El f¨²tbol olvida con facilidad a sus viejos ¨ªdolos
El f¨²tbol olvida con facilidad a los triunfadores. Hombres que llegaron muy alto en su ¨¦poca como jugadores no se han visto acompa?ados por la suerte a la hora de trabajar como t¨¦cnicos. Los viejos laureles no sirven; antiguas estrellas como Puskas, Luis Su¨¢rez, Amancio, Peir¨®, Ga¨ªnza, Joselto, Mateos, Rial o Gento no gozan como entrenadores de la posici¨®n que supieron conquistar como jugadores. Incluso un c¨¦lebre t¨¦cnico, Daucik, que en los a?os cincuenta conquist¨® los mejores ¨¦xitos, entrena hoy a un tercera, el Moscard¨®. Eso s¨ª: quien tuvo, retuvo, y el Moscard¨® lleva conquistados diez positivos.
Daucik naci¨® en Eslovaquia, cuando esta naci¨®n a¨²n pertenec¨ªa al imperio austroh¨²ngaro. Fue jugador de ¨¦xito en el Slovan, de Bratislava, y en el Slavia, de Praga, y en este mismo club comenz¨® a entrenar. Tras la segunda guerra mundial decidi¨® abandonar Checoslovaquia; a trav¨¦s de Austria y Suiza lleg¨® a Italia. All¨ª, con un grupo de jugadores de varios pa¨ªses de la ¨®rbita socialista, escapados tambi¨¦n, cre¨® el Hungaria. Kubala, cu?ado suyo, era la estrella de aquel equipo, que pas¨® por Espa?a y dej¨® muy buena impresi¨®n en una serie de partidos amistosos. Samitier fich¨® para el Barcelona a Daucik y Kubala.La media Mauri-Maguregui
Y ah¨ª arranca la carrera de Daucik como t¨¦cnico espa?ol. Una carrera con enormes ¨¦xitos en los a?os cincuenta, no repetidos despu¨¦s. En el Barcelona estuvo cuatro a?os, y en dos de ellos consigui¨® el doblete: Liga y Copa; en total, acumul¨® cinco t¨ªtulos nacionales. Luego pas¨® al Athl¨¦tic de Bilbao, donde dio con el hallazgo de su vida: la l¨ªnea media Mauri-Maguregui. Mauri era extremo, y Maguregui, interior. Su conjunci¨®n en la l¨ªnea media fue el toque m¨¢gico que transform¨® al Athl¨¦tic, equipo que con Daucik tambi¨¦n consigui¨® el doblete. Luego pas¨® al Atl¨¦tico de Madrid, con el que no alcanz¨® ning¨²n t¨ªtulo, aunque estuvo cerca de hacerlo. Desde entonces s¨®lo ha obtenido otro t¨ªtulo nacional, con el Zaragoza, una Copa en la ¨¦poca de los Cinco Magn¨ªficos. Los clubes que se han interesado por ¨¦l han sido cada vez menos importantes: Betis, Sevilla, Espa?ol, Elche, Murcia, C¨¢diz, Levante, San Andr¨¦s... En alguno de ellos ha repetido hasta dos veces. Sali¨® de Espa?a para entrenar al Oporto y al Toronto, a ¨¦ste cuando Canad¨¢ y Estados Unidos quer¨ªan redescubrir el soccer.
Ahora es el entrenador del Moscard¨®, un equipo de barriada, un tercera: ?Pero estoy aqu¨ª feliz. Yo vine porque llevaba dos a?os sin trabajar, aunque hab¨ªa tenido una oferta el a?o pasado para hacerme cargo de un equipo de Primera que estaba en mala situaci¨®n, pero no me interes¨®; conoc¨ªa a los directivos del Moscard¨® porque dos hijos m¨ªos jugaron aqu¨ª, y s¨¦ que son buena gente, que trabaja muy bien. Adem¨¢s, tengo como compa?ero a un t¨¦cnico joven y con mucho futuro, Juan Antonio M¨¦ndez, con el que da gusto trabajar.?
