Las rabietas de EL PA?S
?( ... ) Resulta que nuestro joven y distinguido colega de la ma?ana se ha picado porque en estos d¨ªas una aguda informaci¨®n de la agencia Efe ha descubierto que la prensa que se autotitula libre -y que es la prensa privada, la de los ricos m¨¢s o menos disimulados- recibe subvenciones por valor de unos 4.500 millones de pesetas anuales, y que EL PA?S se ha beneficiado en 1979 de unas sumas que, cobradas ya o a¨²n por cobrar, suponen m¨¢s de un centenar de millones, lo cual no dejar¨ªa de revelar que tenemos un Estado algo maso quista, que se autofinancia los cantazos. Cree EL PA?S que no hace falta una televisi¨®n oficial, y pensamos lo contrario. Opina que sobra una Radio Nacional, y nuestro desacuerdo es grave. Estima que sobra la agencia Efe, y no queremos volver a caer en el colonialismo de las cinco grandes agencias internacionales. Sostiene que Pueblo pierde ochocientos millones anuales, y exagera la cifra generosamente, duplic¨¢ndola. Y m¨¢s a¨²n, magnifica las p¨¦rdidas de la prensa provincial de los MCSE cuando es notorio que esos peri¨®dicos -veintinueve en total hasta hace pocas semanas- perdieron colectivamente, en 1979, unos cuatrocientos millones de pesetas, y de haber estado acogidos al r¨¦gimen general de la prensa hubieran obtenido en p subvenciones unos 550 millones, lo cual les hubiera valido un beneficio global de 150 millones anuales.(...)Una cierta obligaci¨®n con la profesi¨®n y con nosotros mismos nos aconseja pedir a EL PA?S mayor moderaci¨®n en sus radicalismos de las ¨²ltimas semanas. Hay campa?as que colectivamente sonrojan y que, adem¨¢s, no llevan a ninguna parte. Subvenci¨®nese, porque hace falta, a la prensa privada; pero no se convierta esto en arma arr¨®jadiza contra los medios que son propiedad o est¨¢n influidos por el Estado, como la TVE, la Radio Nacional, la agencia Efe o la prensa heredada irreversiblemente de una situaci¨®n anterior, y que no puede ni ser regalada al mejor postor ni sacrificada para que EL PA?S pueda mejorar la calidad y el tino de sus pedradas. El periodismo, que anta?o era s¨®lo oficio, se ha convertido en profesi¨®n, y cuando se viene al "metier" con un diploma en la mano -el director de -EL PA?S lo tiene- lo que no se puede pedir es la indocumentaci¨®n y la indigencia de anta?o. Exista el editor, si hiciese falta, pero que, no suplante al director, responsable ante los tribunales, y que as¨ª se convertir¨ªa en un lamentable hom bre de paja para acudir al juzgado de guardia. Y sobre todo crit¨ªquese a cualquier Gobierno, si se quiere, pero que no est¨¦ permitido ni enga?ar a la sociedad ni amedrentar al Estado. Somos una democracia inserta en el Occidente europeo, y no viviendo radicalmente en Babia, Las experiencias, como dec¨ªa el maestro D'Ors, con gaseosa, y las rabietas, dosificadas y con cuidado. Un peri¨®dico a rabieta diaria tiende a convertirse en panfleto, y eso no va a ayudarle. Volvamos a la sofresine, o serenidad, como ped¨ªan hombres tan contrapuestos como don Miguel de Unamuno o Men¨¦ndez Pelayo. Toda exageraci¨®n, amigos de EL PA?S, es mala. Ocultar que la prensa privada recibe al a?o 4.500 millones y la p¨²blica s¨®lo 2.200 no conduce a nada. Otro d¨ªa detallaremos estas cifras para que queden absolutamente claras. Sin mentir se puede llegar a todas partes. ?
6 de marzo.
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