Euskadi y su futuro / y 2
Secretario general del Partido Socialista de Euskadi.Diputado por Vizcaya
Es a partir del 25 de octubre cuando realmente se abre el proceso que puede conducir a la estabilidad pol¨ªtica de Euskadi, y hay que demostrar a todo un pueblo que la v¨ªa elegida es la correcta, y que las cosas comienzan a cambiar en el Pa¨ªs Vasco. El m¨¢s grave error que se podr¨ªa cometer a partir del 25 de octubre, es dilatar la puesta en marcha de las competencias transferidas mediante el Estatuto a la comunidad aut¨®noma vasca. Es absolutamente necesario que el primer Gobierno vasco elegido democr¨¢ticamente cuente, desde el momento de su formaci¨®n, con los instrumentos adecuados y necesarios para afrontar con rigor los problemas de orden p¨²blico, violencia, crisis econ¨®mica, y realizar una gesti¨®n digna de las competencias transferidas. Si ello se efect¨²a con rapidez, y sin dilaciones innecesarias, se habr¨¢ completado la estrategia de comprometer al PNV definitivamente en el proceso de consolidaci¨®n de la democracia y normalizaci¨®n de Euskadi. Previsiblemente, una vez elegido el Parlamento vasco, sea este partido el encargado de formar Gobierno en un contexto que no va a ser nada f¨¢cil.
Sea este primer Gobierno vasco monocolor o de coalici¨®n, las circunstancias requerir¨¢n el mantenimiento del compromiso por la autonom¨ªa, la defensa de las instituciones democr¨¢ticas y la colaboraci¨®n frente a la desestabilizaci¨®n terrorista, de todos los partidos que apoyan el Estatuto, hasta el pleno desarrollo del mismo, la consolidaci¨®n de sus instituciones y el logro de una convivencia plenamente democr¨¢tica y pac¨ªfica en Euskadi. En los pr¨®ximos a?os habr¨¢ que demostrar a todo el pueblo vasco, en la pr¨¢ctica y de manera definitiva, que la autonom¨ªa supone una gran conquista hist¨®rica, superadora de un pasado lleno de oscurantismo y sojuzgamiento, que el camino emprendido es el correcto, y que la violencia, el terrorismo y las veleidades independentistas, por ut¨®picas e irrealizables, no conducen m¨¢s que al caos y al hundimiento de todo un pueblo.
Esperanza contra la violencia
Para desgracia de todos, hay que temer que la violencia contin¨²e despu¨¦s de la aprobaci¨®n del Estatuto de Autonom¨ªa. Sin embargo, el Estatuto abre la esperanza de conseguir su aislamiento, reducirlo a la m¨ªnima expresi¨®n posible en segunda instancia, y de erradicarlo definitivamente en ¨²ltima. Es este, por tanto, un grav¨ªsimo problema que no se va a resolver de la noche a la ma?ana. Requiere tiempo, medios adecuados, y, en mi opini¨®n, resulta imprescindible elaborar un diagn¨®stico cient¨ªfico de la violencia y el terrorismo en Euskadi. Hay que estudiar sociol¨®gicamente el problema. Ning¨²n Gobierno ser¨¢ capaz de dar con las soluciones adecuadas si no hace un claro diagn¨®stico del fen¨®meno ETA y de la sociedad vasca actual, en el que el mismo se desarrolla. Dentro de la escasez de medios y de recursos en que desarroll¨® su labor la Consejer¨ªa del Interior del CGV, tratamos de iniciar a peque?a escala un estudio sobre la violencia en Euskadi, que no fue mucho m¨¢s all¨¢ de un sondeo de opini¨®n p¨²blica, y algunas investigaciones complementarias. Algunos datos del mismo, que deben ser tomados con la debida prevenci¨®n que merece todo sondeo, pueden ilustrar, sin embargo, el inter¨¦s de un estudio de la violencia y el terrorismo en Euskadi. El sondeo fue realizado en diciembre de 1978, con un total de 1.800 muestras, repartidas de la siguiente forma: 169 en Alava, 483 en Guip¨²zcoa, 807 en Vizcaya y 341 en Navarra. Transcribo algunas preguntas y sus respuestas.
