Profeta de la burocracia y de la crisis del liberalismo
Una mesa redonda sobre Las bases econ¨®micas del Estado moderno, en la que participar¨¢n los profesores Ignacio Sotelo, Wolfgang Monunsen y Jos¨¦ Luis L. Aranguren, clausurar¨¢ hoy, en el Instituto Alem¨¢n de Madrid, un ciclo sobre el fil¨®sofo alem¨¢n Max Weber (1864-1924).
Ayer habl¨® el ¨²ltimo de los prolesores citados, Jos¨¦ Luis L. Alanguren, acerca de la pol¨ªtica y la ¨¦tica en el pensamiento de Max Weber. Antes hab¨ªan hablado Ignacio Sotelo, catedr¨¢tico de la Universidad Libre de Berl¨ªn, y Wolfgang Momn¨ªsen, catedr¨¢tico de Historia Moderna de D¨¹sseldorf y actual director del Instituto Hist¨®rico Alem¨¢n de Londres. El ciclo ha sido organizado por el Instituto Alem¨¢n, en colaboraci¨®n con la instituci¨®n espa?ola Fe y Secularidad. Los participantes han coincidido en definir a Max Weber como profeta de la burocracia y de la crisis del liberalismo.El Estado moderno es producto del desarrollo del capitalismo, seg¨²n Max Weber, comenz¨® recordando el profesor Sotelo en su intervenci¨®n. Por consiguiente es fruto exclusivo de la civilizaci¨®n europea occidental. Sin embargo, el Estado no se identifica con el poder pol¨ªtico, dedujo a continuaci¨®n. Por otra parte, el Estado moderno surje de una situaci¨®n hist¨®rica y de una realidad social. Frente a la purificaci¨®n metaf¨ªsica de Kelsen, quien identifica Estado y Derecho, Weber afirma el origen hist¨®rico del Estado, poder supremo separado de la sociedad de la que emerge.
El profesor Sotelo neg¨® la tesis marxista de que el Estado es un simple instrumento de una clase dominante, pues de esta forma se destruye el concepto mismo del Estado. Sin embargo, afirm¨® que existe una correspondencia dial¨¦ctica entre Estado y sociedad basada en su mutua interdependencia. A este respecto, traz¨® un panorama sobre el origen del Estado moderno, partiendo de la sociedad feudal, disgregada ¨¦sta en la autarquia de los grupos sociales. Se puede afirmar que el Estado moderno, dijo, es el producto del modo de producci¨®n capitalista. Por esta raz¨®n surge en las rep¨²blicas italianas y en Holanda, donde hab¨ªa aparecido por primera vez la producci¨®n mercantil.
El nacimiento del capitalismo
El profesor Sotelo esboz¨® las caracter¨ªsticas del sistema capitalista basado en la ganancia m¨¢xima, lo que exige una mayor producci¨®n con la finalidad de obtener beneficios crecientes. La ciencia moderna, producto del capitalismo, considera el mundo como una unidad de medida. La f¨ªsica de Galileo ya no considera las cosas como son en sus diferencias cualitativas, sino con arreglo a un peso y a una medida. La empresa capitalista se basa en una t¨¦cnica que es la racionalidad de la producci¨®n. En consecuencia, el capitalismo necesita la monarqu¨ªa, el poder centralizado frente a la poliarqu¨ªa feudal. El Estado est¨¢ integrado, seg¨²n Max Weber, por una burocracia, un Ej¨¦rcito y un ordenamiento legal. Tres elementos estatales que coinciden con la necesidad de un mercado nacional.Para Max Weber, el elemento m¨¢s importante de la historia del Estado moderno es el Ej¨¦rcito; pues, por su estructura, establece una jerarqu¨ªa centralizada, obediencia r¨ªgida y exige especialistas t¨¦cnicos, lo que contribuye a una organizaci¨®n estatal m¨¢s s¨®lida. Por otra parte, el Ej¨¦rcito asume los mayores gastos del Estado, dando origen a la hacienda p¨²blica y a la racionalizaci¨®n posterior del sistema impositivo.
As¨ª como Marx cre¨® el paradigma -a¨²n vigente para la sociedad capitalista-, la obra de Max Weber constituye el paradigma para el estudio del Estado moderno y el poder, consider¨¢ndolos como meras emanacibnes de la infraestructura econ¨®mica. Tesis, ¨¦sta, ciertamente discutible pues, como demostr¨® recientemente el profesor Ellas D¨ªaz, existe una coherente teor¨ªa marxistas del Estado y el poder. Ahora bien, lo que resulta importante en el pensamiento de Max Weber es el prof¨¦tico anuncio de una creciente burocratizaci¨®n del Estado. El poder es un fin en s¨ª mismo y se legitima, dice Weber, por una creencia socialmente compartida por todos. La conferencia del profesor Ignacio Sotelo brill¨® por su l¨ªmpida claridad expositiva. Sin embargo, no result¨® convincente la amalgama de Max con Weber, defracionalismo dial¨¦ctico con el racionalismo formalista neokantiano, como tampoco lo fue cuando Vorlander y el socialismo alem¨¢n intentaron sincretizar a Marx con Kant.
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