No hubo competencia Manzanares-Capea

Manzanares hizo una faena reposada y con gusto al primero, que era una chiva; y Ni?o de la Capea, otra faena vibrante al sexto. El resto del mano a mano fue tedioso. Un mano a mano en el que la competencia entre los diestros brill¨® por su ausencia. no puede tener inter¨¦s. En toda la tarde no se vio ni un solo quite, ni siquiera una chicuelina. Manzanares con el capote se limitaba a dar unos telonazos, a poner al toro bajo el caballo, por cierto con cientos de capotazos in¨²tiles. Y luego a inhibirse, mientras Corbelle bregaba con acierto y con un solo capotazo pon¨ªa al toro donde quer¨ªa. Capea dio unas ver¨®nicas horribles a sus toros. Mantazos muy veloces al hilo del pit¨®n, despegado y sin traer al toro toreado. Lo m¨¢s torero que hizo con la capa fue un recorte en el segundo de la tarde.Al primer toro de la corrida, escaso de trap¨ªo y noble le tore¨® Manzanares con reposo y temple. Aunque la faena queda desmerecida por la condici¨®n de la res, hay que reconocer que Manzanares estuvo centrado y lig¨® los pases. Derechazos elegantes, limpios, iniciados con el pico de la muleta, pero perfectamente rematados en la cadera. Otra serie de derechazos a pies juntos con la figura erguida. Y, sobre todo, seis naturales lent¨ªsimos, con la res embebida en los vuelos de la muleta. Adornos sobrios y un gran pase, de pecho pusieron punto final a su labor. En los otros dos toros ya vimos al Manzanares de esta temporada, ventajista, pesado y sin rematar ni un muletazo. En el tercero dio un sinf¨ªn de pases, todos enganchados y adem¨¢s sin ligar. Acab¨® con circulares que calentaron al personal. Recurso pobre en un torero con fama de fino artista. Con el quinto estuvo insulso y su labor ante un toro precioso, casta?o y careto bien armado y aplomado en la muleta, no trascendi¨® a nadie.

Ni?o de la Capea, en sus dos primeros, tampoco se sali¨® de la vulgaridad m¨¢s ramplona. Faenas al hilo del pit¨®n, plagadas de enganchones y tironazos. Muy retorcida la figura, continuo abuso del zapatillazo. En estos dos toros, el pase fundamental fue el molinete, hubo por lo menos media docena de molinillos.

En el sexto hubo una reacci¨®n furibunda y salvaje del p¨²blico, que arroj¨® infinidad de botes de cerveza a un picador cuyo ¨²nico delito fue picar al toro. Este lanzamiento de botes porque s¨ª se est¨¢ convirtiendo ¨²ltimamente en una peligrosa costumbre en nuestras plazas de toros. Urge ya que se tom¨¦ alg¨²n tipo de medida con estos energ¨²menos. Capea, tras el desagradable incidente, calm¨® los ¨¢nimos tensos y realiz¨® una faena vibrante, muy ligada y con momentos de calidad. Dos tandas de derechazos hondos, buenos naturales y un gran pase de pecho, de pit¨®n a rabo, en el que le marc¨® la salida a la res por el hombro contrario. Espectaculares cambios de mano por la espalda y adornos, esta vez adecuados, desbordaron el entusiasmo del p¨²blico, quien reaccion¨® con generosidad.