El olivar, actualidad de cada oto?o
Profesor de Pol¨ªtica Agraria de la Universidad Polit¨¦cnica
El olivar ha vuelto en estos d¨ªas a ser actualidad. Con la llegada de noviembre, la nueva regulaci¨®n de campa?a y las primeras tareas de recolecci¨®n vuelven a despertar el inter¨¦s de la prensa y de la opini¨®n p¨²blica, sensibilizada desde hace tiempo por un tema doblemente pol¨¦mico: los precios del aceite en consumo y el sector productivo olivarero, ¨ªntimamente ligado a los problemas del subdesarrollo anda luz. En un tema tan complejo, todos tenemos nuestra peque?a verdad y por ello no es mi intenci¨®n polemizar, sino a?adir un conjunto de elementos para una m¨¢s completa interpretaci¨®n del problema.
La crisis de la agricultura tradicional en Espa?a viene siendo objeto de estudio e investigaci¨®n en los ¨²ltimos a?os. Dentro de este contexto, el olivar es considerado como un cultivo que no ha podido adaptarse a las exigencias tecnol¨®gicas del desarrollo de la agricultura. Adem¨¢s, la existencia de productos sustitutivos, altamente competitivos, ha deteriorado la econom¨ªa olivarera, y la crisis puede ser irreversible. Este planteamiento de nuestro problema olivarero, hoy d¨ªa muy generalizado, es insuficiente.
Las deficiencias de un modelo de desarrollo
El proceso de desarrollo econ¨®mico espa?ol de los a?os sesenta, si fue muy satisfactorio en algunos aspectos, siempre se caracteriz¨® por un conjunto de tensiones y desequilibrios que nos han legado costosas facturas, y el olivar y la pol¨ªtica de grasas es una de ellas. La agricultura es un sector b¨¢sico, pero poco atractivo para el capital especulativo, para los f¨¢ciles beneficios a corto plazo. Avanzado el primer Plan de Desarrollo (1964-1967) se detectaron fuertes desequilibrios en el ajuste de nuestra producci¨®n agropecuaria a las exigencias de una demanda estimulada por un importante crecimiento de la renta. De este modo, la agricultura se convierte en sector estrat¨¦gico en el II Plan, que planifica el desarrollo de nuestra producci¨®n de az¨²car, de leche, de carne, de semillas oleaginosas. Esta planificaci¨®n viene dirigida por el asesoramiento de t¨¦cnicos del Banco Mundial, dentro de una estrategia de desarrollo dependiente de EEUU, tecnol¨®gica y comercialmente, y con un ritmo de celeridad acorde con el crecimiento de las econom¨ªas occidentales en los a?os sesenta. Dentro de este contexto de desarrollo productivista, el olivar es un cultivo inadaptado tecnol¨®gicamente. ?Qui¨¦n pudo interesarse por desarrollar una tecnolog¨ªa aplicable a un cultivo exclusivamente mediterr¨¢neo?
Dentro de esta l¨®gica productivista, lo coherente habr¨ªa resultado acabar con el olivar espa?ol, y si no se hizo fue por la propia insuficiencia de nuestro modelo de desarrollo, que no fue capaz de elaborar una estrategia regional que pudiera ofrecer alternativas v¨¢lidas.
Pero a comienzos de la d¨¦cada de los setenta, el modelo de crecimiento adoptado en los pa¨ªses industrializados entra en crisis definitivamente. Los primeros s¨ªntomas aparecen en la quiebra del sistema monetario de Bretton Woods, con sendas devaluaciones del d¨®lar en diciembre de 1971 y febrero de 1973. El equilibrio hasta entonces conseguido se resquebraja y una de las primeras consecuencias es la guerra comercial desatada por EEUU, con el embargo de -los env¨ªos de soja, en los primeros meses de 1973, que se agrava en oto?o con la iniciaci¨®n de la crisis del petr¨®leo.
Estos hechos son imprescindibles para entender la quiebra en nuestra pol¨ªtica ole¨ªcola precedente. Dicha pol¨ªtica hab¨ªa estado presidida por un f¨¦rreo control en los precios de consumo del aceite. Para conseguir eficacia en dicho control, la Administraci¨®n hab¨ªa contado con un instrumento ideal, el famoso aceite de regulaci¨®n procedente, b¨¢sicamente, de la soja importada. El objetivo consist¨ªa en frenar los precios del aceite de oliva, con la amenaza impl¨ªcita de un desplazamiento en el consumo hacia los aceites de semillas ante la tendencia natural del mercado olivarero de seguir los precios extenore5 del aceite de oliva. Desde el momento en que la pol¨ªtica agraria de la CEE, en 1966, se decidi¨® por apoyar al olivar italiano, la revaluaci¨®n del aceite de oliva espa?ol estaba garantizada. S¨®lo las pr¨¢cticas intervencionistas y autoritarias del anterior r¨¦gimen pod¨ªan sostener el imposible equilibrio de nuestra pol¨ªtica de grasas.