Sea o no por la mano de Daucik, el caso es que el Moscard¨® marcha camino del ascenso, con diez positivos, m¨¢s que ning¨²n otro equipo del grupo. El, a punto de cumplir los setenta a?os, afirma no sentirse frustrado ni mucho me nos: ?El trabajo es el mismo que en otra categor¨ªa, y poner a un equipo arriba, con diez positivos, en Tercera, es tan dificil, o m¨¢s incluso, que hacer campe¨®n a un Madrid a un Barcelona. Y, la verdad, es un trabajo gratificante. Es bueno ver c¨®mo se desenvuelven los directivos de un equipo como el Moscard¨®, sin medios, y c¨®mo se saben emplear los recursos. ?
Once millones de presupuesto
Once millones tiene de presupuesto el Moscard¨®, la misma cantidad que puede cobrar hoy d¨ªa el entrenador de uno de los equipos punteros, de esos equipos que frecuentaba Daucik veinticinco a?os atr¨¢s.
Curiosamente, su mejor recuerdo de aquella ¨¦poca fueron las l¨ªneas medias que cre¨®: Bosch-Segarra, en el Barcelona; Mauri-Maguregui, en el Athl¨¦tic, y Peter-Chuzo, en el Atl¨¦tico. Tambi¨¦n habla con orgullo de las seis veces que ha sido llamado para salvar equipos en peligro a media temporada, y tiene dos malos recuerdos: el cese en el C¨¢diz a media temporada y la mala suerte de su hijo Yanko, que no lleg¨® a triunfar plenamente en el f¨²tbol: ?En el deporte hay cierta envidia hacia el que es hijo de un famoso, y eso lo han sufrido el hijo de Zamora, el hijo de Kubala y mi hijo?.
Su ilusi¨®n es poner al Moscard¨® en Segunda B y al mismo tiempo proyectar a algunos jugadores hacia divisiones superiores. Considera que el mejor entrenador que nunca conoci¨® fue Johnny Maden, un escoc¨¦s que entren¨® al Slavia, de Praga, cuando ¨¦l era jugador, y que el mejor futbolista de todos los tiempos fue un delantero de este equipo, Bican, de quien dice que jug¨® veintisiete temporadas e hizo m¨¢s de 5.000 goles. Sin embargo, no vive de recuerdos, disfruta con su trabajo actual y no descarta el volver a alg¨²n club del primer plano, aunque ?s¨®lo lo har¨ªa si supiese que puedo trabajar tan a gusto como lo hago aqu¨ª?.
Numerosos casos
Daucik es un ejemplo ilustrativo, pero no un caso ¨²nico. Di St¨¦fano, que a¨²n despierta discusiones sobre si fue ¨¦l o Pel¨¦ el mejor futbolista de la historia, pas¨® tres temporadas en paro hasta volver a ser llamado por un club, el Valencia. A sus m¨¢s caracterizados compa?eros en la ¨¦poca de oro del Madrid no les va mucho mejor: Puskas entrena a un equipo egipcio; Gento est¨¢ en el Palencia; Mateos, en el Orihuela; Rial, en paro, tras regresar de El Salvador; Jose¨ªto entren esta temporada al Legan¨¦s.
Hay otras celebridades a las que no les ha ido mejor. Por ejemplo los dos mejores jugadores espa?oles de la ¨²ltima ¨¦poca, los coru?eses Luis Su¨¢rez y Amancio. Luis Su¨¢rez entren¨® al Coru?a tras regresar de Italia, pero ahora est¨¢ en el paro, y Amancio no ha encontrado equipo; cuando dej¨® de jugar comenz¨® a entrenar en las categor¨ªas inferiores del Madrid, pero no recibi¨® de parte del club la promoci¨®n que esperaba, y se march¨®. Desde entonces su nombre ha sonado para algunos equipos, pero nunca ha cuajado nada. Peir¨® est¨¢ en el Atl¨¦tico Madrile?o; Segarra en el Barcelona Atl¨¦tico; a Biosca acaban de echarle del Pontevedra; Waldo, en los juveniles del Valencia, que le dio este cargo porque la cosas no le iban bien; otro gran goleador, Re, en el Onteniente; Seguer, en el Villarreal; Ruiz Sosa, en el Linares; Pesudo, en el Gand¨ªa Ga¨ªnza ha sido dado de baja recientemente de los servicios de Athl¨¦tic.
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