Los clubs burlan sistem¨¢ticamente la norma que regula las cesiones
Los clubs burlan sistem¨¢ticamente la norma que prohibe las cesiones de jugadores entre equipos de la misma categor¨ªa. La Federaci¨®n, tan estricta a la hora de exigir respeto no s¨®lo a la letra, sino al esp¨ªritu de la obligaci¨®n impuesta en Segunda, Segunda B y Tercera de alinear a dos menores de veinte a?os por equipo en cada partido, ignora, sin embargo, las triqui?uelas de los clubs respecto a las cesiones. Esta temporada, como las anteriores, los clubs de Primera Divisi¨®n se ceden jugadores entre si con el mayor descaro.
La prohibici¨®n de cesi¨®n de jugadores entre clubs de una misma categor¨ªa tiene una l¨®gica: no es serio que un jugador cuya ficha pertenece a un club tenga que enfrentarse a ¨¦ste vistiendo los colores de otro. Tal situaci¨®n resulta dif¨ªcil para ¨¦l. Por otra parte, la prestaci¨®n de los servicios de un jugador de un club a otro supone un pacto entre ambos que puede mover a suspicacias cuando se enfrenten sobre el terreno de juego. Entre clubs de distinta categor¨ªa que no tienen que enfrentarse -salvo que el sorteo les empareje en la Copa- no presenta esos problemas.No obstante, la prohibici¨®n es sistem¨¢ticamente burlada por los clubs. Hecha la ley, hecha la trampa. Basta con no registrar el pase del jugador de un club a otro como una cesi¨®n, sino como un traspaso. El club traspasante se asegura de recuperar al jugador al final de la temporada incluyendo una cl¨¢usula por la que el comprador se compromete a revenderlo al final de la temporada. A la Federaci¨®n -tan celosa del esp¨ªritu de la norma en lo que respecta a la alineaci¨®n de los sub-20 en Segunda, Segunda B y Tercera- le basta con decir que ese acuerdo no se registra en el contrato que obra en su poder, y que es un acuerdo entre esos dos clubs al margen de su autoridad y en el que no puede intervenir. En definitiva, admite que a?o tras a?o los clubs burlen el esp¨ªritu de una ley.
Las cesiones entre clubs de la misma categor¨ªa no son casos aislados. Las hay continuamente, cada temporada, y se han convertido en pr¨¢ctica habitual. Este a?o, el Madrid tiene cedidos -bien a trav¨¦s de esa cl¨¢usula de reventa o bien haci¨¦ndolos figurar como jugadores del Castilla-, a tres jugadores en el Burgos: Mat¨¦, Cort¨¦s y Blanco. Tiene, adem¨¢s, a Escribano cedido en el Salamanca. Este club, por su parte, se ha encontrado ahora con que tiene tres ?no seleccionables? -D'Alessandro, Diarte y B¨¢ez- y, a la vista de ello, ya est¨¢ preparando la cesi¨®n por una temporada de este ¨²ltimo al Burgos.
El a?o pasado, Amarillo, del Barcelona, jug¨® como cedido en el Salamanca; Javi, del Atl¨¦tico, jug¨® como cedido en el R¨¢cing de Santander. A?os atr¨¢s, Robi y S¨¢nchez Barrios, madridistas ambos, jugaron como cedidos en el Salamanca, y Ferm¨ªn y Del Bosque, en el C¨®rdoba. En casi todos los casos, el jugador cedido no se enfrenta a su club propietario, para dejar m¨¢s claras las cosas a la Federaci¨®n, que ni por esas quiere enterarse.
Todo ello, con el agravante de que incurren en la trampa grandes clubs que tienen el privilegio de disponer de una enorme fuerza de votos en la asamblea para alterar las normas que no les interesen. Madrid, Barcelona y Atl¨¦tico cuentan cada uno con 35 votos. Cada club de Tercera, a los que ahora se les obliga a alinear a dos sub-20, s¨®lo tienen un voto por cabeza. Los entrenadores est¨¢n seudorrepresentados por un hombre nombrado por la Federaci¨®n, que tiene cincuenta votos. Se han constituido en asociaci¨®n -la ANEF-, que no s¨®lo no es reconocida por la Federaci¨®n, sino despreciada por Porta, que recientemente declar¨® en conferencia de prensa que desconoc¨ªa esas siglas.
El ejemplo de la Federaci¨®n
No es extra?o que los clubs burlen las normas, pues ese es el ejemplo que reciben de la Federaci¨®n. Esta cambia, a su antojo, los acuerdos de la asamblea cuando lo ve conveniente. Lo hizo hace dos a?os, cuando, avanzada la temporada, se descubri¨® que el calendario aprobado para la Liga y la Copa no resultaba pr¨¢ctico ante la proximidad del Mundial. Lo hizo este a?o cuando la distribuci¨®n de los grupos de Tercera fue rechazada por los vascos y los extreme?os, y dio lugar a que, para que no se retiraran, la propia Federaci¨®n alterara la decisi¨®n de la asamblea.Al margen de todo ello, la Federaci¨®n ignora las leyes de orden superior que rigen en el pa¨ªs. Su ¨²ltima pirueta ha sido colocar en situaci¨®n de extranjeros a efectos laborales a jugadores nacionalizados espa?oles pero que no pueden jugar en la selecci¨®n por haberlo hecho en la de su pa¨ªs de, origen, casos Carnevali, Ayala, Wolff, Brindisi, Guerini y otros. Antes estuvo su enconada oposici¨®n a que los jugadores profesionales tuvieran acceso a una situaci¨®n laboral digna.
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