El PSOE comenzar¨¢ una ofensiva de petici¨®n de competencias y recursos para los ayuntamientos

El PSOE est¨¢ realmente preocupado por las continuas irregularidades, decisiones unilaterales e incumplimiento de los compromisos contra¨ªdos por UCD respecto a las corporaciones locales en materia de financiaci¨®n municipal y liquidaci¨®n de deudas, entre otros temas, seg¨²n declar¨® a EL PA?S Baltasar Aymerich, delegado de Hacienda del Ayuntamiento de Madrid y miembro de la comisi¨®n de alcaldes que negocia con el Gobierno los problemas econ¨®micos de las corporaciones locales.

A lo largo de este a?o es previsible -continu¨® el delegado de Hacienda- que se produzcan pol¨¦micas bastante duras en las negociaciones que se van a plantear sobre el aumento de competencias municipales en diversas materias, as¨ª como para asegurar la participaci¨®n de los ayuntamientos en la nueva ley de R¨¦gimen Local.Seg¨²n el delegado de Hacienda del Ayuntamiento, la estrategia socialista respecto a la hacienda municipal se quiere desarrollar en dos fases. La primera iba dirigida a enjugar los d¨¦ficit municipales y asentar las bases de una din¨¢mica de despegue de la actividad de las corporaciones. Esta primera fase termin¨® formalmente el 27 de enero, aunque no se considerar¨¢ realmente concluida mientras el Gobierno no cumpla con los acuerdos tomados en dicha reuni¨®n, y que fueron extensamente debatidos a lo largo de varios meses.

La segunda fase empezar¨ªa ahora, y consiste b¨¢sicamente en la discusi¨®n, por bloques o temas espec¨ªficos, de aspectos muy importantes, aunque de car¨¢cter m¨¢s puntual, de la vida de los municipios. Entre esos bloques, que el PSOE quiere sacar a negociaci¨®n, puede citarse el conjunto de problemas relacionados con el transporte p¨²blico (sistemas de coordinaci¨®n, financiaci¨®n, ley de mancomunidades de transporte en ¨¢reas metropolitanas, etc¨¦tera), la pol¨ªtica relativa a los mercas (entre ellos, Mercamadrid), conseguir una coparticipaci¨®n en cuanto a la pol¨ªtica de orden p¨²blico, recabar competencias para que los ayuntamientos puedan desarrollar una pol¨ªtica de suelo urbano, etc¨¦tera.

En definitiva, se trata, siempre seg¨²n Aymerich, despu¨¦s de haber conseguido iniciar el saneamiento de la hacienda y los sistemas de financiaci¨®n municipal, dirigirse hacia una pol¨ªtica global expansiva, recabando competencias de autonom¨ªa municipal en todos los ¨®rdenes.

Tampoco las pretensiones socialistas respecto al tema estrictamente econ¨®mico terminan en los acuerdos adoptados el pasado domingo. Al margen de que la transferencia de competencias citadas anteriormente deber¨¢n ir acompa?adas de sus respectivas transferencias de recursos, el objetivo final del PSOE es conseguir que el 20% de los fondos p¨²blicos estatales se destinen al funcionamiento de las corporaciones locales. Actualmente el ¨ªndice supera el 10%, y aunque el aumento conseguido se estima como importante, es insuficiente para asegurar un abanico de competencias municipales similares a la de sus hom¨®nimos europeos.

El doble juego de UCD

En opini¨®n del se?or Aymerich, no se espera que el Gobierno de UCD d¨¦ facilidades para llevar a cabo una operaci¨®n que dar¨ªa mucha mayor importancia a la vida municipal en el conjunto de la estructura estatal. La posici¨®n de UCD estar¨ªa condicionada por una serie de contradicciones graves, que puede enfrentar internamente a los representantes del partido a nivel estatal y a nivel local. Por una parte, UCD no puede dejar desasistidos a sus alcaldes respecto al cumplimiento de sus programas electorales, pero tampoco puede asistirles sin, al mismo tiempo, conceder las mismas ventajas a la izquierda.Tal vez por tener en cuenta estas razones contradictorias, la t¨¢ctica seguida hasta ahora por el partido del Gobierno ha sido no oponerse frontalmente a las pretensiones de la izquierda, y s¨ª sembrar el camino de peque?as trampas, o grandes, y de compromisos incumplidos parcialmente. El delegado de Hacienda madrile?o critic¨® duramente las frecuentes modificaciones u omisiones reflejadas en los decretos leyes, que a veces han cambiado el borrador suscrito por ambos partidos.

