La izquierda no conceder¨¢ poderes de decisi¨®n al movimiento vecinal
El retraso con que se est¨¢n llevando a la pr¨¢ctica, y s¨®lo parcialmente, las promesas de la izquierda en cuanto a la participaci¨®n ciudadana en los ayuntamientos democr¨¢ticos constituye, sin duda, una de las causas del deterioro de su imagen ante la opini¨®n p¨²blica. A su vez, las razones de este retraso son muy complejas y dif¨ªcilmente salvables, empezando por la diferente concepci¨®n que PCE y PSOE tienen sobre el contenido y los sujetos de la participaci¨®n. La debilidad del propio movimiento ciudadano y la prioridad que el PCE, su principal mantenedor antes de las elecciones, otorga al mantenimiento del pacto con los socialistas, configuran una participaci¨®n de tipo consultivo, sin que los vecinos vayan a tener competencias decisorias en el seno de los ¨®rganos municipales descentralizados
El PSOE parece ser el partido que menos ha variado su punto de vista sobre funciones y competencias del movimiento ciudadano, ya que estuvo desde el primer momento en contra del excesivo protagonismo otorgado, en su opini¨®n, a las asociaciones de vecinos. Los socialistas consideraron entonces, como ahora, que las asociaciones de vecinos s¨®lo representan a sus afiliados, interpretaci¨®n que restringe desde la base sus posibilidades de figurar en los mecanismos participativos.Los comunistas, tanto del PCE como de otras organizaciones de la izquierda extraparlamentaria, replicaban con la f¨¢bula de la zorra y las uvas: los socialistas minimizan la importancia de las asociaciones de vecinos, m¨¢s que nada porque su presencia en dicho sector es pr¨¢cticamente nula.
Capacidad consultiva
En cualquier caso, el PSOE fij¨® en su programa electoral de las municipales que para lograr una eficaz participaci¨®n ciudadana era necesario asumir una pol¨ªtica de informaci¨®n, participaci¨®n consultiva y control. En ning¨²n momento se dice que los vecinos, sea cual sea el organismo en que est¨¦n integrados, vayan a tener competencias decisorias.Estos organismos de participaci¨®n ser¨¢n, seg¨²n Angel Hern¨¢ndez Craqui, concejal de Acci¨®n Vecinal, los consejos de distrito, donde se integrar¨¢n representantes de las entidades de cualquier tipo, no s¨®lo las asociaciones de vecinos, sino tambi¨¦n los padres de alumnos, amas de casa, clubes culturales, deportivos, ecologistas, etc¨¦tera. Los consejos se formar¨¢n s¨®lo por vecinos y sus propuestas y estudios se presentar¨¢n en las reuniones de las juntas ampliadas, formadas por los miembros de la junta municipal -un concejal presidente y seis vocales- y varios representantes del consejo. El concejal presidente ser¨¢ el encargado de transmitir al pleno municipal o a las delegaciones de servicios los proyectos en cuesti¨®n.
El se?or Hern¨¢ndez Craqui cita a continuaci¨®n: ?Hoy puede alegarse que los consejos no tienen funci¨®n decisoria en materia alguna, y es verdad, por cuanto ni siquiera las propias juntas de distrito la tienen. Es evidente, sin embargo, que un concejal presidente de junta, al menos si es socialista, no puede oponerse a las propuestas razonadas y razonables que elaboren los consejos. ?
Los planteamientos anteriores fueron recogidos y aprobados sin ning¨²n voto en contra y una sola abstenci¨®n en las conclusiones del Congreso Provincial de la Federaci¨®n Socialista Madrile?a, celebrado hace apenas un par de semanas, por lo que se han convertido en la directriz oficial de la Federaci¨®n en este campo. Juan Barranco, nuevo secretario de pol¨ªtica municipal de la FSM, declar¨® a EL PA?S que tanto las asociaciones de vecinos como la federaci¨®n provincial deben ser entidades independientes de los partidos pol¨ªticos, sin que puedan llegar a actuar como plataformas camufladas de aqu¨¦llos. Considerar a las asociaciones como unas entidades ciudadanas m¨¢s no encubre el fin de diluir su peso en el conjunto de todas las que forman los consejos de distrito, ya que las asociaciones seguir¨¢n utilizando los medios habituales hasta ahora, adem¨¢s de su presencia en los consejos.
