"Coli" y "salmonellas", peligro para veraneantes
Desde hace aproximadamente dos a?os, el Ministerio de Sanidad y Seguridad Social ha emprendido la tarea de analizar el estado sanitario de las playas espa?olas. La idea, que surgi¨® a ra¨ªz de un congreso celebrado en 1975 para impedir la muerte por contaminaci¨®n del mar Mediterr¨¢neo, se llev¨® a la pr¨¢ctica con la apertura de dos centros piloto de experimentaci¨®n: uno en M¨¢laga y otro en Tarragona. Hasta entonces, este tipo de ?medicina preventiva? s¨®lo se hab¨ªa realizado en las piscinas, donde la recaudaci¨®n obtenida de las entradas permit¨ªa la financiaci¨®n delos an¨¢lisis.Desde 1977, el Ministerio de Sanidad decidi¨® ampliar el proyecto a todo el litoral espa?ol, y ahora, 392 playas son sometidas diariamente a rigurosa observaci¨®n. De esta cifra total de playas analizadas, veintiocho est¨¢n contaminadas, seg¨²n los datos correspondientes a los informes realizados durante la primera semana del mes de agosto. Es decir, hay actualmente veintiocho playas donde se recomienda no ba?arse, bajo peligro de adquirir diversas enfermedades: desde una simple conjuntivitis hasta el c¨®lera o las fiebres tifoideas, pasando por las t¨ªpicas ronqueras de verano, las infecciones de nariz y de o¨ªdos, gastritis, colitis o sarpullidos en la piel.
Quiz¨¢ pudiera parecer corta la cifra de veintiocho playas contaminadas ofrecida por el Ministerio de Sanidad, dado el aspecto y el olor nauseabundo que presentan numerosas zonas de nuestra costa. Sin embargo, aqu¨ª es donde las autoridades sanitarias consideran que es muy importante distinguir entre playas sucias y playas contaminadas. Las primeras suelen ser la consecuencia de la proximidad de un puerto, de un pol¨ªgono industrial, de los chiringuitos o, simplemente, del descuido de las personas que acuden a la playa.
Las playas est¨¢n sucias porque en la arena hay toda clase de residuos s¨®lidos y porque el agua es el punto final de colectores, de los vertidos de Ias empresas o del petr¨®leo de alg¨²n Urquiola o alg¨²n Andros Patria, o cualquier petrolero que limpia fondos cerca de la costa. La consecuencia suele ser que la fauna y la flora quede arruinada, y el aspecto y el olor son m¨¢s elocuentes que un cartel de ?prohibido ba?arse?; pero, desde el punto de vista sanitario, estas playas apenas da?an la salud humana. Los casos de intoxicaci¨®n que se han producido por ba?arse en aguas qu¨ªmicamente sucias responden a situaciones aisladas, donde una empresa sufre un escape de productos t¨®xicos o vierte residuos prohibidos por la ley. Pero, en condiciones normales, las playas peligrosas para las personas responden a otro tipo de contaminaci¨®n: la bacteriol¨®gica.
Depuradoras en paro
Las veintiocho playas consideradas por Sanidad como no aptas para el ba?o p¨²blico son las que contienen en sus aguas cantidades superiores al l¨ªmite fijado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) de bacterias coliformes o la Escherichia coli, bacteria intestinal de la que es portador el hombre y que puede ser transmitida a trav¨¦s de las heces fecales vertidas por los colectores en el mar.
Por este motivo, la mayor preocupaci¨®n de las autoridades sanitarias es la falta de una adecuada infraestructura de saneamiento. Los vertidos directos de los residuos de las torres de los apartamentos, de los hoteles, campings, acequias, filtraciones de pozos negros y de alcantarillados y colectores son la causa n¨²mero uno de la contaminaci¨®n. Su soluci¨®n pasar¨ªa por el buen funcionamiento de las estaciones depuradoras; pero este tema es uno de los conflictivos planteados en los dos ministerios implicados: Sanidad y Obras P¨²blicas y Urbanismo.
Fuentes solventes de la Administraci¨®n, consultadas por EL PAIS, aseguraron que el 98% de las depuradoras instaladas en Espa?a no funcionan porque los municipios no pueden costear su mantenimiento. Una estaci¨®n depuradora ¨²til para una poblaci¨®n de 5.000 habitantes tiene un coste de instalaci¨®n de unos diez millones de pesetas, pero para su mantenimiento se precisan alrededor de un mill¨®n de pesetas al a?o, que la gran mayor¨ªa de los municipios, endeudados hasta el l¨ªmite, no pueden afrontar.
As¨ª las cosas, solamente los ayuntamientos de las zonas cuya econom¨ªa est¨¢ basada casi exclusivamente en el turismo, como es el caso de Baleares, est¨¢n exigiendo con dureza a hoteles, apartamentos y urbanizaciones costeras que controlen al m¨¢ximo sus vertidos residuales. En las restantes costas este control es m¨¢s flexible, cuando no inexistente, y la consecuencia suele ser que las playas est¨¦n cerradas o que los ba?istas se hallen expuestos a ingerir la Escherichia coli que sus vecinos le han remitido a trav¨¦s de las heces. La acci¨®n de esta bacteria o la de g¨¦rmenes similares tipo salmonella, Shigella ombrios, es la causante de todo tipo de infecciones, y en casos de contaminaci¨®n muy acusada o de una especial sensibilidad del individuo significar¨ªa tambi¨¦n la aparici¨®n de c¨®lera o tifus.
A este respecto, hay que se?alar que las largas exposiciones al sol debilitan la capacidad personal de resistencia a las infecciones, y personas que normalmente podr¨ªan ser inmunes a determinado tipo de bacterias resultan con infecciones al ba?arse con la piel quemada.
Los datos remitidos por los corresponsales de EL PAIS sobre la situaci¨®n sanitaria de las playas difieren relativamente de los resultados oficiales presentados por Sanidad.
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