Pregunta: si existe m¨¢s o menos violencia abertzale que durante el franquismo. Respuesta: m¨¢s, 60%; menos, 5%; igual, 22%; no sabe, 13 %. Pregunta: si existe m¨¢s o menos violencia institucional que durante el franquismo. Respuesta: m¨¢s, 50% menos, 9%; igual, 25%; no sabe, 16%. Pregunta: actuaci¨®n de las Fuerzas de Orden P¨²blico durante los ¨²ltimos doce meses. Respuesta: igual que antes, 29%; con menos dureza, 8%; con m¨¢s dureza, 52%; no sabe, 8%; no contesta, 3%. La primera conclusi¨®n que se puede extraer de los anteriores datos es la enorme conciencia y reacci¨®n antirepresiva del pueblo vasco, que lleva a la mayor¨ªa de los encuestados a afirmar que en diciembre de 1978 existe m¨¢s violencia institucional que durante el franquismo, y que las FOP act¨²an con m¨¢s dureza que antes. Hechos ambos objetivamente inciertos y no reales.
En otro orden de cosas son significativos los siguientes datos. Pregunta: posici¨®n personal actual respecto a ETA. Respuesta: a favor, 11%; ni a favor ni en contra, 34%; en contra, 34%; no sabe o no contesta, 21 %. Pregunta: a favor o en contra de una negociaci¨®n abierta con ETA. Respuesta: a favor, 58%; en contra, 13%; no sabe, 19%; no contesta, 10%. Pregunta: si est¨¢ de acuerdo con que los problemas se resuelvan por la v¨ªa pac¨ªfica. Respuesta: totalmente de acuerdo, 50%; bastante de acuerdo, 30%; poco de acuerdo, 6%; nada de acuerdo, 4%; no sabe o no contesta, 10%. De los datos anteriores se infieren a primera vista dos conclusiones: a) Que en diciembre de 1978, despu¨¦s del a?o m¨¢s violento de ETA, sus acciones no est¨¢n rechazadas con claridad por los encuestados. Tan s¨®lo un 34% de los mismos se pronuncia claramente en contra. La indiferencia, el no sabe y no contesta, alcanzan un 51 %. b) Que, sin embargo, existe un claro deseo de paz en los encuestados, que se manifiesta en el alto porcentaje que est¨¢ a favor de que los problemas se resuelvan por la v¨ªa pac¨ªfica, o que se muestran partidarios de una negociaci¨®n, posici¨®n esta que abriga tambi¨¦n la necesidad de paz.
Es evidente que al terrorismo no se le puede hacer frente sin medidas policiales eficaces y t¨¦cnicamente adecuadas a la magnitud del problema. Pero tambi¨¦n es evidente, o al menos debiera serlo, que sin la colaboraci¨®n ciudadana y c¨ªvica, ninguna autoridad puede, ni siquiera la militar, luchar contra el terrorismo. Esta es una realidad muy poco grata al o¨ªdo, pero que se impone a todo el que sufre la inseguridad vital del ciudadano que vive en un pueblo traumatizado por la violencia. No es mi misi¨®n, ni el objeto de este art¨ªculo, inmiscuirme en los problemas del ministro del Interior. Pero s¨ª, dicho lo que antecede, apuntar que s¨®lo medidas policiales no son suficientes en Euskadi para resolver el problema, siendo adem¨¢s necesario:
a) Tener muy claro que mientras las actitudes violentas no sean rotundamente rechazadas por el pueblo vasco y se produzca un aislamiento del terrorismo, las medidas policiales encontrar¨¢n serias dificultades para ser efectivas. Para que este aislamiento se produzca es preciso: 1. Acentuar al m¨¢ximo las medidas pol¨ªticas que devuelvan al pueblo vasco la confianza en si mismo, en las instituciones, en la democracia y en la v¨ªa negociadora y dialogante. Camino este iniciado con el Estatuto, pero que, como se?alaba anteriormente, es preciso culminar en un proceso r¨¢pido y continuado a partir del 25 de octubre. 2. Evitar ciertas actuaciones de las FOP que en un pueblo con gran conciencia antirrepresiva cada vez que se producen suponen un retroceso triste y angustioso en la necesaria sensibilizaci¨®n de la poblaci¨®n que conduzca al rechazo de la violencia y el terrorismo. 3. Conseguir que los partidos pol¨ªticos que defienden el Estatuto lleguen a un compromiso por la paz, a la formaci¨®n de un frente democr¨¢tico contra la violencia que movilice al pueblo vasco y que lo haga reaccionar contra la muerte, el derramamiento de sangre permanente y el frenes¨ª de la violencia.
