?Qu¨¦ error!

La Federaci¨®n Espa?ola no tiene servicio de orden, y por tanto -entiende- no puede prestar protecci¨®n a ning¨²n periodista, directa o indirectamente amenazado por miembros del oficio. La Federaci¨®n, ante la sospecha, que considera fundada, de que Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa puede ser agredido en pleno vuelo Madrid-Chipre, ha decidido no concederle, previo pago, una plaza en el avi¨®n charter en que se desplazar¨¢n selecci¨®n e informadores a Larnaca.Ya hemos vuelto a tomar el r¨¢bano por las hojas. No me consta que ning¨²n profesional de la informaci¨®n est¨¦ dispuesto a emprenderla a farolazos a 10.000 metros de altura. Entiendo que puede haber alguno, o algunos, que, por razones fundamentadas. tengan algo contra Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa. Si es as¨ª, debe acudir a los medios legales pertinentes para resolverla querella. Si alguien, que lo dudo, est¨¢ en la cresta de la ira y no puede aguantarse ese modo expeditivo de resolver las cuestiones, no necesita un avi¨®n para usar la vieja dial¨¦ctica de los pu?os.

Si la Federaci¨®n sospecha, grave sospecha por cierto, que alg¨²n informador concreto quiere tomar un avi¨®n por un ring, debe negarle la plaza. Es el presunto agresor quien debe encontrar trabas, y no el presunto agredido.

El tema, por anecd¨®tico que parezca, h a requerido la atenci¨®n, la mediaci¨®n y los buenos oficios de un ministro, un secretario de Estado y dos directores generales. Dentro de poco tendremos una interpelaci¨®n en las Cortes. De una an¨¦cdota haremos categor¨ªa. La Federaci¨®n convierte a un enemigo en h¨¦roe. ?Qu¨¦ error! ?Qu¨¦ inmenso error!