UGT, ante el acuerdo marco interconfederal
Comisi¨®n negociadora de UGT
En el proceso actual de negociaci¨®n de un convenio-marco para 1980, la Uni¨®n General de Trabajadores ha presentado una propuesta de crecimiento salarial cuyo objetivo va m¨¢s all¨¢ de lo que puede implicar la simple tasa de crecimiento del 15% que ha aparecido en los medios de comunicaci¨®n. La propuesta de UGT consiste b¨¢sicamente en un intento de mantener el poder adquisitivo salarial durante 1980 sobre la base de la tasa de inflaci¨®n esperada para dicho a?o, y no sobre la tasa de inflaci¨®n pasada. En esta nota se van a analizar en primer lugar los condicionantes de los que se parte al realizar la propuesta y, en segundo lugar, se pasan a describir los aspectos m¨¢s importantes de esta ¨²ltima.
1. La distribuci¨®n de la renta nacional en Espa?a.
La inversi¨®n del sector privado ha retrocedido en Espa?a consecutivamente durante cada uno de los a?os comprendidos en el per¨ªodo 1975-1978. El exceso de capacidad productiva no utilizada, las incertidumbres de car¨¢cter pol¨ªtico y las derivadas de la escasez y mayor coste de la energ¨ªa aparecen como las causas m¨¢s frecuentemente citadas de dicho retroceso, junto a la ca¨ªda de la tasa de beneficio. La debilidad de la inversi¨®n se ha producido tambi¨¦n en otras econom¨ªas occidentales, incluso en pa¨ªses donde el excedente empresarial (alquileres, intereses, beneficios) se ha recuperado con cierta fuerza en los a?os de crisis. Pues bien, existen datos e indicios de que, en t¨¦rminos agregados, el excedente empresarial tambi¨¦n se ha recuperado en Espa?a en los ¨²ltimos a?os, lo que, unido al continuo progreso de las cotizaciones pagadas a la Seguridad Social, significa una importante p¨¦rdida de posiciones relativas por parte de los salarios efectivamente percibidos por los trabajadores en Espa?a.
Como puede apreciarse en el cuadro, tras haber descendido de forma acusada en 1975-1976, el excedente de explotaci¨®n se ha recuperado en Espa?a en 1977-1978, a la vez que ha retrocedido la participaci¨®n de los no asalariados en la poblaci¨®n activa ocupada espa?ola, lo que refuerza, a¨²n m¨¢s la mejor¨ªa de la posici¨®n relativa de estos ¨²ltimos. La base estad¨ªstica de este comentario est¨¢ en la serie revisada de contabilidad nacional del INE, contra la cual ya han surgido los esperados comentarios de rechazo, sobre todo en los medios m¨¢s pr¨®ximos al mundo empresarial.
La recuperaci¨®n del excedente de la renta nacional de Espa?a ha coincidido con el cambio de signo en la balanza de pagos de Espa?a, provocado por las medidas estabilizadoras del verano de 1977. El saldo deficitario de la balanza de pagos espa?ola por cuenta corriente durante 1975-1976 se redujo fuertemente en 1977 y ha pasado a ser positivo en 1978 y 1979. Esto significa, en esencia, que el ahorro interior supera a la inversi¨®n o, lo que es lo mismo, que ha habido un importante crecimiento del ahorro interior que no ha tenido su origen ni en el sector p¨²blico ni en las familias, como bien puede comprobarse, sino en el otro, sector institucional: las empresas. En definitiva ha existido la fuente de la inversi¨®n; el ahorro, sin embargo, no ha producido aqu¨¦lla.
Las cifras de contabilidad nacional y de balanza de pagos indican, pues, que ha existido una recuperaci¨®n del excedente en 1977 y 1978. La evoluci¨®n del ¨ªndice de precios de consumo en 1979 supone otro contraste positivo de que el fen¨®meno antes citado ha persistido en 1979. As¨ª, durante los nueve primeros meses del a?o, el ¨ªndice de precios citado aument¨® en un 12,2%, mientras que los componentes industriales de dicho ¨ªndice lo hicieron en un 22,6%, y los servicios, en un 16%. De no ser por la favorable evoluci¨®n de los productos alimenticios en 1979, habr¨ªa tenido lugar un rebrote importante de la inflaci¨®n. Si a esto ¨²ltimo se une el que en el mismo per¨ªodo de tiempo en los convenios colectivos negociados se ha registrado un aumento salarial promedio inferior al 14%, se deduce que en 1979 est¨¢ teniendo lugar, un importante proceso de reposici¨®n de los m¨¢rgenes de beneficio v¨ªa aumentos de precios, lo que va a reforzar a¨²n m¨¢s la participaci¨®n del excedente en la renta nacional.
2. El crecimiento salarial en 1980
En este marco de recuperaci¨®n del excedente, aunque con fuertes disparidades sectoriales y de acentuamiento del car¨¢cter negativo de las expectativas para 1980, tiene la m¨¢xima trascendencia el resultado de la presente negociaci¨®n entre la patronal y los sindicatos obreros. Es preciso se?alar que la econom¨ªa espa?ola necesita, por una parte, que su diferencial de inflaci¨®n con el resto de los pa¨ªses industriales no se acent¨²e en 1980 y tambi¨¦n que no se generen expectativas inflacionistas no deseadas ante los nuevos y m¨¢s altos precios de la energ¨ªa. Pero la necesidad de desacelerar la inflaci¨®n no debe conducir a pol¨ªticas deflacionistas que originen reducciones importantes del salario real, puesto que esto ¨²ltimo llevar¨ªa a una importante disminuci¨®n del consumo de las familias, lo que se traducir¨ªa en una fuerte ca¨ªda de la demanda interior y, por consiguiente, en un retroceso de la producci¨®n y del empleo.
