Estados Unidos revive la historia del m¨¢s ins¨®lito secuestro a¨¦reo
Esta semana aparecieron en el escenario de un picnic norteamericanos varios miles de d¨®lares que en su d¨ªa fueron producto de un atraco singular, puesto que se produjo en la cabina de un avi¨®n. La historia ocurri¨® hace ocho a?os, en Estados Unidos, y la protagoniz¨® un tal D. B. Cooper, que es hasta ahora el ¨²nico secuestrador de aviones que jam¨¢s fue hallado y detenido por la polic¨ªa.
El r¨¦cord mundial del se?or Cooper, del que hay alg¨²n retrato-robot, se produjo porque el secuestrador huy¨® en paracaidas despu¨¦s de haber asaltado el aparato y de pedir 200.000 d¨®lares (unos catorce millones de pesetas) a cambio de abandonar el avi¨®n. D. B. Cooper, en efecto, cumpli¨® su promesa y luego se esfum¨® para siempre. La FB1 norteamericana cree ahora que los d¨®lares hallados por una familia mientras hac¨ªa picnic en Vancouver, en el estado de Washington, pertenecen a aquel extraordinario episodio de pirater¨ªa a¨¦rea.La recuperaci¨®n de parte de los billetes ha servido tambi¨¦n para recuperar la intriga que caus¨® aquella historia. D. B. Cooper hab¨ªa pagado al contado un billete de avi¨®n entre Portland y Seattle, en una compa?¨ªa regular. Cuando el aparato sobrevolaba la frontera entre los estados costeros occidentales de Washington y Oreg¨®n, Cooper amenaz¨® con dinamitar el Boeing que lo transportaba si no le eran entregados 200.000 d¨®lares en billetes de veinte d¨®lares. Ante la amenaza, el piloto decidi¨® aterrizar en Seattle, donde el secuestrador recibi¨® su dinero y tres paraca¨ªdas a cambio de la libertad de los 36 pasajeros del vuelo. La tripulaci¨®n permaneci¨® a bordo, encerrada en una cabina, y el avi¨®n volvi¨® a despegar, con Cooper como pasajero ¨²nico. Cuando el aparato tom¨® tierra en Reno, en el estado de Nevada, no estaban en el avi¨®n ni el solitario pasajero, ni los 200.000 d¨®lares del rescate, ni los paraca¨ªdas. La polic¨ªa cree que el secuestrador se arroj¨® al aire con el paraca¨ªdas y el dinero, y que probablemente pereci¨® al estrellarse contra el suelo, pero su cuerpo nunca fue encontrado. Mientras esto no ocurra, D. B. Cooper seguir¨¢ siendo el ¨²nico secuestrador de un avi¨®n que escap¨® con ¨¦xito de su aventura. La polic¨ªa federal de Estados Unidos considera que, por lo menos, no se fue con todo el dinero, porque lo que fue recuperado en la zona en que se supone que Cooper cay¨® oscila entre los 2.000 y lo s 4.000 d¨®lares (entre 140.000 y 280.000 pesetas). El dinero fue hallado por unos granjeros, se encontraba en montoncitos de veinte d¨®lares y su numeraci¨®n se correspond¨ªa con la de los billetes que fueron entregados a Cooper como rescate. El hallazgo no ha hecho otra cosa que acentuar la imagen de h¨¦roe popular que este personaje tiene en Norteam¨¦rica, donde cada a?o se hacen fiestas conmemorativas de su haza?a.
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