La mejor prueba de las afirmaciones anteriores se deduce del an¨¢lisis de la crisis de nuestro mercado ole¨ªcola, de octubre de 1973 a noviembre de 1974. La crisis de los precios de 1973 se contagia inevitablemente al mercado espa?ol y ese verano se disparan por encima de las 65 pesetas los precios del aceite de oliva. La decisi¨®n de intervenir el mercado en octubre es propia de nuestras autoridades econ¨®micas de aquellos a?os. Se inmovilizan las existencias de aceite de oliva, se fijan precios y se mantiene inamovible, en veintiocho pesetas/litro, el precio del aceite de soja. Dos hechos evidentes demuestran que no se entend¨ªa lo que estaba ocurriendo en la econom¨ªa internacional. Se pretend¨ªa sostener la pol¨ªtica de ?aceite barato? cuando todos los s¨ªntomas la hac¨ªan ya imposible. Y ello se intenta, in¨²tilmente, hasta noviembre de 1975, en que se liberalizan los precios del aceite de oliva, cuando la coyuntura internacional entra en una fase de regresi¨®n acelerada en los precios. Se hab¨ªa perdido una vez m¨¢s el sentido de la oportunidad. En ese a?o, el aceite de soja, importado de un modo u otro de EEM se vend¨ªa m¨¢s barato en Espa?a que en EEUU. Las subvenciones al aceite de oliva dicho a?o las eval¨²a el FORPPA en 5.000 millones de pesetas. Pero es que el sector olivarero perdi¨®, con el retraso de un a?o en la liberalizaci¨®n de los precios del aceite de oliva, una cantidad que he estimado en 13.000 millones de pesetas, si durante el per¨ªodo que va de octubre de 1974 a noviembre de 1975 los precios del aceite de oliva espa?ol hubieran mantenido la relaci¨®n de 0,78, respecto a los precios del aceite de oliva italiano, que ten¨ªan en el per¨ªodo septiembre-octubre de 1974.
Un nuevo equilibrio agrario
Las tendencias de la econom¨ªa espa?ola, a partir del comienzo de la crisis econ¨®mica, no parecen aconsejar un desarrollo estrictamente productivista y surge la necesidad de buscar un nuevo equilibrio en la pol¨ªtica agraria espa?ola, que desvincule la pol¨ªtica de grasas de su funesta dependencia de la pol¨ªtica av¨ªcola a trav¨¦s de los su ministros de soja. En esta nueva situaci¨®n, es preciso no volver a cometer tan graves errores como en el pasado y que ya est¨¢n impl¨ªcitos en la postura oportunista de algunos grupos ligados a intereses en el sector ole¨ªcola. El razonamiento empleado es simple y equ¨ªvoco a un tiempo: es cierto que existe un olivar marginal y lo mejor que puede hacerse es abandonarle y centrar la pol¨ªtica olivarera, cara al Mercado Com¨²n, en la modernizaci¨®n e intensificaci¨®n del olivar, que es o puede ser productivo y rentable. Este olivar es el que se beneficiar¨¢ de la entrada de Espa?a en la CEE, cuando los precios del aceite de oliva crezcan hasta casi doblarse. Es una idea ?casi razonable? que oculta un aspecto clave del problema olivarero.
Si existe un olivar marginal en Espa?a es porque una buena parte de nuestro pa¨ªs es marginal y la pol¨ªtica agraria de los a?os cincuenta estaba expl¨ªcitamente dispuesta a aprovechar los peores terrenos, todas las laderes y montes del Sur y del litoral mediterr¨¢neo, para localizar en ellas un cultivo r¨²stico como el olivo.
Las producciones del olivar son bien sensibles, como las de cualquier cultivo, a las mejoras t¨¦cnicas. El riego del olivar produce una producci¨®n doble del ¨¢rbol. Pero ninguna de las pol¨ªticas de estructuras ejecutadas en el r¨¦gimen anterior han afectado a la zona olivarera: ni los regad¨ªos, ni la colonizaci¨®n, ni la concentraci¨®n parcelaria.
Aspectos del problema
Por todo lo anterior, el problema olivarero no puede considerarse exclusivamente como un problema empresarial, con el coste como ¨²nico factor de decisi¨®n. Este es un aspecto, pero existe otro aspecto regional y social y existe otro de estrategia alimentaria que aconsejan prudencia en la pol¨ªtica olivarera.
Adem¨¢s es preciso crear una nueva conciencia en el pa¨ªs. Si los precios del aceite de oliva han crecido mucho en los ¨²ltimos a?os, siguen siendo muy inferiores a los del mercado comunitario y a los precios de nuestras exportaciones. Aunque las modificaciones bruscas de precios siempre tienen un elemento de especulaci¨®n, este hecho no es exclusiva del sector ole¨ªcola, sino que es algo consustancial a la l¨®gica de nuestro sistema econ¨®mico. A veces, los medios de difusi¨®n y la propia Administraci¨®n han difundido ideas desestimulantes del consumo de aceite de oliva, principalmente durante la crisis de 1973-1974. Esto no puede volver a repetirse. Pensemos que con precios muy superiores, el consumo de aceite de oliva en Italia supera el medio mill¨®n de toneladas.
El problema del olivar en Espa?a est¨¢ ¨ªntimamente ligado al del nivel diferencial de desarrollo regional. Este cultivo ha tendido a desaparecer de las zonas de Levante, Arag¨®n y Catalu?a, donde se han dado otro tipo de alternativas econ¨®micas. El desarrollo que precisan hoy d¨ªa las zonas olivareras en Espa?a debe preceder o al menos simultanearse con una pol¨ªtica que tendiera a la supresi¨®n del cultivo en zonas marginales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Marco
- Producci¨®n
- Comunidad Europea
- Opini¨®n
- Propiedad tierra
- Producci¨®n agr¨ªcola
- Cereales
- Ampliaciones UE
- Sector aceite
- Banco Mundial
- Portugal
- Moneda
- Estados Unidos
- Productos agrarios
- Mercado inmobiliario
- Pol¨ªtica exterior
- Vivienda
- Econom¨ªa agraria
- Europa occidental
- Uni¨®n Europea
- Comercio
- Agricultura
- Urbanismo
- Agroalimentaci¨®n
- Alimentos