El Estado destina un menguado presupuesto al combate de los incendios forestales
El departamento de incendios de Icona -Instituto para la Conservaci¨®n de la Naturaleza- dispone de un menguado presupuesto para combatir fuegos si se compara con los da?os que las quemas forestales producen. Para el a?o en curso Icona tiene asignados 752 millones de pesetas en concepto de plan ordinario y 1.500 para el plan coyuntural. Con ese dinero hace frente al mantenimiento, entre otros elementos, de trece aviones anfibios y 203 veh¨ªculos contra incendios. El Instituto, dentro de su programa de prevenci¨®n de los incendios forestales, dedica especial atenci¨®n a la formaci¨®n de los ni?os y hace hincapi¨¦ en la necesidad de actualizar la legislaci¨®n vigente sobre la comisi¨®n de fuegos.
El Estado espa?ol destina un total de 2.250 millones de pesetas para combatir los incendios forestales. Cifra que se puede considerar a todas luces corta si se tiene en cuenta que el pasado a?o, en concreto, las p¨¦rdidas totales habidas a causa del fuego ascendieron a 9.215 millones de pesetas.Icona (Instituto para la Conservaci¨®n de la Naturaleza), dependiente del Ministerio de Agricultura, es el organismo encargado de planificar y distribuir los esfuerzos en la lucha contra los incendios forestales. Los medios m¨¢s importantes de que dispone para el combate del fuego en la actualidad son trece aviones anfibios, que tienen una capacidad de carga de 6.000 litros de agua. Estos aparatos est¨¢n capacitados para llenar sus dep¨®sitos en un tiempo r¨¦cord; no necesitan detenerse sobre la superficie del pantano, o mar. Sin embargo, les es imprescindible un m¨ªnimo de 1.700 metros para poder elevarse. A causa de su ¨¢ngulo de elevaci¨®n, que es peque?o, les resulta vital que no exista al final del pantano una pared alta, por lo que el n¨²mero de embalses que re¨²nen estas condiciones en la geograf¨ªa espa?ola no supera el centenar. Durante los meses de verano, la flota de aviones anfibios se refuerza con la contrataci¨®n eventual de otros diez aparatos ligeros que s¨®lo cargan de 1.200 a 1.500 litros.
Adem¨¢s de los aviones anfibios, leona dispone en la actualidad -entre otros elementos de menor importancia- de 203 veh¨ªculos contra incendios, que se reparten cargas de 3.500, 1.500 y 600 litros; 820 motobombas port¨¢tiles, 41.255 extintores, 1.065 motosierras, 223 desbrozadoras y 19.424 batefuegos. En cada provincia, por otra parte, est¨¢n instaladas dos estaciones meteorol¨®gicas, donde se controlan las condiciones ambientales y clim¨¢ticas. El Instituto dispone adem¨¢s de 5.000 equipos de radio y 2.000 puestos de vigilancia fijos y m¨®viles. El personal de intervenci¨®n inmediata en caso de incendio es de 4.800 personas, que se distribuyen en cuatrocientas cuadrillas de ret¨¦n de incendios.
Educar a la infancia
Icona dispone de un plan para la protecci¨®n de la riqueza forestal del riesgo de incendios, concebido a partir de seis puntos fundamentales. Las condiciones clim¨¢ticas espa?olas imponen una larga duraci¨®n de las ¨¦pocas de clima c¨¢lido y seco. La actual falta de demanda favorece la acumulaci¨®n de le?as y brozas, material de f¨¢cil combusti¨®n. La poblaci¨®n rural, que cuando exist¨ªa hac¨ªa frente al fuego en sus inicios, est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s menguada por la emigraci¨®n que se produce a zonas urbanas e industriales, en busca de un m¨¢s alto nivel de vida. La afluencia de excursionistas al monte, motivada por una necesidad de desintoxicaci¨®n nerviosa que la ciudad produce, es m¨¢s abundante y tiene un progresivo incremento. Para las personas, la extinci¨®n de un fuego entra?a riesgos considerables, hasta el punto de que se pueden llegar a producir accidentes mortales. El ¨²ltimo argumento del Instituto contempla la importancia de las p¨¦rdidas originadas por el incendio forestal y la elevada cuant¨ªa que la extinci¨®n de un fuego entra?a.
En funci¨®n de estos seis puntos, leona establece un programa de prevenci¨®n de incendios que tiene tres objetivos. El primero es tratar de impedir aquellos incendios cuyos or¨ªgenes obedecen a causas evitables. En este punto se averiguan las causas iniciales que m¨¢s se repiten (incendios intencionados; v¨¦ase anterior cap¨ªtulo), los lugares de mayor incidencia (aquellos poblados por le?as y brozas, si es superficie desarbolada, o por con¨ªferas, pinos de forma especial) y las ¨¦pocas en que son m¨¢s frecuentes (en los montes gallegos es ¨¦poca de peligro todo el a?o; en la cordillera Cant¨¢brica, la primera primavera y el oto?o, y en la meseta y zona mediterr¨¢nea, los meses de verano).
