La aplicaci¨®n de las computadoras a la creatividad art¨ªstica
A finales de noviembre y coincidiendo con el SIMO tuvo lugar en el Pabell¨®n de Cristal de la Feria del Campo, de Madrid, una audici¨®n de cintas de m¨²sica realizada mediante computadora. Esta modalidad de composici¨®n se ha desarrollado en Espa?a a trancas y barrancas a trav¨¦s de los a?os, impulsada por los esfuerzos individuales de una serie de artistas que, comandados por Florentino Briones, forman ahora el Seminario de An¨¢lisis y Generaci¨®n Autom¨¢tica de Formas. Javier Maderuelo y Emiliano del Cerro, miembros del seminario se prestaron a narrar los asombrosos sufrimientos y sinsabores del rom¨¢ntico m¨²sico computarizado.
?El seminario se fund¨® en 1968, en el Centro de C¨¢lculo de la Universidad Complutense, m¨¢s como un centro de investigaci¨®n de formas pl¨¢sticas que otra cosa. En ¨¦l participaban escultores y pintores, como Sempere, Alexanco, Barbadillo, Quejido y otros varios. Esta gente present¨® sus trabajos fuera de Espa?a y tuvo una repercusi¨®n tremenda. Lo que pasa es que no ten¨ªan programadores dedicados en exclusiva, y los pintores se cansaron de esperar que los programas tardaran meses, y a los cuatro o cinco a?os lo dejaron. No hab¨ªa ni nunca ha habido una subvenci¨®n; pero, no obstante, m¨²sicos, como Luis de Pablos y Eduardo Polonio, o arquitectos, como Javier Segu¨ª, comenzaron a trabajar o a intentarlo. Sin embargo, esto era una cosa personal de Florentino Briones, que trabajaba en el Centro de C¨¢lculo, y, cuando ¨¦l se fue a otro empleo, todos tuvieron que salir de all¨ª r¨¢pidamente para refugiarse en el despacho de Segu¨ª a la saz¨®n precatedr¨¢tico de la Escuela de Arquitectura. Cuando Segu¨ª sac¨® la c¨¢tedra tuvimos que trasladarnos a la biblioteca del Museo de Arte Contempor¨¢neo. All¨ª no hab¨ªa material ni nada, de modo que, cuando se cre¨® el CINFE (Centro de Investigaci¨®n de Nuevas Formas Expresivas), sito en el mismo edificio, intentamos tomar contacto con ellos. Pero, claro, la direcci¨®n est¨¢ en la octava planta, y nosotros, en la baja; de manera que aburridos, y esta vez oficialmente (pero sin subvenciones), nos fuimos a buscar cobijo en la facultad de Inform¨¢tica, aula 203, donde puede acudir cualquiera. ?
La historia es as¨ª de kafkiana y un tanto deprimente cuando se sabe que, a este paso, el retraso en cuesti¨®n m¨²sica de veinte o treinta a?os que llevamos respecto de EEUU, Francia o Alemania no va a hacer otra cosa que aumentar. Pero, a pesar de todo, la gente intenta hacer cosas.
?En ese momento y con todas esas dificultades no tenemos un proceso muy creativo; tratamos m¨¢s bien de crear un lenguaje que pueda relacionar las m¨¢quinas y los t¨¦rminos musicales. Desde este punto de vista lo que somos es investigadores. No es cuesti¨®n de que vayamos a realizar obras magn¨ªficas; nuestro trabajo se parece en cierta medida al de un qu¨ªmico en un laboratorio; las aplicaciones pr¨¢cticas vendr¨¢n despu¨¦s. De hecho, las obras que hacemos ahora mismo tampoco iban a ser muy comprendidas, m¨¢s que nada porque la gente no est¨¢ acostumbrada. Lo que tambi¨¦n es cierto es que, sin experimentaciones anteriores, Frank Zappa no habr¨ªa podido hacer su m¨²sica. En cuanto al tema terrible de si esta m¨²sica o las manifestaciones pl¨¢sticas con computadora son fr¨ªas, s¨®lo puedo decir que en nuestro caso s¨®lo son un m¨¦todo para conseguir determinadas informaciones que despu¨¦s son pasadas a papel pautado y ejecutadas por instrumentos tradicionales.
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