Intentos para evitar la crisis planteada por Gran Breta?a

Las ¨²ltimas horas antes del inicio de la cumbre de los jefes de Gobierno de los nueve pa¨ªses miembros de la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) se han consumido en la b¨²squeda precipitada de una f¨®rmula que obvie la crisis planteada por Gran Breta?a y su negativa a seguir aportando al presupuesto comunitario la elevada cifra que le corresponde.La f¨®rmula podr¨ªa consistir en que los jefes de Gobierno se limiten a aceptar en abstracto la petici¨®n brit¨¢nica de reducir su aportaci¨®n, sin entrar a discutir cifras concretas, dejando que sean los ministros de Hacienda quienes discutan despu¨¦s la aplicaci¨®n de este acuerdo en la pr¨¢ctica.

La cumbre se inici¨® a las tres de la tarde de ayer, despu¨¦s de un almuerzo ofrecido por el presidente de Irlanda, Patrick Hillery. El escenario es el castillo de Dubl¨ªn antigua y fortificada residencia de los gobernadores brit¨¢nicos en la isla. Los jefes de Gobierno de los nueve examinar¨¢n en primer lugar un informe de la Comisi¨®n sobre la situaci¨®n econ¨®mica de la CEE, informe bastante pesimista, dada sobre todo la repercusi¨®n de la subida de los precios del petr¨®leo en la econom¨ªa de cada uno de los pa¨ªses comunitarios. El segundo punto del orden del d¨ªa es el presupuesto y la petici¨®n del Gobierno de Margaret Thatcher.

Pero la agenda de la cumbre de Dubl¨ªn no acaba ah¨ª. Para Espa?a tiene particular inter¨¦s la decisi¨®n que adopten los nueve -si es que la adoptan- sobre el llamado ?informe de los tres sabios?, en el que se analizan las repercusiones en las instituciones de la CEE de la ampliaci¨®n a doce miembros con la entrada de Grecia, Portugal y Espa?a.

El ?informe de los tres sabios? -el ingl¨¦s Dell, el franc¨¦s Marjolin y el holand¨¦s Biesheuvel- no ha satisfecho a nadie, ni siquiera a Francia, el pa¨ªs m¨¢s interesado inicialmente en su realizaci¨®n. En efecto, los tres ?sabios? reflejan algunas tesis francesas, pero sugieren tambi¨¦n que los cuatro grandes -Francia, Gran Breta?a, Italia y la Rep¨²blica Federal de Alemania- renuncien a uno de los dos miembros que cada uno designa en la actualidad en la Comisi¨®n. Resultar¨ªan beneficiados as¨ª pa¨ªses peque?os, como Dinamarca o B¨¦lgica que cuentan en la actualidad con un ¨²nico representante. Los tres ?sabios? tampoco han encontrado una soluci¨®n tajante al problema del voto mayoritario dentro del Consejo europeo; es decir, en las reuniones de jefes de Gobierno. Hasta ahora, las decisiones del Consejo se toman por unanimidad, incluso en temas de relativa poca importancia. El informe propone que s¨®lo se recurra al derecho de veto cuando est¨¦n en peligro ?importantes intereses? del pa¨ªs que los ejerce. Y en ese caso debe solicitar expresamente que ese punto en concreto que desee vetar se declare de ?gran inter¨¦s? para su pa¨ªs.

La Comisi¨®n y su presidente, Roy Jenkins, desean tambi¨¦n que los jefes de Gobierno se pronuncien sobre un informe que ha elaborado en relaci¨®n con la pol¨ªtica energ¨¦tica. La Comisi¨®n estima que los nueve deben fijar claramente sus objetivos de importaci¨®n de petr¨®leo para 1980, as¨ª como proseguir el di¨¢logo con el COMECON a este respecto. Desean tambi¨¦n que los nueve promocionen los estudios sobre gasificaci¨®n y licuaci¨®n del carb¨®n, y que planteen normas fijas para dirimir los conflictos planteados con las instalaciones de centrales nucleares en zonas fronterizas. En el plano de la pol¨ªtica agr¨ªcola, el m¨¢s importante de la CEE, el vicepresidente de la Comisi¨®n, Gundelach, intentar¨¢ convencer a los nueve de la conveniencia de su plan para reestructurar el sector, pero parece claro que Francia no lo aceptar¨¢ porque afecta, muy especialmente a sus intereses como productor l¨¢cteo.

Se queja igualmente la Comisi¨®n de que los Gobiernos comunitarios no han sido capaces a¨²n de tomar decisiones sobre te rhas cotidianos de escasa trascendencia pol¨ªtica, pero de gran repercusi¨®n a nivel de la opini¨®n p¨²blica, como el permiso de conducir europeo o la supresi¨®n de controles fronterizos. Dif¨ªcilmente se podr¨¢ as¨ª llevar a la mentalidad de los ciudadanos de Francia, Gran Breta?a o Dinamarca la idea de que existe una Comunidad supranacional.