El segundo objetivo es la preparaci¨®n de los bienes amenazados por un posible incendio de tal manera que dificulten al m¨¢ximo la expansi¨®n del fuego. En este punto, la creaci¨®n de barreras cortafuegos es fundamental. Cortafuegos que consiste en un mosaico o zona desarbolada que separa dos zonas arboladas y que impide el progreso del fuego en esa direcci¨®n.
El tercer objetivo consiste en disponer de un sistema seguro y r¨¢pido de detecci¨®n de incendios y de comunicaci¨®n. Al respecto, las estad¨ªsticas muestran que durante el a?o 1975, en que se produjeron un total de 4.242 incendios, los avisos de los mismos, procedentes de la red de vigilancia establecida por Icona, ascendieron al 71,2% del total; los que tuvieron origen en campistas, avionetas regulares u otro tipo de espectadores, fueron el 23,6%, y los que se debieron a la polic¨ªa -Guardia Civil- alcanzaron el 5,2%.
En el cap¨ªtulo de prevenci¨®n de incendios, adem¨¢s de la necesidad de mantener un grado de capacitaci¨®n en los profesionales, a las autoridades les preocupa la educaci¨®n de los ciudadanos. En la sociedad espa?ola no existe conciencia de la utilidad del monte ni de los peligros que se derivan de su destrucci¨®n -sistem¨¢tica en los ¨²ltimos tiempos-. Se entiende, en los c¨ªrculos del Instituto, que el ni?o es el objetivo. Para ello se realizan desde hace algunos a?os intensas campa?as que tratan de atraer su atenci¨®n sobre la necesidad de conservar las ¨¢reas forestales. Por otra parte, y dirigido a todas las personas, se distribuye propaganda con el fin de alertar al excursionista sobre las ¨¦pocas y lugares en que hay mayor riesgo de que se puedan provocar incendios.
Peligrosos contrafuegos
El principal problema al tiempo de enfrentarse a un fuego consiste en determinar la direcci¨®n en que avanza, su velocidad de propagaci¨®n y la posible existencia de otros fuegos secundarios dispersos.
El combate a¨¦reo del fuego es el m¨¦todo m¨¢s importante que en la actualidad existe. Los aviones, no obstante, resultan mucho m¨¢s eficaces en la eliminaci¨®n de incendios incipientes, fuegos secundarios o focos aislados y para establecer cortafuegos y enfriar el ambiente, con lo que facilitan el trabajo a los equipos que trabajan desde tierra en las quemas de grandes proporciones.
En los incendios los elementos habituales de extinci¨®n en tierra son el agua, la arena, la tierra suelta, los bateguegos y el contrafuego. Este ¨²ltimo es un fuego que se provoca voluntariamente en una l¨ªnea segura y avanza en direcci¨®n contraria al camino natural del incendio que se pretende dominar. El contrafuego se intenta detener en la zona quemada por el incendio principal. No obstante, tiene que efectuarse por personas expertas por los peligros que suele comportar para aquellos que act¨²an en el proceso de extinci¨®n.
De 5.0% a medio mill¨®n de pesetas
La actualizaci¨®n de la legislaci¨®n sobre incendios forestales es uno de los temas en que m¨¢s hincapi¨¦ hace en la actualidad el Instituto para la Conservaci¨®n de la Naturaleza. Parece necesaria una adecuaci¨®n de las sanciones por infracci¨®n de reglamento al da?o que se produce en el monte.
El reglamento en el que se explicitan las acciones u omisiones motivo de sanci¨®n y la cantidad de ¨¦stas tiene fecha de 1973. La legislaci¨®n distingue entre faltas leves, graves y muy graves. Y se citan de las primeras algunas que son ?de uso? habitual entre los excursionistas; por ejemplo, ?acampar dentro de las zonas forestales, pero en lugar distinto al establecido con dicha finalidad? o abandonar en los montes restos combustibles o susceptibles de provocar combusti¨®n, como pueden ser vidrios, botellas o papeles.
En el cap¨ªtulo de faltas graves se pueden citar las de encender fuego en los montes sin adoptar las debidas precauciones, o arrojar f¨®sforos o puntas de cigarros en ignici¨®n al transitar por las zonas forestales. Ejemplos ambos ?de uso ? tambi¨¦n habitual.
Entre las faltas muy graves la m¨¢s com¨²n es la de abandonar un fuego, despu¨¦s de encenderlo, antes de que est¨¦ totalmente apagado.
Las sanciones a las citadas faltas ascienden hasta 5.000 pesetas de multa para las leves o arresto subsidiario de cinco d¨ªas; hasta 50.000 para las graves o arresto subsidiario de quince d¨ªas, y hasta 500.000 para las muy graves o arresto subsidiario de treinta d¨ªas cuando del procedimiento judicial del apremio resulte la insolvencia del infractor.
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