sus hijos y en estado de gestaci¨®n procedente de la capital gabonesa. Agust¨ªn Loery, de cuarenta a?os, licenciado en Medicina por la Universidad de Madrid y m¨¦dico personal del depuesto Presidente logr¨® huir de la regi¨®n de Mongomo, en donde estaba condenado a muerte, y escap¨® el viernes pasado. Ayer, en Malabo, dijo que Mac¨ªas ?est¨¢ intentando huir como una fiera enjaulada?, acompa?ado por una guardia de cincuenta hombres, un buen surtido de provisiones y un reducido n¨²mero de veh¨ªculos, ya que carece de combustible. Tras referirse a que sus man¨ªas y depresiones psic¨®ticas se hab¨ªan intensificado en la ¨²ltima etapa, se?al¨® que el principio del fin se inici¨® para ¨¦l cuando, a diecisiete kil¨®metros de Bata, su guardia personal fue casi completamente mermada por el fuego enemigo en Monte Bata.
En un principio su m¨¦dico personal calific¨® a Mac¨ªas de "loco secular" aunque reconoci¨® que la salud del dictador no va a ser un obst¨¢culo que permita capturarlo En estos momentos manda su guardia el teniente Eyang Ondo y dispone de unos cincuenta hombres. El encargado de negocios de Cuba en Malabo desminti¨® rotundamente el que Mac¨ªas mantenga rehenes, entre ellos veinte cubanos, ya que toda la representaci¨®n cubana en el pa¨ªs no excede de esta cifra.
Mongomo, la regi¨®n m¨¢s castigada
La verdadera regi¨®n m¨¢rtir de esta guerra ha sido Mongomo, que en la etapa anterior lleg¨® a tener una poblaci¨®n de 15.000 habitantes y hoy se encuentra semidesierta, abandonada por sus moradores, que en ocasiones yacen muertos en plena calle por disparos o por inanici¨®n. Cientos de personas, sobre todo mujeres y ni?os de cort¨ªsima edad, han muerto intentando desesperadamente cruzar el r¨ªo que separa Mongomo de Gab¨®n Las mujeres guineanas se enfajan a sus ni?os en la espalda y much¨ªsimos de ellos han perecido en las aguas al romper las fajas los impetuosos saltos del caudaloso torrente.
Para el doctor Loery el n¨²mero de muertos es muy superior al de mil y puede aproximarse al de 2.000. La situaci¨®n sanitaria del pa¨ªs en general, y de Mongomo en particular, es en los ¨²ltimos meses catastr¨®fica, con epidemias de pollomielitis -cuarenta casos registrados en Mongomo-, tifus, sarampi¨®n y tos ferina. Los m¨¢s da?ados son, pues, los ni?os. Hay m¨¢s de mil casos de lepra y la fiar¨ªa acarrea lesiones de todo tipo, entre ¨¦stas, manifestaciones elefanti¨¢sicas, que dejan los miembros inferiores abultad¨ªsimos, o escrotos del tama?o de balones de f¨²tbol. La mortalidad infantil perinatal en el momento de nacer es de las m¨¢s elevadas del mundo: mueren sesenta de cada mil ni?os que nacen.
El agua es insalubre y, de no tratarse de un pa¨ªs con abundantes productos tropicales, como el cacao, las bananas y las papayas, su poblaci¨®n habr¨ªa desaparecido hace ya varios a?os, por la carest¨ªa generalizada de alimentos de otro tipo. No hay medicinas ni vacunas, existe una ¨²nical¨ªnea telef¨®nica desde la isla y las carreteras que quedan en el territorio continental han sido obstruidas o son pasto de la selva, que todo lo cubre.
Nadie sabe cu¨¢l ser¨¢ el pr¨®ximo movimiento del depuesto dictador, ni si lograr¨¢ sobrevivir a su propia suerte, ahora decididamente adversa. De ser capturado en Gab¨®n, su suerte no ser¨ªa mejor que si resultara detenido en Camer¨²n. Existe la remot¨ªsima posibilidad de que atraviese uno de estos pa¨ªses y alcance la frontera de la Rep¨²blica Centroafricana, donde no es seguro que obtuviera refugio.
Se especula con la posibilidad de que una avioneta haya recogido a los fugitivos en un claro de las Impenetrables selvas de la provincia de Mongomo y los haya sacado al exterior. Lo m¨¢s preocupante ser¨ªa que el ahora enfurecido dictador lograse con las divisas robadas al pueblo componer un ej¨¦rcito de mercenarios e intentara un contragolpe. ?Nadie quiere pensar en la sinfon¨ªa de sangre y de dolor que ello supondr¨ªa, en medio de su delirio paranoide, al verse derrotado y expulsado por su pueblo, dada la f¨¦rrea tiran¨ªa con que lo aplast¨® durante todos estos a?os?, nos ha dicho un joven militar del Ej¨¦rcito guineano. Las nuevas autoridades dan garant¨ªas de que la situaci¨®n est¨¢ completamente dominada y que este supuesto resulta muy remoto.
En cuanto a la situaci¨®n pol¨ªtica en la capital, Malabo, aunque es cada vez m¨¢s tranquila, no acaba de despejarse toda la incertidumbre que pende sobre este infortunado pa¨ªs. El tan precipitadamente supuesto entusiasmo popular no saltar¨¢ definitivamente a los rostros de los guineanos hasta que no sepan con certeza que el dictador ha sido capturado o ha abandonado definitivamente y para siempre el pa¨ªs. La misi¨®n de su b¨²squeda le ha sido encomendada al comandante O?a?a, que ayer sali¨® de Malabo hacia Bata, mientras el nuevo jefe del Consejo Militar, teniente coronel Teodoro Obiang Nguema, conversaba largamente con el secretario de Estado espa?ol. Circulan las primeras listas de ministros del nuevo Gobierno, sin que por el momento haya nada oficial a este respecto. Una de las personalidades cuyo nombre m¨¢s se oye es F¨¦lix Mesa Bill. Ayer se supo que al pa¨ªs han regresado tambi¨¦n Daniel Oyono, el doctor Sitoca y varios exil¨ªados m¨¢s. Tambi¨¦n se encuentra en libertad Norberto Nsue. Paulatinamente, pero con mucha lentitud, la vida va cobrando su curso normal en la antigua Guinea espa?ola.
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