Acusaci¨®n particular: "Aunque estuviera vigente la pena de muerte, no la hubi¨¦ramos pedido para los procesados de Atocha"

?Aunque la pena de muerte estuviera actualmente vigente en Espa?a, nunca la hubi¨¦ramos pedido para los procesados por la matanza de Atocha?, declararon ayer los abogados de la acusaci¨®n particular, por boca del letrado Jos¨¦ Mar¨ªa Mohedano, durante la exposici¨®n ante el tribunal de sus informes finales sobre la tragedia ocurrida en la noche del 24 de enero de 1977 en el despacho laboralista de la calle de Atocha, 55, de Madrid.

El letrado se?or Mohedano precis¨® que en los primeros meses de la instrucci¨®n del sumario, estando todav¨ªa vigente en Espa?a la pena capital, que posteriormente abolir¨ªa la Constituci¨®n democr¨¢tica, aprobada por refer¨¦ndum el 6 de diciembre de 1978, el representante del ministerio fiscal pregunt¨® a los abogados de la acusaci¨®n particular si, dada la gravedad de los hechos ocurridos en el despacho de Atocha, ten¨ªan intenci¨®n de solicitar para los procesados la pena capital. La respuesta de los abogados de la acusaci¨®n particular fue tajante: ?Nunca pediremos la pena de muerte, por coherencia con nuestras convicciones y porque nunca cambiar¨ªamos la vida de nuestros compa?eros por la muerte de los procesados.?La acusaci¨®n particular, tambi¨¦n por boca del letrado Jos¨¦ Mar¨ªa Mohedano, resalt¨® p¨²blicamente ?la prudencia, el tino y la sabidur¨ªa? con que el tribunal y su presidente hab¨ªan dirigido las sesiones del juicio oral, que se presum¨ªan dif¨ªciles.

La d¨¦cima sesi¨®n de la vista oral y p¨²blica del juicio sobre la matanza de Atocha, que viene celebr¨¢ndose ante la sala de lo penal de la Audiencia Nacional desde el pasado lunes, comenz¨® ayer con la intervenci¨®n del letrado de la acusaci¨®n particular Jaime Miralles, quien expuso ante el tribunal su versi¨®n definitiva sobre los hechos ocurridos el d¨ªa de autos. Los abogados de la acusaci¨®n particular, incluido el que representa los intereses del Colegio de Abogados de Madrid, son ocho, y se han dividido las intervenciones en per¨ªodos de aproximadamente una hora. Cada uno de ellos centra su intervenci¨®n en un aspecto concreto de los hechos, aunque todos mantienen, naturalmente, la misma calificaci¨®n jur¨ªdica de los hechos, es decir, la de asesinato, y solicitan las mismas penas para los procesados. Tras de los acusadores particulares corresponde el turno a los cuatro abogados defensores de los procesados, cuya intervenci¨®n se espera tenga lugar en la ma?ana de hoy.

El se?or Miralles se refiri¨®, en primer lugar, a su deber profesional y se?al¨® que ?cuando acuso debo agotar toda la dureza que el Derecho me permite, as¨ª como utilizar el propio respeto a la sala, a los acusados y a m¨ª mismo, porque yo creo en los derechos inalienables de la persona y s¨¦ muy bien que no hay un solo hombre que no tenga el derecho de defenderse?. Tras se?alar que las cinco v¨ªctimas de la matanza de Atocha cooperaban dentro de la abogac¨ªa ?en la nobil¨ªsima especialidad del laboralismo abogacil?, el se?or Miralles se extra?¨® (en este momento mir¨® a los abogados defensores, que han mostrado en sus interrogatorios ciertas suspicacias ante los despachos laboralistas) que pueda haber alguien que vistiendo la toga no pueda tener respeto a los abogados laboralistas. El se?or Miralles calific¨® la tarea del abogado laboralista como ?el coraz¨®n de la abogac¨ªa?, por lo que no es de extra?ar, dijo, que fuese a este coraz¨®n donde apuntaran las armas homicidas.

