Una visi¨®n anticipada e la alterniva tur¨ªstica
(*) Este art¨ªculo fue escrito, en forma epistolar, un d¨ªa de abril de 1931. El autor no recuerda el destinatario del texto.Creo que, entre los factores que pueden contribuir a la mejora del cambio de nuestra moneda, no se ha fijado bastante la atenci¨®n sobre el fomento del turismo.
El turismo, que en Espa?a es escas¨ªsimo, aunque se diga otra cosa, tiene la ventaja de necesitar moneda nacional inmediatamente, sin cr¨¦dito alguno, y esta circunstancia, unida a ser cantidades cambiables peque?as, pero muy numerosas, influyen de excelente manera sobre el factor psicol¨®gico del cambio, que yo, personalmente, despu¨¦s de muchos estudios econ¨®micos, creo que es el m¨¢s importante, sobre todo en las grandes oscilaciones.
Cuando se trata este asunto se le suele desde?ar, sin fijarse seriamente en ¨¦l, En Francia produjo el turismo en 1929 10.000 millones de francos. No vamos a pretender obtener un resultado an¨¢logo, pues en Francia es el fruto de muchos a?os de preparaci¨®n y trabajo. Pero si creo que con bastante facilidad pod¨ªamos obtener la d¨¦cima parte de esa suma, o sea, mil millones de francos, cifra que en Espa?a es s¨®lo comparable con la exportaci¨®n de naranja, la primera partida de nuestras exportaciones, que viene a ser aproximadamente la misma cantidad. O sea que, trabajando el asunto, el turismo puede ser la primera o segunda partida de nuestra exportaci¨®n.
Ahora bien, habr¨ªa que trabajarlo.
He estado este invierno en la Costa Azul, y no hab¨ªa propaganda alguna de Espa?a al lado de la enorme de todos los pa¨ªses del mundo.
Lo mismo me ocurri¨® en Suiza hace dos a?os. Y en el mejor hotel de Roma (Plazza) no habla nada espa?ol, y eso que ten¨ªan revistas suecas, griegas y hasta japonesas.
En las actuales circunstancias no es f¨¢cil atraer el turismo, asustadizo de suyo, pero con la tranquilidad que disfrutamos pronto se convencer¨¢n de que se puede venir. No debemos perder la enorme propaganda gratuita que nos est¨¢n haciendo estos d¨ªas todos los peri¨®dicos del mundo y debemos continuarla, aunque nos cueste el hacerlo, y estoy seguro de que ya este verano pod¨ªa ser San Sebasti¨¢n un peque?o Montecarlo. Y, sobre todo, hacer la competencia a esos espl¨¦ndidos casinos de la costa vasca francesa, edificados en gran parte con dinero espa?ol. Y ya no traigamos el dinero extranjero, hay que procurar que no se marche el espa?ol.
S¨¦ que existe el Patronato Nacional de Turismo. Desconozco su funcionamiento, pero creo que no se ha preocupado de nuestra propaganda en el extranjero.
Una propaganda hecha con habilidad, a base de anunciar que la estancia en Espa?a es m¨¢s barata que en ninguna parte, porque la peseta est¨¢ muy baja, habr¨ªa de producir efecto en los mismos pa¨ªses tur¨ªsticos actuales, que procurar¨ªan contrarrestarla haciendo subir la peseta.
Y el que nosotros mismos propag¨¢semos que la peseta est¨¢ muy baja no creo que nos perjudicase en lo m¨¢s m¨ªnimo, puesto que no es un secreto para nadie en el mundo.
Adem¨¢s de estas ventajas de orden cremat¨ªstico, se obtendr¨ªan otras de orden pol¨ªtico, pues todo el que visitase Espa?a ser¨ªa un propagandista nuestro para merecer la confianza mundial.
En fin, que creo que se encontrar¨ªan muchas ventajas, y como soy para usted perfectamente desconocido, no creo que est¨¦ de m¨¢s a?adir, en estos tiempos de pescadores a r¨ªo revuelto, que, ni directa ni indirectamente, ninguna de mis actividades, ni las de mis familiares, socios o amigos ¨ªntimos, resultar¨ªan beneficiadas con un incremento de turismo o de nada que de ¨¦l dependa.
De ah¨ª no obtendria otro beneficio que el que experimenta todo ciudadano espa?ol, y al escribir estas l¨ªneas no me mueve otro impulso que el de exponer mis modestas ideas para bien de m¨ª patria. Que es lo que todos deseamos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.