El Parlamento portugu¨¦s aprueba la privatizaci¨®n de la banca y de la mayor parte de los sectores nacionalizados

La banca portuguesa va a abrirse a la iniciativa privada, al abrigo de una ley cuadro que garantice al Estado el control de la pol¨ªtica econ¨®mica y financiera. El Parlamento portugu¨¦s autoriz¨® ayer, contra la voluntad de los partidos de izquierda, al Gobierno, a alterar la ley que delimita los sectores vedados a la iniciativa privada.

El portavoz del Gabinete Sa Carneiro confirm¨® que la intenci¨®n del ejecutivo es restablecer las condiciones de una sana concurrencia entre iniciativa p¨²blica, y privada en todos los sectores de la econom¨ªa, incluida la banca y los seguros.En una entrevista publicada ayer, el ministro de Finanzas, Cavaco Silva, anunci¨®, sin embargo, la elaboraci¨®n de una ley cuadro de la actividad bancaria en Portugal, pues el Gobierno entiende reservarse la capacidad de controlar la pol¨ªtica monetaria y crediticia, de manera que garantice la realizaci¨®n de sus objetivos econ¨®micos y sociales prioritarios.

Si el anuncio de la liquidaci¨®n del monopolio estatal sobre la banca y los seguros se convirti¨® en un s¨ªmbolo de la nueva pol¨ªtica portuguesa y mereci¨® la mayor atenci¨®n de la prensa nacional y extranjera, no es tal vez esta la mayor novedad: el Gobierno solicit¨® tambi¨¦n la autorizaci¨®n del Parlamento para entregar la gesti¨®n de determinadas empresas p¨²blicas a la iniciativa privada en r¨¦gimen de concesi¨®n de explotaci¨®n, y son numerosas las empresas capaces de despertar el inter¨¦s privado, nacional y extranjero, sobre todo en la perspectiva del pr¨®ximo ingreso de Portugal en la CEE.

La industria armamentista

El Gobierno precis¨® que algunos sectores considerados de importancia estrat¨¦gica permanecer¨¢n reservados a la iniciativa estatal. El ministro cit¨® concretamente la industria de armamentos, la producci¨®n y distribuci¨®n el¨¦ctrica, el refino de petr¨®leo y la petroqu¨ªmica pesada y la siderurgia de base.Para la oposici¨®n, se trata del inicio de una ofensiva en profundidad contra el sector p¨²blico, que sufrir¨¢, por otro lado, las graves consecuencias de las anunciadas restricciones presupuestarias. El ministro de Hacienda confirm¨® que las subvenciones al sector empresarial del Estado ser¨¢n congeladas al nivel nominal de 1979, lo que significa, teniendo en cuenta la inflaci¨®n, una reducci¨®n de m¨¢s del 20%.

A pesar de la dr¨¢stica reducci¨®n de los gastos p¨²blicos, el ministro de Hacienda prev¨¦ para 1980 un aumento del d¨¦ficit del presupuesto del Estado. Adem¨¢s de la disminuci¨®n de los ingresos tributarios, el ejecutivo quiere iniciar lo antes posible el pago de las indemnizaciones debidas por nacionalizaci¨®n, de la que espera una influencia positiva sobre las inversiones privadas.