Los cambios del Pacto de la Moncloa
Los acuerdos de la Moncloa supusieron un cambio en el sistema del ¨ªndice salarial seguido en Espa?a hasta ese momento, puesto que se pas¨® de un sistema consistente en establecer revisiones salariales basadas en el aumento de precios pasados, como hab¨ªa sucedido hasta 1977, a un sistema consistente en fijar crecimientos en los salarios similares a los aumentos esperados en los precios. As¨ª, para 1978 se fij¨® una banda entre veinte y veintid¨®s puntos porcentuales, y en 1979 se estableci¨® el 13% como criterio de referencia para 1979. En este ¨²ltimo a?o se ha permitido que en determinados convenios se realice un ajuste en el segundo semestre que puede llevar, como m¨¢ximo, a un crecimiento del 14,5% en el total de 1979 sobre 1978, y s¨®lo en las empresas en que sea posible la revisi¨®n. El problema de 1979 ha consistido en que se previ¨® una desaceleraci¨®n excesivamente r¨¢pida de la tasa de inflaci¨®n, por lo que no hubo acuerdo marco, sino fijaci¨®n unilateral por el Gobierno del aumente) salarial.
UGT ha optado por el criterio del ¨ªndice en base a crecimientos esperados de precios en 1980, y ello con el objetivo de contribuir a no acentuar el diferencial de la inflaci¨®n espa?ola ese a?o respecto de la del resto de pa¨ªses industriales y, sobre todo, para impedir un proceso de creaci¨®n de expectativas de inflaci¨®n como el que puede originarse a trav¨¦s de la simple indicaci¨®n autom¨¢tica.
Bajo el supuesto precedente, del ¨ªndice salarial con aumentos esperados de precios, el paso inmediato y fundamental de UGT es mantener en 1980 el poder adquisitivo salarial en una dif¨ªcil y adversa coyuntura econ¨®mica, para lo cual, a la vez que se pide un aumento de salarios que es funci¨®n de la tasa esperada de inflaci¨®n, se establece una cl¨¢usula de salvaguardia consistente en revisar al alza los salarios en el segundo semestre, pero s¨®lo en el caso de que el aumento de precios su precios durante los seis primeros meses del a?o el crecimiento semestral que se corresponde con el objetivo anual de inflaci¨®n. Este objetivo se establece por UGT partiendo de la previsi¨®n de inflaci¨®n para 1979, que se espera va a ser del 16,1%, lo que supone un aumento promedio de precios del 15,8%, que es el porcentaje comparable con el crecimiento en todo el a?o de la masa salarial. La tasa de inflaci¨®n en 1980 va a depender en una medida importante del aumento en origen de los precios del petr¨®leo, del tipo de cambio de la peseta y de la medida en la cual el Gobierno quiera trasladar los mayores precios del petr¨®leo a los precios finales de consumo. Si el aumento de precios energ¨¦ticos en pesetas en 1980 es en Espa?a del orden del 30%, ello va a suponer que la inflaci¨®n del a?o se va a ver aumentada entre tres y 3,5 puntos porcentuales. Teniendo en cuenta esto ¨²ltimo, un objetivo de inflaci¨®n del 14,5% entre diciembre de 1980 y diciembre de 1979 es razonable, puesto que implica que se mantiene en 1980 la desaceleraci¨®n de los precios espa?oles. El crecimiento anterior supone un aumento promedio de precios de consumo en 1980 del 15,3%,que es la petici¨®n de UGT. Los representantes de la patronal pretenden eliminar de los crecimientos salariales en 1980 la parte del aumento de precios debida al mayor coste de la energ¨ªa, para lo que ofrecen como m¨¢ximo un aumento salarial del 11,5 %. Esto ¨²ltimo supone no s¨®lo que los salarios reales van a disminuir a causa de los mayores precios de la energ¨ªa, sino tambi¨¦n que las empresas van a aumentar los precios de venta finales al trasladar a los mismos los mayores costes energ¨¦ticos, y ello mediante el mantenimiento del margen de beneficio aplicado para el c¨¢lculo de los precios.
El pretender fijar para 1980 aumentos salariales en Espa?a por debajo del aumento esperado de precios implica una reducci¨®n segura del salario real y, por tanto, del consumo de las familias. Asimismo indica tambi¨¦n que se pretende que el coste del ajuste exigido por los altos precios de la energ¨ªa recaiga en su totalidad sobre las espaldas de los asalariados. La salida de la crisis actual no puede consistir en opciones consistentes en reducir brutalmente las rentas reales de los trabajadores ni tampoco en combatir la inflaci¨®n a trav¨¦s de la creaci¨®n de paro, como sucede cuando se permite pactar aumentos salariales muy superiores a lo que despu¨¦s va a hacer posible una pol¨ªtica monetaria de signo restrictivo. Una negociaci¨®n global de precios y salarios sobre la base de una desaceleraci¨®n moderada de la inflaci¨®n es la v¨ªa de salida m¨¢s gradual y menos dolorosa de la actual crisis y es la ¨²nica que garantiza un reparto m¨¢s justo de los costes que para todo el pa¨ªs debe implicar la subida del precio de la energ¨ªa.
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