El "circo" de la f¨®rmula 1, a punto de reaparecer
El circo de la f¨®rmula 1 est¨¢ ya pr¨¢cticamente listo para volver a montar su carpa. Casi todos los actores est¨¢n preparados, despu¨¦s de haber firmado sus respectivos contratos y de. no pocas pol¨¦micas y conflictos. Las m¨¢quinas est¨¢n tambi¨¦n listas. El lugar de la primera actuaci¨®n, Argentina. La fecha, el d¨ªa 13 de enero. Todo listo, pues, para que se alce el tel¨®n.
La pasada temporada finaliz¨® con el t¨ªtulo en poder del surafricano Jody Scheckter, que hab¨ªa fichado al comienzo por la escuder¨ªa Ferrari. Los principios de Scheckter fueron bastante negativos. El car¨¢cter muy hura?o del surafricano contrastaba conflictivamente con el m¨¢s alegre y latino de su nuevo equipo. Adem¨¢s, Scheckter no llegaba a aclimatarse con facilidad a su nueva mec¨¢nica. Ni siquiera al comportamiento de los neum¨¢ticos Michelin, de estructura radial, que ¨¦l no conoc¨ªa, y cuya respuesta es radicalmente distinta de los Good-Year, que ¨¦l hab¨ªa utilizado antes.Pero, poco a poco, la regularidad y la indudable clase de Jody Scheckter fueron superando los problemas. Hasta tal punto que, de las quince carreras disputadas, el surafricano s¨®lo dej¨® de puntuar en tres ocasiones. En las restantes, Scheckter termin¨® las carreras siempre entre los seis primeros, lo que puso en evidencia su regularidad. Porque Scheckter, despu¨¦s de unos comienzos en la f¨®rmula 1 -all¨¢ por 1972- en los que su fogosidad y acometividad hac¨ªan que terminase las carreras a las pocas vueltas de haberlas comenzado (aunque mientras duraba en las mismas siempre lo hac¨ªa de forma espectacular y en las primeras posiciones), hab¨ªa cambiado su car¨¢cter en la pista y su t¨¦cnica de conducci¨®n por otra m¨¢s tranquila y m¨¢s segura, aunque no exenta de precisi¨®n y buenos registros.
Esa regularidad, esa t¨¦cnica de evolucionar por la pista a alt¨ªsimas velocidades, siempre con la misma precisi¨®n milim¨¦trica, siempre por el mismo trazado, con rigor ma tem¨¢tico, sin cometer el menor error, llev¨® al t¨ªtulo a Jody Scheck ter. Porque el surafricano logr¨® el mismo n¨²mero de victorias -tres- que su compa?ero de equipo, Villeneuve, e incluso una menos que Alan Jones. Jody Scheckter, siempre sobre Ferrari, saldr¨¢ esta temporada con el n¨²mero uno, como su condici¨®n de campe¨®n del mundo en ejercicio le da derecho. Su contrato con Ferrari, hasta 1981, le facilitar¨¢ esta temporada unos setenta millones de pesetas, cantidad que llegar¨¢ a duplicar al a?adir las primas de salida, premios por carreras y el important¨ªsimo montante de la publicidad que lleva sobre su atuendo y la que hace por fuera de la f¨®rmula 1.
Junto a Jody Scheckter en el equipo Ferrari, y con el n¨²mero dos sobre su rojo monoplaza, seguir¨¢ estando el diminuto canadiense Gilles Villeneuve. El joven Villeneuve comenz¨® tambi¨¦n en la escuder¨ªa Ferrari de la peor forma que podr¨ªa haberlo hecho. Accidentes en los que destrozaba los coches y en los que lleg¨® a causar v¨ªctimas mortales, que llevaron a la prensa especializada italiana a criticar con dureza la decisi¨®n personal del propio commendatore Enzo Ferrari de fichar al hasta entonces absoluto desconocido Villeneuve.
Villeneuve se alz¨® en la pasada temporada con la admiraci¨®n no s¨®lo de los entendidos, sino del p¨²blico en general. Hasta tal punto, que su popularidad en todo el mundo supera incluso a la de su compa?ero Scheckter, pese a que ¨¦ste lograse el t¨ªtulo mundial. Villeneuve, con m¨¢s experiencia -¨¦sta ser¨¢ su tercera temporada completa-, ser¨¢ uno de los m¨¢s firmes candidatos al t¨ªtulo que dentro de s¨®lo unos d¨ªas -el pr¨®ximo 13 de enero- comenzar¨¢ a disputarse.
Pero entre los grandes favoritos no s¨®lo hay que contar a les dos hombres de Ferrari, escuderla que desde hace muchos a?os comienza las temporadas como una de las aspirantes al t¨ªtulo final, y que en muchas de ellas consigue su objetivo. Al equipo italiano hay que a?adir el Williams, gran triunfador de la segunda mitad de la temporada recientemente terminada, gracias a la sorprendente calidad de sus monoplazas.
Con Alan Jones como m¨¢xima figura del equipo y el reciente fichaje del argentino Carlos Reutemann -que tuvo que pagar veinticinco millones de pesetas a Colin Chapman para deshacer su contrato con Lotus, id¨¦ntica cantidad a la que ha tenido que pagar para entrar en su nuevo equipo, subvencionado por el dinero de los ¨¢rabes-, los Williams parten tambi¨¦n como favoritos. Al menos en los comienzos de la temporada, antes de que sus rivales hayan podido reaccionar con nuevos y mejores monoplazas al poder¨ªo de Willianis del final de 1979. O a que el conflictivo Reutemann, cuyo car¨¢cter choca abiertamente con una estructura de equipo siempre y cuando ¨¦ste no trabaje en exclusiva para ¨¦l -lo que dif¨ªcilmente suceder¨¢ con Frank Willianis y Alan Jones-, comience a crear disensiones en una escuder¨ªa en la que hasta ahora reinaba la armon¨ªa. Reutemann, que parad¨®jicamente ha llegado con, un, a?o de retraso a los mejores equipos, puede ser la espoleta de la disensi¨®n en Williams o un mal presagio para este equipo.
A ¨¦stos hay que a?adir los McLaren, con Watson y el reclentemente fichado Alain Prost, joven piloto franc¨¦s vencedor del euroDeo de f¨®rmula 3. El nuevo monoplaza de McLaren puede devolver al equipo pasados ¨¦xitos, ¨¦xitos que, por fin, pueden llegar de forma continuada a lajoven escuder¨ªa Renault, que, con su motor turboalimentado y un apoyo t¨¦cnico, econ¨®mico y humano impresionantes por parte de la f¨¢brica, puede obtener la pr¨®xima temporada los frutos apetecidos.
Eso, sin olvidar al fen¨®meno brasile?o Nelson Piquet -otra de las sorpresas en el a?o que termina-, a los Tyrrell y a los siempre enigm¨¢ticos Lotus, con Andretty y el jovenc¨ªsimo italiano De Angelis -veinti¨²n a?os-, un hombre que dar¨¢ mucho que hablar.
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