La Peque?a Holanda, pol¨¦mica cooperativa agr¨ªcola al borde de Do?ana
Veinte trabajadores andaluces que residen en Holanda, integrado en la cooperativa La Peque?a Holanda, regresar¨¢n el pr¨®ximo a?o a Espa?a para dedicarse a la explotaci¨®n colectiva de una finca agropecuaria comprada con ayuda de los,Gobiernos de ambos pa¨ªses. El proyecto, no obstante, ha estado a punto de naufragar a causa de la ubicaci¨®n que el Iryda le ha encontrado, a la vera misma del parque nacional de Do?ana, con todas sus implicaciones ecol¨®gicas y pol¨ªticas.
Antonio Galv¨¢n y sus diecinueve compa?eros vieron en La Peque? a Holanda la posibilidad del retomo a su tierra natal andaluza sin tener que ponerse en las colas del desempleo y con la ventaja de trabajar en una propiedad agr¨ªcola que les pertenecer¨¢. Para el Gobierno holand¨¦s se trataba de ensayar, a un precio m¨®dico, formas nuevas y sugestivas de quitarse de en medio el excedente de poblaci¨®n activa extranjera sobrante por culpa de la crisis; por eso ofreci¨® sesenta millones de subvenci¨®n y no tuvo inconveniente en llegar hasta los ochenta cuando se le demostr¨® su necesidad.Puestos en contacto los emigrantes con las autoridades espa?olas, el Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (Iryda) elabor¨® un informe t¨¦cnico y financiero sobre las posibilidades que para el proyecto en cuesti¨®n ofrec¨ªa la finca llamada Najarsa, en el t¨¦rmino municipal de Almonte (Huelva).
Pero ya el proyecto descubr¨ªa su flanco d¨¦bil cuando se?alaba que ?la red de desag¨¹es vierte sus aguas al arroyo de La Rocina, que atra viesa el parque nacional de Do?ana, por lo que toda la realizaci¨®n del proyecto se encuentra supedi tada a que se autorice el vertido de las aguas del arroyo de La Rocina ? . Y en julio, el inspector regional del Iryda, Ricardo Grande Covi¨¢n, levantaba la liebre en la comisi¨®n permanente del Patronato de Do?ana, al referirse de pasada al tema de La Peque?a Holanda, insistiendo en la necesidad de que se aprobasen los vertidos de Najarsa al cauce de La Rocina, ya que era el ¨²nico tr¨¢mite pendiente para dar luz verde a la cooperativa.
Fue entonces cuando las asociaciones ecologistas y ciudadanas comenzaron a inquietarse y a preguntar p¨²blicamente por qu¨¦ este proyecto, socialmente interesante, ten¨ªa que ubicarse al lado de Do?ana, vertiendo sus aguas al ¨²nico cauce que le queda al parque nacional en estos momentos. ?Es dif¨ªcil creer que en toda Andaluc¨ªa occidental, que es la zona preferida por los cooperativistas, el Iryda s¨®lo haya encontrado esta finca, situada precisamente entre el Plan Almonte-Marismas y el parque nacional de Do?ana?, afirmaba entonces el arquitecto Jos¨¦ Ram¨®n Moreno, representante de la Junta de Andaluc¨ªa en el Patronato de Do?ana.
Opiniones contrarias
Para el se?or Moreno, es inevitable sospechar que se ha querido utilizar a estas veinte familias campesinas como ?punta de lanza? para abrir paso a la ejecuci¨®n del pol¨¦mico,Plan Almonte-Marismas o, en caso de que el proyecto fuese desechado por razones ecol¨®gicas, demostrar que Do?ana es una fuente de graves perjuicios para los agricultores, y que su conservaci¨®n rigurosa se opone al progreso.
Argumentos semejantes manej¨® entonces el grupo ecologista Andalus, que acusaba al Iryda de haber escogido uno de los puntos m¨¢s conflictivos de Europa, pese a contar con miles de hect¨¢reas de su propiedad en otros lugares de Andaluc¨ªa occidental.
Hay que indicar, a pesar de todo, que las protestas contra el proyecto se han dirigido fundamentalmente a la decisi¨®n unilateral del Ministerio de Agricultura sobre su localizaci¨®n geogr¨¢fica, y han disminuido notablemente despu¨¦s de que se ofreciese por parte de las autoridades una explicaci¨®n m¨¢s detallada y s¨®lida sobre la realidad de La Peque?a Holanda. El propio Jos¨¦ Ram¨®n Moreno puntualizaba que si Najarsa era rentable el problema de los vertidos deb¨ªa quedar en segundo plano, ya que pod¨ªan ser controlados en ¨²ltima instancia mediante inspecci¨®n directa.
Revisi¨®n del proyecto
De hecho, en una reuni¨®n celebrada d¨ªas atr¨¢s con la presencia del embajador de Espa?a en Holanda, los cooperativistas y representantes del Ministerio de Agricultura y de la Junta de Andaluc¨ªa se acord¨® rechazar el actual emplazamiento de la finca por su proximidad con Do?ana y aceptar que las 378 hect¨¢reas destinadas a La Peque?a Holanda -la extensi¨®n inicial se demostr¨® excesivamente reducida- queden situadas exclusivamente en la tnarg¨¦n derecha de la carretera Almonte-Torrelahiguera, y no a ambos Udos de la misma, con lo, que se obviar¨ªa la vecindad de la explotaci¨®n con el parque.
Seg¨²n informaron a este peri¨®dico fuentes del Iryda, tal condici¨®n ha sido aceptada por las autoridades, sin que haya dificultad alguna para la permuta de terrenos propiedad del Icona en la margen derecha, que se surnarlan a la parte de Najarsa situada en este lado para completar las 378 hect¨¢reas. El propio jefe regional del Instituto, Ricardo Grande Covi¨¢n, confirm¨® este extremo y manifest¨® su esperanza de que el proyecto pueda por fin ponerse en marcha.
?Es rid¨ªculo decir que el Iryda ha tratado de poner entre la, espada y la pared al Patronato de Do?ana?, a?adi¨® el se?or Grande Covi¨¢n, al que sus m¨¢s ac¨¦rrimos adversarios le reconocen gran autoriolad en todo lo relacionado con el parque, indicando que el Instituto ha acomodado toda su actuaci¨®n en la zona a la nueva delimitaci¨®n del parque y del preparque de Do?ana, que le ha cedido terrenos de su propiedad e incluso se ha gastado veinte millones de pesetas en hacer cuatro pozos para garantizar el aflujo de agua a sus aves.
En cuanto a La Peque?a Holanda, Ricardo Grande aclara que si bien es cierto que el In¨¢tituto posee tierras en otras comarcas, la ley no le permite hacer de ellas un uso distinto a aquel para el que fueron expropiadas y transformadas. Y por lo que se refiere a la calidad de aquellas tierras, subraya que ?si alg¨²n estudio se ha hecho) con una seriedad llevada hasta el l¨ªmite, ha sido este de Almonte-Marismas?, y recuerda que en ¨¦l han intervenido a lo largo de diez a?os 120 expertos tra¨ªdos por el Gobierno espa?ol y el Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo. T¨¦cnicos holandeses que acaban de visitar la zona han certificado su calidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.