Mil millones de d¨®lares
Mil millones de d¨®lares. Tal es el precio de una revisi¨®n total de una central nuclear. Tal es la suma a pagar por evitar un posible desastre, dado que un ingeniero supervisor ha descubierto en la suya la posibilidad de que entre sus muchas conducciones y conexiones pueda haber una pieza defectuosa. Tal pieza ha sido facilitada por una de las m¨¢s importantes empresas de EEUU, mas su radiograf¨ªa de garant¨ªa es falsa.Tal es el tema de este filme, que, a no ser por los ¨²ltimos sucesos nucleares, posiblemente no hubiera pasado de ser una historia m¨¢s, interpretada de modo convencional por un tr¨ªo de actores eficientes. Sin embargo, las ¨²ltimas aver¨ªas, con su riesgo evidente, en las ya famosas centrales americanas, desataron un clima de tensi¨®n ante tal tipo de amenazas, del que se beneficia este relato que, en cierto modo se anticipa a la realidad actual, dentro y fuera de nuestra pen¨ªnsula. Los intereses econ¨®micos de la empresa propietaria, que tiene en juego la concesi¨®n de otra m¨¢s, enfrentados a la ¨¦tica profesional de los consabidos periodistas, llevan la historia por un camino af¨ªn al suspense y melodrama, con final apocal¨ªptico, aunque frustrado, a la moda en tal tipo de pel¨ªculas.
El s¨ªndrome de China
Director: James Bridges.Gui¨®n: Mike Gray, T S. Cook y James Bridges. Int¨¦rpretes: Jack Lemon, Jane Fonda, Michael Douglas. Dram¨¢tica. EEUU, 1979. Local de estreno: Palacio de la M¨²sica.
Quiere decirse que no se trata de poner en duda el riesgo de tal tipo de recursos energ¨¦ticos, sus beneficios y peligros, sino la moral de una empresa y sus posibles consecuencias. Lo que s¨ª queda en evidencia es el submundo interesado de comisiones y asesores capaces de enmascararla realidad tras nubes de datos t¨¦cnicos y razones de Estado destinadas a calmar temores bajo capa de optimismos confiados.
Esta capacidad de enfrentarnos a la realidad viene a ser el valor m¨¢s importante de la historia por encima de su rocambolesco desarrollo, sobre todo en la segunda parte. Ello le salva, pues el relato en s¨ª resulta fr¨ªo y deshumanizado, salvo cuando cifras y f¨®rmulas se le ofrecen al espectador tan claras y evidentes como el t¨ªtulo que da nombre a la pel¨ªcula.
El ?s¨ªndrome de China? resume el conjunto de s¨ªntomas que ofrece una central nuclear enferma. En caso de no contar con refrigeraci¨®n suficiente por cualquier aver¨ªa, su combustible se llegar¨ªa a fundir, convirti¨¦ndose en una especie de siniestro caldo que, desde EEUU, en este caso, y a trav¨¦s del globo terr¨¢queo, ir¨ªa a aparecer nada menos que en China, salvo que en su camino encontrara una corriente de agua, convirti¨¦ndose entonces, al evaporarse, en una nube radiactiva de dimensiones espectaculares.
Todo ello viene a decirnos que en estas cuestiones quedan a¨²n demasiados problemas por resolver, m¨¢s all¨¢ de posibles fallos humanos, defectos t¨¦cnicos y razones econ¨®micas.
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