Hay que deslindar claramente -a?adi¨®- la parcela pol¨ªtica de la de acci¨®n vecinal, para que no se produzcan interferencias. El secretario de pol¨ªtica municipal lanz¨® una sutil advertencia a los comunistas en el sentido de que es muy f¨¢cil renunciar a la utilizaci¨®n de las asociaciones desde el momento en que ya se manejan parcelas de poder municipales, pero que la intenciones se ver¨¢n claramente cuando falten pocos meses para las nuevas elecciones.
Los comunistas, limitados por el pacto
Ha sido el Partido Comunista quien parece que se ha visto forzado por las circunstancias a rebajar en cada documento oficial el alcance de la participaci¨®n ciudadana, manteniendo el principio fundamental de la necesidad sin paliativos de que exista y se fortalezca, pero acomodando su aplicaci¨®n en cada momento a las necesidades estrat¨¦gicas del partido.El PCE se encuentra en una encrucijada dif¨ªcil de solucionar. Como reconoc¨ªa uno de sus concejales de Madrid, existen dos objetivos importantes para el partido: la participaci¨®n ciudadana real y el mantenimiento de los pactos. Objetivos que en cierta forma est¨¢n enfrentados, ya que los socialista no han admitido nunca algunas de las ideas b¨¢sicas de los comunistas en el primer campo. El PCE ha te nido que elegir y ha preferido los pactos municipales. Tal y como coment¨® a este peri¨®dico Carlos Soto, responsable de pol¨ªtica municipal, ?el PCE, en cuanto a las bases de la participaci¨®n ciudadana, aplicar¨¢ las que se citan en su programa, pero eso no implica una defensa purista de principios a la hora de entablar negociaciones con otras fuerzas pol¨ªticas, especialmente el PSOE. La democracia representativa no la vemos como algo burgu¨¦s, enfrentada a la democracia participativa?. Esta misma idea, expresada de otra forma, la formul¨® tambi¨¦n Juan Barranco cuando afirm¨® que no se puede sustituir una democracia por otra.
El propio secretario general del PCE en Madrid, Sim¨®n S¨¢nchez Montero, visit¨® varias localidades importantes de la provincia. como, M¨®stoles. para ratificar las instrucciones del comit¨¦ provincial en el sentido de que se evitaran roces con los concejales socialistas.
En las resoluciones del IX Congreso del PCE, de abril de 1978, se daba una importancia tal al movimiento ciudadano que incluso se ped¨ªa su intervenci¨®n en ?las tareas de la Constituci¨®n, la conquista y concreci¨®n de las libertades, las reformas sociopol¨ªticas avanzadas y especiamente las autonom¨ªas de las nacionalidades y regiones?. A las asociaciones de vecinos se les reconoc¨ªa la mayor importancia ?como organizaciones de car¨¢cter m¨¢s global, especialmente en barrios y ciudades, sin que ello suponga desatender el proceso de diversificaci¨®n?. La misma conclusi¨®n recog¨ªa como un error ?el concebir el movimiento popular y ciudadano como un patrimonio propio, al servicio cotidiano de su pol¨ªtica?. Asimismo, se propugnaba la necesidad de evitar las tendencias al doble poder.
Como se ve, las conclusiones presentaban en ese momento diferencias sustanciales con la concepci¨®n del PSOE, al tiempo que se dejaban puertas abiertas que permitiesen una cierta maniobrabilidad; precauciones, por otra parte, l¨®gicas en el conjunto de la estrategia de cualquier partido.