La ¨²ltima de estas zancadillas ocurri¨® el pasado jueves, fecha en que se public¨® en el Bolet¨ªn Oficial del Estado un nuevo decreto del Ministerio de Administraci¨®n Territorial por el que se modifica el sistema de confecci¨®n de los presupuestos para el a?o en curso. Esta modificaci¨®n de ¨²ltima hora surge cuando el Ayuntamiento de Madrid, despu¨¦s de salvar el esfuerzo que supon¨ªa acomodar la arcaica estructura municipal a las normas dictadas el 26 de noviembre pasado, y va a suponer otro aplazamiento en la confecci¨®n definitiva.

Asimismo, en el borrador pactado del decreto del jueves, se inclu¨ªa un punto relativo a que las operaciones de cr¨¦dito destinadas a cubrir operaciones de urbanismo ser¨ªan computables con el coeficiente de regulaci¨®n de las cajas de ahorro. Este punto, de gran importancia para el funcionamiento de las delegaciones de urbanismo municipales, no ha sido recogido en la redacci¨®n del decreto. ?Por lo visto tendremos que firmar los acuerdos a pie de imprenta del BOE?, coment¨® el se?or Aymerich.

En palabras del se?or Aymerich, el PSOE est¨¢ ya algo cansado del ?regateo de UCD? en sus negociaciones sobre los temas econ¨®micos con la comisi¨®n de alcaldes, y, hablando como miembro de la comisi¨®n, ha advertido que el PSOE est¨¢ dispuesto a hacer de la cuesti¨®n municipal una cuesti¨®n de Estado.

Por otra parte, en el transcurso de sus declaraciones, el delegado de Hacienda madrile?o analiz¨® la poca importancia que hasta ahora han concedido los ayuntamientos y el Gobierno a la pr¨¢ctica de las emisiones de renta fija. El a?o anterior, el mercado de estas emisiones lo coparon los bancos industriales, con un 15% del total; el¨¦ctricas y Telef¨®nica absorbieron otro 36%. El restante 49% se destin¨® a emisiones p¨²blicas, de las que el INI representa un 8,5%, el Estado un 3 1 %; la banca oficial, otro 5 %; Renfe, un 2%, y s¨®lo un 1,5% que fue utilizado por los ayuntamientos.

Para este a?o, el PSOE pretende que se destinen a las emisiones de renta fija municipales al menos 40.000 millones de pesetas. El Banco de Cr¨¦dito Local deber¨ªa destinar otros tantos a las operaciones de financiaci¨®n municipales, y otros 20.000 millones m¨¢s ir¨ªan a disposici¨®n municipal por la v¨ªa de emisiones de deuda p¨²blica dirigidas al mercado exterior. En conjunto, la idea del PSOE es que este a?o los ayuntamientos puedan recabar unos 100.000 millones de pesetas.

El Ayuntamiento de Madrid seguir¨¢ en este presupuesto y en los sucesivos una pol¨ªtica de endeudamiento racional, de forma que el ¨ªndice de amortizaci¨®n de deudas no supere el 15%. Es decir, que de cada cien pesetas del presupuesto ordinario, quince se destinen a las amortizaciones. En opini¨®n del se?or Aymerich, ¨¦sta es una cifra razonable, que permitir¨¢ poner en circulaci¨®n este a?o unos 7.000 millones de pesetas, y que no supone en absoluto dejar entrampada y con poca capacidad de maniobra financiera a la nueva corporaci¨®n que pueda surgir tras las elecciones de 1983.

El se?or Aymerich rechaz¨® las afirmaciones ucedistas de que los ayuntamientos de izquierda pretenden enderezar su funcionamiento a costa del dinero estatal.

Una vez asegurado el cumplimiento de los compromisos contra¨ªdos en la reuni¨®n del domingo 27 de enero, el PSOE dirigir¨¢ sus esfuerzos a conseguir ese 20% de los Presupuestos del Estado a las corporaciones locales, y a la negociaci¨®n de los bloques apuntados antes. Las pretensiones respecto a los mercasa, apunt¨® el delegado de Hacienda, no se refieren s¨®lo a su mejor o peor construcci¨®n, sino a que el Ayuntamiento se asegure el control de la pol¨ªtica de comercializaci¨®n de abastos, lo que es mucho m¨¢s ambicioso. La pol¨ªtica de suelo es similar, y tratar¨ªa de evitar que los ayuntamientos act¨²en como colch¨®n entre las reivindicaciones de los vecinos y los recortes impuestos por la Administraci¨®n central, lo que conllevar¨ªa la reconversi¨®n de organismos como el INUR, que es quien ahora dispone de fondos para la compra de suelo urbanizable.