El abogado de Cerr¨¢ dedic¨® la mayor parte de su informe a temas ajenos a la defensa

La intervenci¨®n del abogado Rafael Gonz¨¢lez Fr¨ªas, defensor de Jos¨¦ Fern¨¢ndez Cerr¨¢, para quien el fiscal pide treinta a?os de c¨¢rcel por terrorismo, y la acusaci¨®n fiscal, fuertes penas por nueve delitos de asesinato, se prolong¨® cerca de dos horas, de las que dedic¨® al examen de los hechos y a la calificaci¨®n jur¨ªdica de los mismos aproximadamente un cuarto de hora.

Cuando el abogado defensor llevaba una hora y cuarto en el uso de la palabra, el presidente del tribunal le insinu¨® ?si no le parec¨ªa que hab¨ªa llegado el momento de hablar de las atenuantes? (el defensor de Cerr¨¢ mantiene que la matanza de Atocha debe calificarse de homicidio con varias atenuantes). Todav¨ªa el se?or Gonz¨¢lez Fr¨ªas tard¨® varios minutos en entrar en el an¨¢lisis de las atenuantes, pero, apenas iniciado su discurso sobre las mismas, deriv¨® su atenci¨®n hacia otros temas, lo que hizo que de nuevo el presidente del tribunal se dirigiera a ¨¦l para recordarle que, ?si bien sus disquisiciones eran ilustradas y estaban bien expuestas, deb¨ªa dejarlas a un lado y ce?irse a los hechos?.El se?or Gonz¨¢lez Fr¨ªas comenz¨® su disertaci¨®n recordando la tremenda papeleta de la defensa que asumi¨®, dado el car¨¢cter de abogados de las v¨ªctimas. A?adi¨® que esta defensa le ha valido tener que soportar dolorosamente que le llamen poco menos que asesino, y record¨® a este respecto ?al insigne protom¨¢rtir Jos¨¦ Calvo Sotelo?, cuando dijo: ?M¨¢s vale morir con gloria que vivir con vilipendio. ?

Asegur¨® que no tra¨ªa gui¨®n, ni tampoco hab¨ªa desarrollado un esquema para su intervenci¨®n, y que no quer¨ªa dar lugar ni a m¨ªtines ni pregones, sino que quer¨ªa situar los hechos en un plano de serenidad

?No vengo?, dijo, ?a defender a mi patrocinado en nombre de tal o cual partido, sino por encargo de su padre?, y, entrando algo en materia, neg¨® que las v¨ªctimas de la matanza de Atocha fueran todas abogados, ya que una era estudiante de Derecho y otra administrativo. Rechaz¨® el calificativo de ?matanza de Atocha?, cuando en Espa?a -dijo- se est¨¢n produciendo tantas matanzas y masacres. A rengl¨®n seguido record¨® su cautiverio en el Madrid rojo y afirm¨® con ¨¦nfasis: ??C¨®mo puedo olvidar Paracuellos del Jarama??

Tras afirmar que estaba capacitado ?para hablar con jud¨ªos, protestantes, mahometanos y testigos de Jehov¨¢?, el se?or Gonz¨¢lez Fr¨ªas compar¨® la multitud de asistentes al entierro de las v¨ªctimas de Atocha y la poca gente que asiste a los entierros de las v¨ªctimas militares, atribuyendo esto a la prohibici¨®n de las autoridades. Pas¨® a decir que no sent¨ªa odio ni aversi¨®n al comunismo, pero que ¨¦ste hab¨ªa sido condenado por los papas. Manifest¨® que ¨¦l, hombre pensador, psic¨®logo y conocedor de la historia, se extra?aba que los abogados comunistas que hab¨ªan comparecido como testigos en el juicio hubieran hablado de ?democracia?. Manifest¨® que no ten¨ªa enemigos pol¨ªticos y que para eso le bastaban los evangelios, y ?no eso tan manido de los derechos humanos?.

Tras hablar de otras cuestiones, con referencias a Gonzalo Fern¨¢ndez de la Mora y a Jos¨¦ Tarradellas, y afirmar que no iba a ?tratar de explicar el porvenir?, el defensor de Cerr¨¢ fue interrumpido por el presidente del tribunal, para preguntarle si no le parec¨ªa que era llegado el momento de hablar de las atenuantes. La invitaci¨®n del presidente, calificada de ?muy fina? por el se?or Gonz¨¢lez Fr¨ªas, dio pie a ¨¦ste para relatar que le hab¨ªa pasado como al diputado Carre?o -aprovech¨® para hacer un inciso con el fin de ?rendir tributo a Juli¨¢n Besteiro?-, y s¨®lo unos minutos despu¨¦s entr¨® en materia, solicitando la amnist¨ªa a favor de su defendido. ?Para un patriota?, dijo, ?que piensa que hay que hacer algo por Espa?a, que no va por buen camino, le cabe la amnist¨ªa.? Alternativamente a la amnist¨ªa, solicit¨® ?una pena simb¨®lica?, habida cuenta de las circunstancias. La solicitud de que fuera aplicada a los hechos la atenuante de ?los m¨®viles patri¨®ticos? llev¨® al se?or Gonz¨¢lez Fr¨ªas a hacer un relato de ejemplos hist¨®ricos sobre el caso, empezando por el Cid Campeador... (El presidente del tribunal volvi¨® a rogar al abogado que se ci?era a los hechos.)

El se?or Gonz¨¢lez Fr¨ªas concluy¨® solicitando tambi¨¦n la aplicaci¨®n de la atenuante de arrebato u obcecaci¨®n, y se adhiri¨® a la petici¨®n de indemnizaciones a favor de los familiares de las v¨ªctimas y de los heridos. ?Odia el delito y compadece al delincuente ?, fue la ¨²ltima frase de su intervenci¨®n.