Preocupaci¨®n por el futuro del cine marginal espa?ol
Concluyen las conversaciones internacionales en Valladolid
Con las exposiciones de Miguel Portes Moix (?En torno a los cines nacionales?), Pere Portabella (?Alternativa a las escuelas oficiales de cine?), Andr¨¦s Linares (?Cine militante, cine de partido?) y Alvaro del Amo (?La cr¨ªtica del cine marginal, problemas del corto?) concluyeron, el jueves pasado, las conversaciones internacionales de cine que durante dos d¨ªas se han desarrollado en Valladolid en tomo al cine marginal en Espa?a.
A trav¨¦s de varias horas de an¨¢lisis y discusiones, ponentes y asistentes han indagado sobre la situaci¨®n y posibilidades de futuro de los filmes realizados al margen de los circuitos comerciales. Antoni Padr¨®s, quiz¨¢ la figura m¨¢s representativa del cine marginal en nuestro pa¨ªs, ha sido claro al respecto: ?No hay alternativa, el cine marginal acabar¨¢ siendo devorado por el comercial; puede que quedemos ah¨ª, en un rinconcito de un museo; yo no veo otra salida.? Aparte de las manifestaciones pesimistas de Padr¨®s, es posible que, a partir de las opiniones de los expertos que han intervenido en las conversaciones, se elaboren unas conclusiones o alternativas de soluci¨®n para el cine marginal.Los cortometrajistas, por su parte, ya las han adoptado. Han decidido crear una asociaci¨®n, de la que formar¨ªan parte productores y realizadores, para defender sus intereses, canalizar las subvenciones oficiales y pedir a RTVE que adquiera cortos espa?oles. Mientras tanto, contin¨²an celebr¨¢ndose con normalidad las proyecciones de los diversos ciclos y secciones. Tambi¨¦n prosiguen las sorpresas. La ¨²ltima la ha proporcionado un filme iran¨ª, O. K. mister, de Parviz Kimiavi. El director persa exiliado en Par¨ªs explica, a trav¨¦s de una versi¨®n burlesca y cr¨ªtica, las claves de la revoluci¨®n y arremete contra la colonizaci¨®n cultural y econ¨®mica de su pa¨ªs. Ancianos persas de barba blanca y semblante prof¨¦tico se visten con pantalones de cuadros, camisas chillonas y sandalias coloreadas, comen perritos calientes, beben coca-cola, cambian sus nombres por otros como Harry, Joe o Jerry y lloran cuando les quitan la coca-cola. S¨®lo un viejo (la alusi¨®n a Jomeini es clara) mantiene sus costumbres a trav¨¦s de tres palabras en lengua aut¨®ctona -flor, tierra y trigo-, despierta a los dem¨¢s e inicia la revoluci¨®n. O. K. mister se ha convertido en una de las pel¨ªculas con m¨¢s posibilidades de alcanzar la Espiga de Oro.
El cine bajo Jomeini
?Cuando desde Par¨ªs me pongo en contacto con la gente de cine que contin¨²a en Ir¨¢n y les pregunto si ahora hacen algo, me suelen responder que se re¨²nen de cuando en cuando para charlar y fumar opio ?, dijo Parviz Kimiavi a EL PAIS. Kimiavi, utilizando el cuento de Cenicienta, muestra la brutal colonizaci¨®n econ¨®mica y cultural sufrida por su pa¨ªs en la etapa del sha y facilita, ya en 1978, fecha en que est¨¢ realizado el filme, las claves de la revoluci¨®n encabezada por Jomeini.?Durante la ¨¦poca del sha?, se?al¨® el director persa, ?no hab¨ªa historia iran¨ª. Toda la cultura fue importada de Occidente. Las clases acomodadas odiaban la cultura ancestral irani, que qued¨® relegada a las mezquitas. La televisi¨®n, implantada en 1970 y popularizada en s¨®lo tres a?os, acab¨® con los restos de las grandes tradiciones orales que manten¨ªa el pueblo. Ahora se ha pasado al otro extremo. La Universidad de Teher¨¢n se ha convertido casi en una mezquita donde los estudiantes van a rezar y a los licenciados que estudiaron fuera y volvieron a Ir¨¢n para colaborar en el resurgir del pa¨ªs se les dice que con sus diplomas no les han dado en las universidades extranjeras carn¨¦s de colonizadores. Hoy, no son infrecuentes las colas ante las embajadas. Estos licenciados se ven obligados a emigrar. ?Pero cu¨¢l es la situaci¨®n de la cultura, en general, y del cine, en particular, en Ir¨¢n? La m¨²sica, excepto la religiosa y las marchas militares, est¨¢ prohibida. No se pueden hacer pel¨ªculas anal¨ªticas sobre la revoluci¨®n ni montar, sin que lo supervisen los asesores de Jomeini, que son peores que ¨¦l, el material filmado durante las manifestaciones contra el sha. Estos dos detalles pueden bastar. Pero hay m¨¢s. Si t¨² presentas el proyecto de un filme, te dicen: "Durante la revoluci¨®n hubo muchos muertos, ?por qu¨¦ va a hacer una pel¨ªcula?, ?para qu¨¦ servir¨¢?", y te dan una respuesta negativa. Igual sucede con la m¨²sica, la pintura, la escultura. Adem¨¢s, a los directores serios, preocupados por lo art¨ªstico o por los problemas sociales, se les reprocha haber hecho pel¨ªculas durante la ¨¦poca.
??Hasta qu¨¦ punto es cierta esta acusaci¨®n?? ?Con el sha, la ¨²nica posibilidad para los nuevos directores, para los hombres de vanguardia, era conseguir subvenciones de los organismos oficiales que estaban controlados por personas de la dinast¨ªa imperial. No hab¨ªa otra salida. Se hacian filmes para presentarlos en los festivales.
?Entonces, ?qu¨¦ tipo de cine se puede ver ahora en Ir¨¢n?? ?Casi ninguno. Mejor dicho, el cine comercial anterior, pero con modificaciones.
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