En el programa electoral de las elecciones de abril del a?o siguiente, el PCE se muestra m¨¢s partidario que el PSOE de conceder competencias decisorias a los vecinos, y se plantea la descentralizaci¨®n por medio de juntas municipales directamente elegidas que tomen a su cargo la gesti¨®n de muchos de los problemas.
Sin embargo, el acuerdo marco firmado por los dos partidos de izquierda triunfadores en las elecciones, estipula como parte del mismo ?desarrollar la participaci¨®n ciudadana en la pol¨ªtica local mediante comisiones mixtas (ayuntamiento-asociaciones) para el estudio y deliberaci¨®n de los problemas que vayan surgiendo?, lo que se configura como una concesi¨®n a las posiciones socialistas.
Los hechos ocurridos han demostrado el desfase entre el programa municipal comunista y la pr¨¢ctica. Las juntas municipales se constituyen con los partidos representados en el Ayuntamiento, y los tres vocales vecinos son nombrados directamente por sus partidos respectivos, no por elecci¨®n directa, teniendo siempre los concejales la mayor¨ªa absoluta en las juntas.
?Falta de preparaci¨®n?
Queda un tercer factor de importancia decisiva a la hora de analizar el retraso de la incorporaci¨®n de los ciudadanos a la gesti¨®n municipal, y es la propia debilidad del movimiento. Tambi¨¦n en este punto se aproximan ambos partidos. Uno de los concejales comunistas, preguntado sobre esta cuesti¨®n, respondi¨® que la Federaci¨®n Provincial de Asociaciones de Vecinos no existe actualmente, aun contando con el handicap que supuso el trasvase de cuadros de la federaci¨®n a las listas de varios partidos pol¨ªticos. ?Est¨¢ claro?, a?adi¨®, ?que no se puede plantear una batalla s¨®lo esgrimiendo principios, sino que hay que operar con hechos reales. Cuando el movimiento ciudadano se fortalezca habr¨¢ argumentos reales de cara a plantear su participaci¨®n, y el mismo PSOE tendr¨¢ que variar su postura.?Por su parte, Carlos Sotos afirm¨® que ?el PCE no tiene intenci¨®n alguna de utilizar o dirigir el movimiento ciudadano. En cuanto a la federaci¨®n, est¨¢ fuera de duda que debe restructurarse. Ya no es v¨¢lido un organismo que agrupa directamente a asociaciones de distintos barrios con problemas diferentes, sin escalones intermedios, como est¨¢n desfasadas las asociaciones cuyo ¨¢mbito de competencia es un pueblo entero. El movimiento ciudadano debe reconstituirse sobre el territorio f¨ªsico del barrio concreto, a menudo sobre una calle, un grupo de manzanas de casas, o algo similar, muy pegadas a la realidad de su campo de actuaci¨®n?.
Los comunistas est¨¢n dispuestos, seg¨²n se reflej¨® en las conclusiones de su congreso provincial celebrado la pasada semana, a reforzar el movimiento ciudadano empleando recursos pol¨ªticos y humanos, pero replanteando al mismo tiempo su pol¨ªtica dentro del mismo.
Por ¨²ltimo, es necesario destacar otro obst¨¢culo pr¨¢ctico a la efectiva participaci¨®n de los vecinos, constatado tanto por comunistas como por socialistas, y es que las asociaciones, por la misma din¨¢mica llevada hasta hace unos meses, son m¨¢s duchas en reivindicar que en gestionar. El presidente de la junta de Mediod¨ªa, Jos¨¦ Luis Mart¨ªn Palac¨ªn, refiri¨® las dificultades con que se encuentra para que las reuniones mixtas con vecinos sean operativas, c¨®mo a veces se advierten insuficiencias de estudio en los proyectos presentados y c¨®mo el tiempo se consume a menudo en discusiones secundarias. Y Juan Barranco, secretario de pol¨ªtica municipal socialista, abund¨® en el hecho de que es muy dif¨ªcil cuantificar la representatividad real de las diferentes asociaciones.
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