Con el asesinato de lord Mountbatten, el IRA inicia una campa?a de terror
No hay duda de ?por qui¨¦n doblan las campanas? en Gran Breta?a, tras el asesinato el lunes, por el Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA), de uno de sus hijos m¨¢s preclaros: lord Mountbatten de Birmania.
El atentado que cost¨® la vida a Mountbatten y a otras tres personas no fue el ¨²nico perpetrado anteayer en la isla de Irlanda por el IRA. No se hab¨ªa repuesto el pa¨ªs de la noticia, cuando se anunci¨® una segunda tragedia: 18 militares, entre ellos un teniente coronel, un comandante y un civil resultaban muertos como consecuencia de dos nuevas explosiones terroristas, esta vez en la localidad de Warren Point, condado de Down, en la frontera que separa el Ulster de la Rep¨²blica de Irlanda, pero en territorio brit¨¢nico.Y ayer mismo, el IRA volv¨ªa a actuar, esta vez en Bruselas, donde resultaron heridas diez personas, miembros de la banda de m¨²sica militar brit¨¢nica Duke of Edimburg's Royal Regiment, cuando se preparaba en el estrado del Grand Place para iniciar el concierto.
Los provisionales del IRA, cuyo n¨²mero se estima en unos cuatrocientos, distribuidos en c¨¦lulas de cinco y diez personas, hicieron estallar por control remoto una bomba de seiscientos kilos, oculta en un cami¨®n de paja, cuando circulaba un convoy militar por una autopista. Pocos minutos despu¨¦s llegaba al lugar del suceso un helic¨®ptero que transportaba al jefe del regimiento Highlanders, de la reina. Ese fue el momento escogido por el IRA para hacer explosionar una segunda bomba.
El conde Louis Mountbatten, el miembro m¨¢s antiguo de la familia real, result¨® muerto instant¨¢neamente al hacer explosi¨®n una bomba de veinticinco kilos de dinamita en su barco, el Shadow V, cuando pescaba frente a las costas del condado de Sligo, en la Rep¨²blica de Irlanda. La bomba produjo la desintegraci¨®n total de la peque?a embarcaci¨®n, de s¨®lo nueve metros y medio de eslora, y caus¨® la muerte no s¨®lo del ilustre soldado, sino tambi¨¦n la de otras dos personas m¨¢s: su nieto Nicholas, de catorce a?os, y la de un amigo irland¨¦s, de quince.
Una tercera persona, la viuda de Bradbourne, de 82 a?os, madre pol¨ªtica de la hija de Mountbatten, falleci¨® ayer por la ma?ana en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Sligo.
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El Gobierno brit¨¢nico anuncia una lucha sin cuartel contra el terrorismo
(Viene de primera p¨¢gina)
La tensi¨®n aumenta por momentos. La primera ministra Margaret Thatcher, que el lunes prometi¨® una lucha sin cuartel contra los terroristas, convoc¨® ayer una reuni¨®n de urgencia con tres miembros claves de su Gabinete: el ministro del Interior, William Whitelaw; el de Defensa, Francis Pym -ambos antiguos secretarios de Estado para Irlanda del Norte-, y el lord del sello privado y portavoz en los Comunes de pol¨ªtica exterior, sir Ian Gilmour. Por su parte, el actual secretario de Estado para Irlanda del Norte, Humphrey Atkins, se reun¨ªa en Belfast con los jefes de seguridad de la provincia y era esperado en Londres para informar directamente a la se?ora Thatcher.
La violencia terrorista no es la ¨²nica que amenaza a Irlanda del Norte. Para agravar una situaci¨®n ya tensa, la Asociaci¨®n para la Defensa del Ulster, formada por los integristas protestantes de la provincia, ha pedido la dimisi¨®n de Atkins y ha prometido tomarse la justicia por su mano si el Gobierno es incapaz de poner fin a la actual ola de atentados.
Entretanto, un portavoz del palacio de Buckingham ha anunciado que los funerales por lord Mountbatten se celebrar¨¢n en la abad¨ªa de Westminster, el mi¨¦rcoles 5 de septiembre, con asistencia de toda la familia real, que rendir¨¢ as¨ª un ¨²ltimo homenaje de respeto a quien conocieron en vida por el afectuoso apelativo de uncle Dickie (t¨ªo Dickie).
Mountbatten hab¨ªa dispuesto en vida sobre c¨®mo deber¨ªan desarrollarse sus funerales y posterior entierro, seg¨²n se revel¨® en una entrevista televisiva grabada hace dos a?os por la BBC y retransmitida en la noche del lunes. ?Que nadie llore mi muerte?, dijo, ?he vivido siempre con alegr¨ªa y no quiero que mi muerte sea motivo de tristeza para nadie. S¨®lo siento no estar presente en mis funerales.? ?Mi mayor ambici¨®n?, a?adi¨®, ?ser¨ªa tener una muerte pac¨ªfica.? Evidentemente, Mountbatten no ha podido ver realizado su deseo.
La repulsa y condena del atentado son un¨¢nimes en todo el Reino Unido. Gobierno, prensa, Oposici¨®n, pol¨ªticos de todos los partidos, prelados de todas las confesiones, intelectuales y sindicatos han expresado su ?horror y repugnancia? por el acto terrorista. En palabras del primer ministro irland¨¦s, Jack Lynch, el atentado constituye ?una verg¨¹enza para todo irland¨¦s de dentro y fuera de Irlanda?.
A este respecto, es significativo un editorial del Daily Mirror, peri¨®dico cercano al pensamiento laborista, que compara a los terroristas del IRA con los nazis. ?Estos enemigos de la civilizaci¨®n no conseguir¨¢n sino unir al mundo civilizado contra ellos.?
La reacci¨®n del Mirror no es extra?a si se considera que Louis Mountbatten, contrariamente a lo que se podr¨ªa pensar por su nacimiento y educaci¨®n, se sinti¨® siempre mucho m¨¢s identificado con la corriente liberal laborista que con el partido conservador, sobre todo en los temas de descolonizaci¨®n del imperio.
Fue precisamente un primer ministro laborista, Clement Atlee, quien nombr¨¦ a Mountbatten ¨²ltimo virrey brit¨¢nico en la India, con plenos poderes para preparar la transici¨®n hind¨² hacia la independencia. Y otro primer ministro laborista, Harold Wilson, ofreci¨® al conde el gobierno general de Rodesia, en un intento de conseguir un arreglo de la cuesti¨®n rodesiana. La declaraci¨®n unilateral de independencia proclamada por Ian Smith en 1965 frustr¨® los prop¨®sitos de Wilson.
Los hombres que sirvieron bajo sus ¨®rdenes le adoraban. ?Te hac¨ªa sentirte importante?, declaraba ayer un portero de Londres. Fue esa lealtad hacia sus hombres la que le hizo negarse a asistir a las ceremonias oficiales durante la visita realizada hace a?os a Londres por el emperador Hiro Hito.
El hombre Mountbatten ha muerto, pero su leyenda le sobrevive.
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