b) Es urgente un diagn¨®stico cient¨ªfico de la violencia en la sociedad vasca, del terrorismo y de la actual situaci¨®n de la juventud. Cuando en una sociedad los que est¨¢n dispuestos a matar no son pocos y muchos permanecen indiferentes ante la muerte, hay que saber cu¨¢les son las causas, para aplicar los justos remedios. El 43% de la poblaci¨®n vasca no ha cumplido los veinticinco a?os (dato de la C¨¢mara de Comercio de Bilbao. Publicaci¨®n: Din¨¢mica de la poblaci¨®n y del empleo en el Pa¨ªs Vasco). Estamos ante la poblaci¨®n m¨¢sjoven de Espa?a. Ser¨ªa enormemente ¨²til el conocer las huellas que ha dejado el final de la dictadura en los j¨®venes que entonces ten¨ªan entre diez y quince a?os, y que hoy tienen entre veinte y veintiuno. No puede dejar de analizarse el importante paro juvenil que hoy existe en Euskadi y su incidencia en las actitudes violentas. En Guip¨²zcoa, 8.713 j¨®venes buscan en la actualidad su primer empleo, sin encontrarlo (dato oficial de la Oficina de Desempleo de Guip¨²zcoa).
c) El Gobierno vasco debe responsabilizarse del orden p¨²blico en Euskadi. Para ello es urgente la creaci¨®n y puesta en funcionamiento de la polic¨ªa aut¨®noma. Esta va a ser la gran prueba de fuego del PNV y, en su caso, de los partidos que formen el futuro Gobierno vasco. Quiz¨¢ al final el problema lo tendremos que resolver entre vascos y solos. Y si fuera as¨ª, ?los vascos seriamos, o no, capaces de resolverlo?
El problema de Navarra
No quiero dejar de esbozar un tema, en mi opini¨®n, importante, que sin una adecuada soluci¨®n har¨¢ dif¨ªcil la normalizaci¨®n pol¨ªtica de Euskadi. Me refiero a Navarra. En el resto del Pa¨ªs Vasco, el problema no tiene duda: el 80% de la poblaci¨®n es favorable a la incorporaci¨®n de Navarra a Euskadi. Sin embargo, la poblaci¨®n navarra est¨¢ seria y visceralmente dividida por esta cuesti¨®n, que afecta a su futuro como pueblo. Es preciso encontrar una soluci¨®n pol¨ªtica que no sea traum¨¢tica, ni para Navarra, ni para el resto del pueblo vasco. Por razones de espacio no puedo ahondar en este tema, que, en mi opini¨®n, requiere una soluci¨®n negociada entre todos.
El 25 de octubre quedan abiertas las puertas de la esperanza. La tarea no va a ser f¨¢cil. Por el contrario, dura y dif¨ªcil. No obstante, estamos convencidos de que el camino elegido es, adem¨¢s del ¨²nico posible, el correcto. En su transcurso, los socialistas vascos estaremos en primera fila, al servicio de la libertad, de la democracia y de la paz en Euskadi, y, por tanto, de la Espa?a democr¨¢tica.
Los socialistas vascos hemos actuado limpia y honradamente con nuestro pueblo, y hemos procurado siempre contribuir a la paz en Euskadi. Los resultados electorales deben ser secundarios cuando algunos pensamos que por encima de los mismos, y pese a todo, el futuro de Euskadi y de Espa?a habr¨¢ de construirse a partir de la limpieza y la honradez.
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