Mahoma, mensajero de Al¨¢
En una cueva al pie del monte Hira, cerca de La Meca, donde hab¨ªa pasado seis meses en meditaci¨®n solitaria, le vino la visi¨®n a Mahoma. El ¨¢ngel Gabriel le levant¨® de la cama con una orden severa: ??Predica!? Frot¨¢ndose los ojos el asombrado Mahoma pregunt¨® con voz entrecortada: ??Pero qu¨¦ debo predicar??. De repente, su garganta se contrajo como si el ¨¢ngel estuviera ahog¨¢ndole. Y de nuevo vino la orden: ? ?Predica! ? Y, de nuevo, el asustado Mahoma sinti¨® el apret¨®n asfixiante. ?? Predica! ?, orden¨® el ¨¢ngel por tercera vez. ??Predica en nombre del Se?or, el Creador que cre¨® al hombre de un co¨¢gulo de sangre! ?Predica! Tu Se?or es clemente. Es el que ha ense?ado al hombre mediante las escrituras lo que no sabe. ?Seg¨²n la tradici¨®n isl¨¢mica, fue as¨ª como un oscuro comerciante ¨¢rabe de La Meca recibi¨® la inspiraci¨®n para predicar la palabra de Dios en el a?o 6 10 de nuestra era.
Se sabe que el profeta naci¨® aproximadamente en el a?o 570 de nuestra era, y que su padre era miembro de una respetada familia de La Meca, la familia Hashim. Ya adolescente, Mahoma empez¨® a trabajar cuidando los reba?os de su t¨ªo (a los seis a?os se qued¨® hu¨¦rfano).
M¨¢s adelante, recordaba ese trabajo como una muestra de favor divino. ?Dios no envi¨® a ning¨²n profeta que no fuera pastor?.
De joven, Mahoma se vio expuesto a las corrientes de debate religioso que recorr¨ªan, entonces, Oriente Pr¨®ximo. Escuchaba con sumo inter¨¦s a los jud¨ªos y a los cristianos discutir sobre sus religiones. Es posible que estas discusiones alimentaran su descontento con la tradicional religi¨®n polite¨ªsta de los ¨¢rabes.
A los veinticinco a?os, Mahoma acept¨® un ofrecimiento de matrimonio de Jad1yah, una rica viuda de La Meca quince a?os mayor que ¨¦l. Teniendo asegurada su situaci¨®n econ¨®mica, comenz¨® a adentrarse en el desierto, para meditar y orar.
Seg¨²n la leyenda, Mahoma se hab¨ªa ganado fama de hombre sabio y santo, incluso antes de la primera revelaci¨®n del ¨¢ngel en el monte Hira. Mirando un d¨ªa desde el balc¨®n de su casa en La Meca, vio a los miembros de cuatro familias discutiendo acerca de cu¨¢l de ellos deber¨ªa llevar la Piedra Negra, un enorme meteorito que los ¨¢rabes consideraban sagrado, a su nuevo emplazamiento, en un santuario reconstruido llamado la Ka'ba. Mahoma no sab¨ªa que hab¨ªan acordado que el primer hombre que entrase en el santuario decidiera la cuesti¨®n. Despu¨¦s de entrar al santo lugar, Mahoma propuso una soluci¨®n de compromiso satisfactoria: coloc¨® la Piedra Negra en una manta, y orden¨® a cada tribu que cogiese una esquina. Luego, ¨¦l coloc¨®, personalmente, el meteorito en el nuevo nicho.
A los cuarenta a?os, Mahoma empez¨® a predicar la nueva religi¨®n del Islam, que le estaba siendo revelada a ¨¦l, poco a poco, durante sus estancias en el desierto. Pero los comerciantes de La Meca se sent¨ªan amenazados por el creciente poder de Mahoma. Tanto jud¨ªos como cristianos cuestionaron su afirmaci¨®n de que estaba revelando la verdadera palabra de Dios a los ¨¢rabes. En el a?o 622, despu¨¦s de haber sido perseguido por sus enemigos, Mahoma y sus seguidores escaparon a Medina en una migraci¨®n conocida como la H¨¦gira.
A medida que sus seguidores aumentaban en fuerza y n¨²mero, Mahoma comenz¨® una serie de ataques a las caravanas de La Meca, que dieron lugar a varias batallas inconcluyentes. En el 628, los habitantes de La Meca aceptaron permitir que los seguidores de Mahoma peregrinaran a la Ka'ba, que la nueva religi¨®n continuaba considerando un santuario sagrado. Los musulmanes creen que es el lugar donde Abraham se dispon¨ªa a sacrificar a su hijo Ismael por orden de Dios. Dos a?os despu¨¦s, el profeta, al frente de un ej¨¦rcito de 10.000 hombres, entr¨® en su antigua ciudad, apoder¨¢ndose de ella en una victoria incruenta.
A pesar de todas las leyendas piadosas que surgieron, incluso en vida de Mahoma, ¨¦l continu¨® siendo un hombre humilde y, en algunos aspectos, insatisfecho. Todos sus hijos murieron en la infancia, dej¨¢ndole sin var¨®n heredero. En el a?o 632 dirigi¨® un peregrinaje a La Meca, donde declar¨®: ?He perfeccionado vuestra religi¨®n y he completado mis favores para con vosotros. ? Tres meses despu¨¦s ca¨ªa enfermo en Medina y mor¨ªa.
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