Tres gitanos escriben sobre su gente
Los gitanos han comenzado a cansarse de que sean otros los que hablen por ellos y de ellos, quieren deshacer los mitos y errores que existen sobre su pueblo y acercarse a ese mundo ?payo? que, en el mejor de los casos, les ignora. Los gitanos tienen mucho que decir. Tres de ellos acaban de publicar un libro -Gitanos de Arag¨®n- que, dentro de su sencillez, sabe unir el m¨¢s emotivo c¨¢ntico a la libertad, la denuncia por una marginaci¨®n de siglos que se renueva d¨ªa a d¨ªa, la lucha por lograr un ma?ana mejor y la tenaz e inquebrantable defensa de la identidad de su raza.
Antonio Nieto Gabarre, Jos¨¦ Duart y C¨¦sar Miguel Borja son, tres gitanos que viven en las chabolas del barrio de La Paz, de Zaragoza, donde existe un ?asentamiento? de gitanos desde hace veinticinco a?os. En la actualidad habitan all¨ª casi doscientas familias en condiciones realmente infrahumanas. Carecen de todo lo necesario. S¨®lo disponen de una fuente a la entrada del poblado. Una escuela, exclusivamente para gitanos, acoge a unos ochenta ni?os que apenas representan el 10% de la poblaci¨®n infantil. El libro denuncia toda esta larga serie de penalidades y los esfuerzos que han ido haciendo para conservar lo poco que poseen.La filosofila gitana se desborda por las p¨¢ginas del libro en frases tales como ?nosotros amamos todo lo que no esclaviza al hombre?.... ?para el gitano, la tierra es paz y libertad. No comprendemos que tenga due?o ni propietario?..., ?los gitanos somos muy religiosos. Creemos que hay una vida despu¨¦s de la muerte, por eso, para nosotros, los muertos son lo m¨¢s sagrado?.... ?somos alegres porque nos conformamos con lo que tenemos y no deseamos m¨¢s que lo necesario para vivir, por eso no hacemos horas extraordinarias. Creemos que vale m¨¢s el tiempo para los hijos que el tiempo para el dinero ?...
Antonio Nieto, 58 a?os, padre de una vasta familia. Tiene la voz ronca y la figura de un patriarca. A?ora la libertad perdida de su vida n¨®mada. Se nota en ¨¦l una aguda inteligencia natural. Es relojero y ha hecho cursos de alba?iler¨ªa. Fue condecorado con la primera medalla de oro al M¨¦rito en el Trabajo que se dio en Espa?a...
?Nunca tuve la dicha de un maestro?, se lamenta, ?cuando me topaba con un chico le dec¨ªa que me dibujara una letra en un trozo de papel, y luego me pasaba el d¨ªa nombr¨¢ndola y dibuj¨¢ndola en el polvo del camino.?
"Que el mundo payo haga conciencia"
Confiesa haber escrito el libro por ?pura necesidad?, ?para que el mundo payo haga conciencia, estudie nuestro modo de ser, de pensar y sentir y al echamos una mano en nuestros nuevos caminos no deshaga nuestra ¨ªntima y antigua esencia?. Antonio Nieto, n¨®mada con las alas rotas, se adapta, pero no olvida: ?Los gitanos siempre hemos vivido aparte. Hoy nos. damos cuenta de que formamos un pueblo desperd¨ªgado, pero tenemos conciencia de que somos un pueblo.Los otros dos autores del libro, Jos¨¦ Duart y C¨¦sar Miguel Borja, son dos hombres j¨®venes que apenas han sobrepasado la frontera de los treinta. Ellos son la imagen del gitano preparado -a pesar de las dificultades- infatigable, decidido, que sabe d¨®nde radican los problemas y d¨®nde las soluciones para la promoci¨®n de su pueblo. Jos¨¦ Duart ha estudiado y es un apasionado de la lectura. El se pregunta cu¨¢les son las ra¨ªces del complejo de inferioridad del gitano, repasa la historia de esos quinientos a?os que los gitanos rodaron por Arag¨®n, de todas las represiones, y se muestra convencido de que ?el gitano cuando entr¨® en esta tierra pose¨ªa una cultura oriental -ya que proced¨ªan del norte de la India- muy superior a la occidental, que era m¨¢s materialista?.
Pero Duart tambi¨¦n piensa que no todo est¨¢ perdido, confla en el movimiento gitano. .
Queda mucho por hacer, C¨¦sar Borja sabe que son unos pocos los que buscan el camino, y dice: ?Me da pena despertar a los gitanos que duermen en la ignorancia de los hechos de la vida, pero prefiero que lloren a vivir en la ignorancia riendo. ?
Los tres est¨¢n de acuerdo en que la llave de su liberaci¨®n est¨¢ en la cultura y en el trabajo, pero ?la situaci¨®n del gitano en el trabajo es de lo m¨¢s lamentable que se pueda se?alar. La crisis que atraviesa el mundo payo nos afecta a nosotros mucho m¨¢s. Nuestros cursos de alba?iler¨ªa o pintura no nos sirven para nada. No encontramos trabajo. La mayor¨ªa tiene que ir a los vertederos de basura para rebuscar trapos, cartones y algo de chatarra para ganar cuatro perras y malcomer?, dice C¨¦sar Borja, ?con esta marginaci¨®n existe el peligro de que lajuventud se lance a cometer fechor¨ªas, llegando a malograrse toda nuestra labor de promoci¨®n?.
Los gitanos aragoneses han escrito un libro para contar c¨®mo viven, c¨®mo sienten y c¨®mo piensan. Para decir que no quieren la integraci¨®n, si ello les va a her perder su identidad gitana.
?Mis nueve hijos duermen. Su respiraci¨®n resuena en lo m¨¢s hondo de mi ser, haci¨¦ndome pensar si estos hijos m¨ªos beber¨¢n en el c¨¢liz que yo he bebido. Me parece pensar si so?ar¨¢n con alg¨²n juguete roto o vestido que les regale un ?payo? de buena voluntad. Maldita farsa y negra necesidad. Las r¨¢fagas del viento producen como un quejido. Llantos de nuestros antepasados al vernos con nuestras alas tronchadas, ellos que nos dieron por herencia el mundo y la libertad, como a las aves del cielo ... ?
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