Petici¨®n de monumento hist¨®rico para la casa de Blasco Ib¨¢?ez
La petici¨®n de monumento hist¨®rico art¨ªstico de car¨¢cter local para La malvarrosa (residencia del escritor Vicente Blasco Ib¨¢?ez), por parte del Ayuntamiento de Valencia, es el primer paso para recuperar uno de los espacios sentimentales m¨¢s. populares de la ciudad. En la actualidad, la casa se encuentra en estado ruinoso, consecuencia del abandono municipal, divisiones internas de los herederos y la ?ocupaci¨®n? de los antiguos flechas, navales y otras personas itinierantes que dejaron la huella de la destrucci¨®n.
El Ayuntamiento de Valencia ha solicitado al Ministerio de Cultura que declare monumento hist¨®ricoartistico de car¨¢cter local la casa de La Malvarrosa, residencia del escritor Vicente Blasco Ib¨¢?ez en los poblados mar¨ªtimos, que se encuentra en -estado ruinoso por divergencias de sus herederos en torno a su venta.A fin de evitar un mayor deterioro de la vivienda, donde escribi¨® obras tan conocidas como Ca?as y barro y Entre naranjos, la declaraci¨®n de monumento local consiste en el tr¨¢mite m¨¢s r¨¢pido para que .revierta en un plazo breve al municipio y se transforme en centro social. Otra opci¨®n era modificar el plan parcial de la zona, delimitando el solar como espacio para actividad-es culturales -del barrio, pero fuentes municipales aseguran que se trata de un tr¨¢mite m¨¢s complejo. La petici¨®n al ministerio ya fue estudiada por la anterior Corporaci¨®n, que pas¨® el expediente al nuevo ayuntamiento democr¨¢tico, especialmente interesado en acelerar la reversi¨®n y llevar a efecto el proyecto de recuperaci¨®n del edificio.
Cubierta esta fase de declaraci¨®n de monumento, el Ayuntamiento podr¨¢ iniciar la expropiaci¨®n de los terrenos. En este sentido se entablar¨¢n nuevas negociaciones con los herederos para establecer el justiprecio, tal como se hizo mesesatr¨¢s sin alcanzar buenos resultados, ya que uno de los herederos se opuso a vender. De no llegarse a un acuerdo intervendr¨ªa el Tribunal de Expropiaciones para hacer posible la reversi¨®n municipal.
La herencia de Blasco Ib¨¢?ez se dividi¨® en tres partes entre sus hijos Mario, Sigfrido y Libertad, si bien el hermano mayor cedi¨® posteriormente a los otros dos su parte de La Malvarrosa, La venta al Ayuntamiento es aceptada por Sigfrido, mientras su hermana Libertad propone la dlivisi¨®n de? espacio con el fin de poder reservar su parte, junt¨® con otro terreno lim¨ªtrofe para otros usos.
Necesidad de una reconstrucci¨®n a fondo
?El hecho de que una parte de la familia no quiera desprenderse de la herencia nos ha obligado a entrar en este procedimiento?, afirma Pedro Zamora, concejal delegado de Archivos y Museos. En su opini¨®n, aunque por una de las partes se alegan razones sentimentales, en realidad la negativa a la venta esconde una futura operaci¨®n especulativa.La casa de La Malvarrosa se encuentra en tal estado de abandono que exige una reconstrucci¨®n a fondo, m¨¢s que la restauraci¨®n de los escasos elementos arquitect¨®nicos y decorativos que han sido azotados por los efectos climatol¨®gicos y dejadez de sus moradores fugaces durante los ¨²ltimos tiempos. ?Toda persona que viene a Valencia nos pregunta por esta casa, pero cuando la visitan se quedan decepcionados. Hay un inter¨¦s de recuperarla, m¨¢s por tratarse de la personalidad de Blasco Ib¨¢?ez que por su actual contenido material, pr¨¢cticamente nulo.?
La reconstrucci¨®n se pretende realizar consultando previamente a los vecinos de la barriada, para que puedan disponer de alguna de las nuevas salas como lugar de actividades sociales, al tiempo que se reconstru¨ªr¨¢n las antiguas habitaciones donde resid¨ªa Blasco lb¨¢?ez siguiendo fielmente sus originarias pautas decorativas.
Olvido y desidia municipal
El inter¨¦s del edificio contrasta tristemente con el olvido a que ha sido abocado por desidia municipal por unas largas rencillas familiares de dif¨ªcil soluci¨®n. La propiedad la.compr¨® el escritor y pol¨ªtico republicano por quinientas pesetas a Alcoholera Espa?ola, atra¨ªdo por su vegetaci¨®n, proximidad del mar donde Sorolla dio luz a innumerables cuadros, y por el aroma de la casa de perfumes Juli Robillard, de ah¨ª el nombre de Malvarrosa, en lugar de Playa de Levante, tradicional denominaci¨®n del barrio.Construy¨® tres plantas dedicadas, a primera, a biblioteca y sal¨®n de conciertos. Blasco Ib¨¢?ez mand¨® dise?ar un gran mirador en la segunda planta, al estilo de galer¨ªa, pompeyana, franqueada por unas cari¨¢tides obras de un profesor de Bellas Artes de Valencia. Los disc¨ªpulos de Sorolla reprodujeron las pinturas pompeyanas de la casa, del Veti y del Poeta, mientras en el centro del mirador se situ¨® una gran mesa de m¨¢rmol de Carrara, especialmente tra¨ªda de Italia. Pero la ocupaci¨®n por los flechas navales del Frente de Juventudes, y su posterior utilizaci¨®n en cobijo de moradores gitanos de vida itinerant hicieron de La Malvarrosa una uestra lamentable de lo que suce e cuando una comunidad no valo a sus or¨ªgenes y su identidad cultural.
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