Se?al¨® Jaime Miralles que ante un crimen de tanta gravedad como el de Atocha es imprescindible analizar la personalidad de los acusados, en base al informe psiqui¨¢trico elaborado por el doctor Garc¨ªa Andrade, precisamente a iniciativa de la defensa. ?Seg¨²n este informe?, dijo, ?Garc¨ªa Juli¨¢ es un hombre de inteligencia media, con un superyo muy r¨ªgido, que le aboca a su conducta delictiva. Fern¨¢ndez Cerr¨¢ es un hombre de inteligencia normal y es descrito en el informe como orgulloso, violento, agresivo, con una actitud esc¨¦nica o de lucha y especialmente peligroso por su activismo. Gloria Herguedas parece que no ofrece inter¨¦s, pues no existe ning¨²n dictamen psiqui¨¢trico sobre ella, y Jim¨¦nez Caravaca tiene, seg¨²n el repetido informe, una actitud de lucha compensatoria de su minusval¨ªa fisica, y como no puede hacer lo que ¨¦l querr¨ªa, se proyecta en los m¨¢s j¨®venes o fuertes que ¨¦l. Finalmente, Francisco Albaladejo, el peque?o cerebro de este equipo, es descrito como un hombre con buen nivel de inteligencia, suspicaz, receloso y no olvida las ofensas, las rumia constantemente. El informe policial le califica de ultraderechista y falangista y gran aficionado a las armas.?

Jaime Miralles describe la actividad de los procesados alrededor del antiguo sindicato vertical del Transporte y de la Hermandad Nacional de Marineros Voluntarios. ?Qui¨¦nes eran sus amigos?, se pregunta. En primer lugar, varios polic¨ªas, concretamente Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Gay, Antonio Gonz¨¢lez Pacheco y Enrique Vigil. Otros amigos son Manuel Larrubia -dice el letrado de la acusaci¨®n particular-, que acompa?aba al Tiro Nacional a los procesados, y Mariano S¨¢nchez-Covisa, quien pag¨® la fianza de Jim¨¦nez Caravaca, cuando ¨¦ste fue puesto en libertad provisional, y cuyo testimonio constituye una cadena de posibles delitos, llegando a afirmar que fue el propio presidente del Gobierno quien desencaden¨® la matanza de Atocha.

Aludi¨® tambi¨¦n Jaime Miralles a Blas Pi?ar y a Raimundo Fern¨¢ndez-Cuesta y a las posibles relaciones de los procesados con el entorno de estos dos pol¨ªticos. ?Que nadie interprete?, dijo, ?mis palabras como una informaci¨®n insidiosa de atribuir a estas personas una participaci¨®n en los hechos. El problema que quiero resaltar es que cuando el inductor busca a sus hombres va a la cantera de estos grupos, porque es ¨¦ste uno de los pocos lugares de la sociedad espa?ola donde p¨²blicamente se predica la violencia.?

El se?or Miralles describi¨® la ?maquinaci¨®n? de los procesados para agravar ?la espiral de violencia y tensi¨®n pol¨ªtica por la que atravesaba el pa¨ªs?, los pasos que dieron para ponerla en marcha, la escena del crimen en la noche del 24 de enero, y finaliz¨® su informe con las siguientes palabras: ?Frente al odio, que est¨¢ pretendiendo convertir a estos delincuentes en algo as¨ª como l¨ªderes pol¨ªticos, yo s¨®lo quiero argumentar en base al derecho y pedir justicia en nombre de la familia Sauquillo, a la que represento.?

"Impunidad de los autores"

Cristina Almeida, en representaci¨®n de los familiares de Serafin Holgado y de los supervivientes Luis Ramos y Alejandro Ruiz-Huertas, intervino a continuaci¨®n para insistir que la matanza de Atocha se inscribe en la semana que se inicia con la muerte de los j¨®venes estudiantes Arturo Ruiz y Mar¨ªa Luz N¨¢jera y termina con la muerte de dos polic¨ªas armados en una entidad bancaria en Campamento. La letrada afirm¨® que para ?dar un susto? no se va armado hasta los dientes, y manifest¨® que los procesados ?actuaron con la seguridad que les da la impunidad?. Cristina Almeida explic¨® el papel de los despachos colectivos de abogados en la ¨¦poca de la dictadura y manifest¨® que ?eran el ejemplo m¨¢s clarificador del fracaso del sindicalismo vertical?. Cristina Almeida finaliz¨® su intervenci¨®n diciendo: ?Una sensaci¨®n de pena ha llenado este juicio, un odio reflejado en gentes que no conocemos de nada y que han llegado a insultarnos, lo que demuestra que los hechos de Atocha pueden repetirse.? (Algunos j¨®venes volvieron a insultar con el brazo en alto y el presidente mand¨® expulsarlos.)